El pionero del auto eléctrico desafía el dominio de los gigantes del sector
Cuando Elon Musk, quien desprecia a viva voz la industria automotriz tradicional, aparezca el martes en público en Detroit será fácil ver cuántas cosas han cambiado desde la última vez que estuvo allí, hace dos años.
Tesla Motors, la empresa de Musk, vale seis veces más en la bolsa. La empresa se ha fijado como meta vender 500.000 vehículos al año para 2020, un alza desde las 90 unidades diarias del tercer trimestre. Además, las grandes automotrices se aprestan a enfrentar a Tesla como nunca, como sugiere la presentación de un nuevo auto eléctrico de General Motors Co. en el Salón del Automóvil Internacional de América del Norte, el mayor evento anual de la industria, que se realiza todos los años en Detroit.
¿La respuesta de Musk? Dice que no planea cambiar nada, desde su propensión a decir malas palabras hasta su papel como presidente ejecutivo del fabricante de cohetes Space Exploration Technologies, o SpaceX, a su obsesión con los más mínimos detalles operativos y de diseño de los autos de Tesla.
Se llama a sí mismo un "nano-gerente", trabaja unas 100 horas por semana y dirige la automotriz como lo hacía antes de vender el primer Tesla Roadster en 2008. "Tengo un trastorno obsesivo-compulsivo en temas relacionados con los productos", dice con una sonrisa. "Cuando veo un auto o un cohete o nave espacial, sólo veo lo que está mal, nunca lo que está bien. No es una receta para la felicidad".
En el discurso que pronunciará el martes en el salón del automóvil, se prevé que Musk lance sus dardos contra las grandes automotrices por no responder a Tesla con más energía. Denuncia que el resto de la industria hace un intento a medias para producir vehículos con baterías eléctricas para las masas.
Más de una década después de lanzar Tesla, Musk, de 43 años, ha cosechado muchos seguidores para su atrevida cruzada por sacar de las calles los autos que consumen mucho combustible. Tesla tiene un valor de mercado de US$26.000 millones, casi la mitad de GM o Ford Motor. GM vendió más de 27.000 vehículos nuevos diarios en el tercer trimestre.
Panasonic invertirá hasta US$2.000 millones de los US$5.000 millones que costará la fábrica de baterías de litio de Tesla que se está construyendo en el estado de Nevada, que le otorgó importantes ventajas fiscales a la empresa.
Futuris Automotive prepara una enorme fábrica en California para incrementar la producción de asientos y apoyacabezas para Tesla, que fabrica sus autos Model S en esa zona. Futuris planea duplicar los empleos en la planta este año.
Apenas 0,3% de los vehículos nuevos registrados en Estados Unidos desde comienzos de 2012 son completamente eléctricos, según la consultora IHS Automotive, parte de IHS Inc. Tesla acaparó más de 20% de esas ventas en el período.
La expansión de Tesla es uno de los motivos por los que Audi AG, la marca de autos de lujo de la alemana Volkswagen AG, trabaja en un todoterreno compacto diseñado para recorrer 480 kilómetros con una carga eléctrica, según ejecutivos de Audi. Tesla planea comenzar a vender su todoterreno Model X en el tercer trimestre de 2015.
El nuevo Chevrolet Bolt de GM apunta directamente al próximo Model 3 de Tesla, capaz de viajar 320 kilómetros con una carga, según personas al tanto. Una versión conceptual del Bolt será presentada en el salón del automóvil de Detroit, que comenzó ayer.
Algunos inversionistas de Tesla están preocupados. La acción de la empresa de Palo Alto, California, ha caído más de 10% en los últimos tres meses, frente al avance de GM, Ford y los principales índices bursátiles de EE.UU.
Analistas de algunas firmas de valores temen que el derrumbe de 40% en los precios de la gasolina desde abril en EE.UU. pueda mermar la demanda de autos eléctricos. Las acciones de Tesla también se han visto afectadas por preocupaciones de que un retraso de meses en el lanzamiento del Model X dificulte el cumplimiento de la meta de ventas para 2020.
Sin embargo, debido a la determinación inquebrantable de Musk, los inversionistas han optado por Tesla e ignorado el hecho de que la automotriz nunca ha registrado una ganancia anual. Tampoco les importa que el Model S cueste más de US$100.000, casi el doble del estimado original de la empresa.
En los primeros nueve meses de 2014, Tesla facturó US$2.240 millones, un aumento de 60% frente a igual lapso del año previo. Su pérdida neta creció de US$57,7 millones a US$186,4 millones.
"Hay muchos inversionistas cuya principal tesis se basa en Elon Musk y su visión del futuro de los vehículos", dice Colin Langan, analista de la industria de UBS AG. Cristiano Carlutti es más directo. Dirigió las operaciones de Tesla en Europa hasta 2011. Tesla era "impulsada, y lo sigue siendo, por Elon Musk", dice el ejecutivo. "Si sacas a Elon de la empresa, la capitaliza-ción de mercado bajaría 80%".
Musk, que reconoce que Tesla no tiene plan de sucesión, sostiene que la empresa vende pocos autos y que el "valor" que puede brindar es "un ejemplo de lo que es posible". Él posee en la firma una participación de 27%, valuada en unos US$7.200 millones.
Algunos gerentes de alto nivel renunciaron o fueron despedidos tras cuestionar la insistencia del presidente ejecutivo en hacer las cosas a su manera, según entrevistas con decenas de ejecutivos pasados y actuales de Tesla.
Estas fuentes afirman que pocos están dispuestos a mostrar abiertamente sus diferencias con Musk. Quienes pierden la sintonía con él no suelen quedarse mucho tiempo. El recambio de ejecutivos en la industria automotriz puede ser especialmente problemático porque diseñar y lanzar modelos nuevos es un proceso de varios años.
Musk "es muy, muy exigente, y su velocidad no es la adecuada para mucha gente", dice Ricardo Reyes, quien dejó su cargo de presidente de relaciones públicas en 2012 y volvió a ser contratado en noviembre cuando su sucesor renunció tras sólo seis meses en el puesto. "Solía decir que sólo quería ‘fuerzas especiales’ trabajando para él. Nada de gente normal". Musk admite que a veces puede ser demandante pero niega que despida empleados a su antojo.
El mes pasado, la jefa de las operaciones de Tesla en China dejó la empresa tras sólo un año. En el departamento legal, Tesla tuvo tres directores entre 2009 y 2012. A comienzos de 2014, la firma echó a su jefe de ventas en Europa poco después de comenzar a vender autos allí. Un ejecutivo que supervisa Japón y Hong Kong fue despedido a mediados del año pasado.
Varios empleados de Tesla afirman que Musk busca desde hace años un director general de operaciones que se convierta en el segundo ejecutivo más importante de la automotriz. Entre los ejecutivos de la empresa que son cercanos a Musk, ninguno es considerado candidato a sucederlo. Musk ha dicho que seguirá en su puesto al menos cuatro o cinco años más.
Ryan Popple, director de finanzas de Tesla entre 2008 y 2010, dice que el incansable perfeccionismo de Musk ha llevado a Tesla a su posición actual. Popple recuerda cuando Musk exigió que la empresa desarrollara el método para fabricar paneles de aluminio de la carrocería del Model S en lugar de contratar un proveedor externo.
Musk "era el único que pensaba que era una buena idea", recuerda Popple. Ahora Tesla fabrica todos los paneles de aluminio de sus carrocerías en su propia fábrica.
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