El martes por la noche, el Presidente anunció el Plan Nuclear Argentino, que impulsará la construcción de centrales atómicas que ofrezcan energía limpia a centros de datos usados para inteligencia artificial, una actividad que consume mucha energía, como forma de transformar al país en un jugador central en IA
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El Presidente Javier Milei anunció ayer por la noche la creación de un Plan Nuclear Argentino para construir nuevos reactores nucleares y atraer inversiones en Inteligencia Artificial (IA) durante su discurso por el aniversario de su gobierno. Según afirmó, la medida será oficializada en los próximos días por el físico Demian Reidel, jefe del Consejo de Asesores de la Presidencia, quien ya había hecho pública su visión de la necesidad de apelar a la energía nuclear para lograr que el país se posicione como centro mundial de IA, usando las usinas atómicas como proveedoras de electricidad para los centros de datos.
Hace una semana, Reidel señaló que “se viene un resurgimiento de toda la tecnología nuclear, porque es la única energía limpia que tiene la capacidad de suplir las demandas energéticas de la IA”. Reidel quiere que la Argentina sea parte de ello. “Se viene un verano nuclear”, remarcó.
La energía nuclear está viviendo un renacimiento a nivel mundial como fuente de energía indispensable para la matriz energética del futuro, sobre todo, de cara a su uso para abastecer a los centros donde corre el software que da vida a las diferentes plataformas de inteligencia artificial como ChatGPT o Gemini: es una actividad que consume muchísima energía (para 2027, la IA a nivel mundial consumirá lo mismo que toda la Argentina, según Alex de Vries, economista de la Universidad Libre de Ámsterdam), y no hay perspectiva de que esto vaya a cambiar en el futuro cercano.
“Además, el pool de reactores disponibles hoy ofrece varias opciones tecnológicas para elegir según cada necesidad, y la demanda actual de energía nuclear plantea una oportunidad interesante en cuanto al desarrollo de nuevas tecnologías. En este sentido, Argentina tiene una larga trayectoria avalada internacionalmente por la calidad de sus desarrollos en materia nuclear y de sus recursos humanos”, explica Verónica Garea, ingeniera nuclear, que se desempeña como gerenta de Relaciones Institucionales y Estratégicas de Invap, que es una organización que nació hace 48 años como brazo ejecutor de la política nuclear argentina, convirtiendo conocimiento en productos tales como reactores de investigación y centros de medicina nuclear, en nuestro país y el mundo.
Genio Demian 🇦🇷💪
— Nik (@Nikgaturro) December 11, 2024
“Actualmente, la IA requiere 4,3 GW de potencia de los centros de datos, y se espera que aumente hasta 18 GW para 2028. Para ese año, se estima que las cargas de trabajo de IA representarán entre el 15% y el 20% del consumo total de energía de los centros de datos. Esto significa que estas construcciones deben adaptarse para satisfacer las necesidades energéticas de las aplicaciones impulsadas por IA de manera efectiva y sostenible”, explicaba en agosto Alison Matte, Sustainability Lead EcoStruxure IT en Schneider Electric, una empresa especializada en la gestión de energía
El precedente del Carem
En Argentina ya existe desde hace años un plan de fabricación de distintos tipos de reactores nucleares (SMRs) que, por su tamaño y modularidad, pueden ser construidos y transportados con facilidad hacia la Patagonia, que es el mejor lugar para instalar estos data center, por sus condiciones climáticas, ya que se requiere un ecosistema frío. “Dicho esto, la novedad ahora pasa por integrar estos reactores en los data centers de IA para resolver el gran requerimiento energético de estos centros de datos”, aclara Sebastián Novoa, Manager de Telecomunicaciones en la consultora IDC. Y agrega: “Si bien este plan está en línea con la necesidad actual del mercado, hay que analizar su factibilidad en el tiempo, porque este debería ser un proyecto a mediano y largo plazo, por eso hay que analizar en qué fase de desarrollo están los reactores hoy”.
Respecto al negocio, Novoa visualiza dos alternativas: la Patagonia podría ser un hub para que se instalen data centers para IA de proveedores internacionales o bien que Argentina empiece a exportar sus reactores para data center que están en otros países.
La Argentina ya tiene un proyecto en ese sentido, para exportar el diseño del Carem (por Central Argentina de Elementos Modulares), un reactor de 25 megawatts (MW) de potencia que se puede combinar con hasta cuatro módulos, dando lugar a una central de 100 MW y que era la única central nuclear de potencia que está en construcción en la Argentina (en Zárate), aunque la obra hoy parece estar en un limbo, pese a estar completa en un 80 por ciento.
La Cámara Argentina de la Industria del Software (CESSI) también ve con buenos ojos este anuncio. Para Pablo Fiuza, presidente de esta organización, “que nuestro país tenga como prioridad el desarrollo de infraestructura tecnológica es una gran oportunidad para que la industria del software argentino pueda continuar desarrollándose y escalando como un referente a nivel regional y global”.
Una perspectiva optimista y otra más cauta
Santiago Badran, CEO de Nuclearis, una firma argentina de ingeniería y componentes mecánicos para la industria nuclear, analizó el anuncio con optimismo: “Concuerdo con el plan ya que la energía nuclear es clave para los data center de IA. Incluso nuestro país esta industria tiene una larga trayectoria, con hitos como el que Argentina fue el primer de Latinoamérica en construir una central nuclear”.
El empresario sostiene, junto con la ejecutiva del Invap que, además de contar con perfiles calificado y organismos públicos idóneos, Argentina domina todo el ciclo de energía nuclear, incluyendo minas de uranio, con la empresa estatal Dioxitek, que hace el refinamiento de este mineral, así como también otra firma que transforma ese uranio refinado en el combustible que alimenta las centrales nucleares. “También tiene la empresa Nucleoeléctrica Argentina SA, que es estatal y opera las centrales nucleares, y también están la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que es la autoridad regulatoria nuclear. Entonces, mientras que la gran mayoría de los países recién ahora está analizando normativas legales para empezar a tener energía nuclear, Argentina ya tiene todo”.
Frente a este contexto, Badran sostiene que para que se materialice el plan de Milei solo faltan inversiones, que podrían ser de tres tipos: estatales; privadas de inversores que interesados en el rubro nuclear; o de inversores usuarios de este tipo de energía, como las empresas de IA que requieren de los servicios de estos data centers como Microsoft, Amazon y Google, entre otros. Nnguna de las compañías hizo declaraciones sobre el Plan Nuclear, ni sobre la posibilidad de instalar data centers en el país o bien de comprar reactores argentinos para colocar en otras locaciones; las tres, sin embargo, anunciaron en octubre último acuerdos con varias empresas para construir reactores pequeños junto a sus centros de cómputo en Estados Unidos.
El economista Julián Rojo, que dirige el Departamento Técnico del Instituto Argentino de la Energía “Gral. Mosconi”, se muestra más escéptico que Badran: “No hay información concreta sobre el plan. En primer lugar, se debería explicar en qué consiste, cuáles son las metas, qué proyectos lo integran, cuánto va a costar y quién lo va a pagar. Por todo esto hoy resulta imposible analizar este plan, así como también su factibilidad”.
En simultáneo, Rojo se pregunta por qué no está involucrada la Secretaría de Energía, y si este plan podría llegar a aumentar el costo promedio de la generación eléctrica. “En este caso, tendríamos un sistema eléctrico con tarifas más altas. Por eso hay que ver en manos de quién quedará el cobro del servicio”.
La incógnita alcanza también a quién va a financiar el plan. “Hay que ver si está estipulado que se realizará con inversiones privadas. El problema de esto es que se introduzca al sistema interconectado nacional, algo que podría implicar un aumento en los costos para los usuarios residenciales. Pero si esto no sucede y siempre queda en una cuestión entre privados, todo estaría bien”, reflexiona. En relación con esto, también cuestiona porqué el plan apunta a una energía cara, como es la nuclear, siendo que en Argentina abunda el gas, que es un recurso mucho más económico. “Construir una central de este tipo lleva meses, contra los años que lleva una nuclear”, acota.
En este punto es importante recordar que hay un consenso mundial claro, según el cual frente al cambio climático y dada la dependencia actual de la quema de combustibles fósiles para la generación de energía eléctrica, lo cual produce emisiones de gases de efecto invernadero, es fundamental avanzar hacia alternativas más sustentables. La energía nuclear, a diferencia de los combustibles fósiles, no emite dióxido de carbono a la atmósfera, aunque sí genera residuos radiactivos que están estrictamente controlados. Tras la COP28 celebrada en Dubái en 2022, se produjo un resurgimiento de la energía nuclear, con muchos países optando por ella como una alternativa viable.
Cuánto sale y cuánto se tarda en construir una central nuclear
Badran aplaude el Plan: “Tenemos la base científica, tecnológica e industrial, así como la red normativa para, simplemente, empezar a recibir las inversiones”. Al respecto, se estima que crear una central eléctrica requiere de unos 8000 millones de dólares y toma unos ocho años. A todo esto se suma un factor internacional, mencionado por Garea: “Es clave el apoyo de Rafael Grossi, actual director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a la capacidad argentina en materia nuclear. Por otro lado, en este contexto donde se observa una creciente actividad en la construcción de reactores nucleares, entendemos que va a llegar un punto donde el combustible disponible hoy en el mercado será insuficiente. Y esto representa una oportunidad adicional para nuestro país”.
En un escenario crisis climática, la humanidad se ve hoy ante la necesidad de desarrollar reactores nucleares hasta que surja una fuente de energía más avanzada. Esto es así ya que, aunque las energías renovables son una opción, su intermitencia hace que no puedan garantizar una provisión constante para lo que necesitan los data centers, lo que subraya la necesidad de contar con una fuente de energía base, como la nuclear.
Tal como surge de la conversación con los expertos, el Plan Nuclear depende de varios factores. Entre tantos otros interrogantes, y de cara al largo plazo, Rojo dice que en Argentina hay pocos profesionales capacitados en energía nuclear, aunque tienen muy buen nivel. “Lo que más me preocupa es que en 15 o 20 años tendremos menos talentos como consecuencia del aumento del índice de pobreza”, se anticipa.
Dada la multiplicidad de factores que hay detrás de Plan Nuclear Argentino, evidentemente, como dice Fiuza, hay que considerar varios aspectos: “La cuestión energética, la capacitación de los talentos y la conectividad son grandes desafíos que tenemos por delante. Por eso, una mirada integradora de todo el ecosistema es imprescindible para seguir construyendo positivamente sobre todos estos ejes”.