Google ha informado de que sus emisiones de carbono han aumentado en los últimos cinco años debido al consumo de energía que requiere el uso de la Inteligencia Artificial en sus productos, alcanzando una emisión de 14,3 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2023
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Google ha informado de que sus emisiones de carbono han aumentado un 48 por ciento en los últimos cinco años debido al consumo de energía que requiere el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en sus productos, alcanzando una emisión de 14,3 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) en 2023.
Con el auge de la IA, las grandes tecnológicas han desarrollado sus propios modelos y tecnologías, como es el caso de Google con Gemini, de cara a ofrecer herramientas y funciones en sus servicios que aporten nuevas formas de trabajar, crear contenido o comunicarse.
Sin embargo, utilizar esta tecnología para llevar a cabo distintas tareas supone en muchas ocasiones un consumo muy elevado de energía, lo que aumenta las emisiones de carbono en los centros de datos desde donde se opera la IA. Como consecuencia, se traduce en un atraso en la lucha frente al cambio climático.
En este marco, Google ha trasladado que, durante el año 2023, sus emisiones totales de dióxido de carbono han ascendido a 14,3 millones de toneladas, lo que supone un aumento de un 48 por ciento con respecto a las emisiones registradas en 2019.
Así lo ha dado a conocer la tecnológica en los últimos resultados de su Informe Ambiental anual, en el que ha ofrecido un análisis de sus esfuerzos por aprovechar la tecnología, sobre todo la IA, para impulsar un cambio ambiental positivo y operar de forma sostenible, además de señalar su intención de lograr cero emisiones netas en todas sus operaciones para el año 2030.
Sin embargo, la compañía estadounidense ha aclarado que a medida que siguen integrando la IA en sus productos, la reducción de las emisiones “puede suponer un reto”. De hecho, sus emisiones de carbono durante 2023 han aumentado un 13 por ciento con respecto al año anterior.
Esto supone un crecimiento de casi el 50 por ciento de las emisiones de CO2 en un margen de 5 años, algo que Google ha atribuido a los aumentos en el consumo de energía de sus centros de datos y las emisiones de su cadena de productos.
En concreto, tal y como ha explicado, este aumento en el consumo se debe a las demandas de energía que requieren sus tecnologías de IA. Tal y como ha puntualizado, dado que cada vez hay más demanda de herramientas de IA a nivel general, también aumenta la intensidad del cómputo de IA y, por tanto las emisiones asociadas.
Con todo ello, según ha detallado en el informe, durante el pasado año el consumo eléctrico total de sus centros de datos creció un 17 por ciento y, dado que la infraestructura de Google “sigue impulsando la transición digital”, la compañía espera que esta tendencia siga aumentando en el futuro.
Minimizar su impacto ambiental
En este marco, Google también ha manifestado que ampliar la IA y utilizarla para acelerar la acción contra el cambio climático es “tan crucial como abordar el impacto ambiental asociado a ella”. Por tanto, la tecnológica ha señalado que están llevando a cabo distintas iniciativas para reducir su huella ambiental.
Por ejemplo, según ha subrayado, construyen infraestructuras informáticas más eficientes energéticamente, respaldadas por prácticas de uso responsable de agua y un compromiso con la minimización de recursos. Con ello, consiguen que un centro de datos propiedad de Google y operado por Google sea aproximadamente 1,8 veces más eficiente energéticamente que un centro de datos empresarial.
Así, en 2023 la efectividad promedio del uso anual de energía de sus centros de datos fue de 1,10 en lugar del promedio de la industria de 1,58. Es decir, que sus centros de datos utilizan aproximadamente 5,8 veces menos energía general por cada unidad de energía de los equipos de TI.
Usar la IA para impulsar la acción climática
Google también ha afirmado en su informe que la IA tiene el potencial de ayudar a mitigar entre el 5 y el 10 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2030. Para ello, ha indicado que están impulsando la IA en áreas clave como la organización de la información, la mejora de la predicción y en una mejor optimización.
Un ejemplo de esta iniciativa es la función de rutas de bajo consumo de combustible, organiza la información analizando el tráfico, el terreno y el motor del vehículo en cuestión para sugerir la ruta más eficiente. Con este tipo de iniciativas, Google ha ayudado a reducir más de 2,9 millones de toneladas métricas de emisiones desde finales del año 2021 hasta finales de 2023. Esto equivale a sacar de circulación a aproximadamente 650.000 automóviles durante un año.
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