Algunos juegos en tu smartphone usan el micrófono para saber qué ves en TV
Varias aplicaciones y juegos infantiles están integrando software que pide acceso al micrófono del teléfono para tomar el sonido ambiente e intentar determinar si el usuario está viendo en televisión
A primera vista, las aplicaciones de juegos —con nombres como “Pool 3D”, “Beer Pong: Trickshot” y “Real Bowling Strike 10 Pin”— parecen inofensivas. En “Honey Quest” vemos a Jumbo, un oso animado.
Sin embargo, una vez que se descargan en un teléfono inteligente , estas aplicaciones pueden registrar las costumbres televisivas de los usuarios —algunos de ellos podrían ser niños— incluso cuando los juegos están inactivos.
Se trata de otro ejemplo de cómo las empresas, a través de dispositivos que para muchas personas son indispensables, están documentando la manera en que el público ve la televisión y los comerciales en un entorno de entretenimiento que cambia rápidamente.
Las aplicaciones utilizan software de Alphonso, una empresa emergente que recolecta datos sobre la televisión y sus espectadores para ofrecerlos a los anunciantes. Con el micrófono de un teléfono inteligente, el software de Alphonso puede detallar qué ve la gente al identificar señales de audio de los comerciales y los programas; a veces incluso combina esa información con los lugares que la gente visita y las películas que ve. La información puede usarse después para dirigir los anuncios de manera más precisa e intentar analizar cosas como qué anuncios hicieron que una persona visitara una concesionaria de autos.
En Android y en el iPhone
Más de 250 juegos que utilizan el software de Alphonso están disponibles en la tienda Google Play; algunos también están disponibles en la tienda virtual de Apple.
La recolección de datos también puede ocurrir a través de aplicaciones de juegos que en realidad no necesitarían utilizar el micrófono del celular, entre ellas algunas dirigidas a niños. El software también puede detectar sonidos aunque el celular esté en un bolsillo si las aplicaciones están ejecutándose en segundo plano.
Alphonso dijo que su software, que no registra la voz humana, se explica claramente en las descripciones de las aplicaciones y las políticas de privacidad, y que la empresa no puede obtener acceso a los micrófonos y las ubicaciones de los usuarios a menos de que ellos acepten.
“El usuario acepta deliberadamente y puede eliminar el servicio en cualquier momento”, dijo Ashish Chordia, el director ejecutivo de Alphonso; agregó que las cláusulas de divulgación cumplen con los lineamientos de la Comisión Federal del Comercio de Estados Unidos. La empresa también proporciona instrucciones para desvincularse del servicio en su sitio web.
Alphonso es una de las varias empresas jóvenes que utilizan nuevas tecnologías para entrar a la casa del usuario en búsqueda de información fresca para venderla a los anunciantes. A pesar de todo lo que se habla acerca de la irrupción digital en el mundo de la publicidad, la televisión aún atrae casi 70.000 millones de dólares en el gasto anual en Estados Unidos, y los anunciantes no dudan en pagar para extender y analizar la efectividad de ese gasto.
La propagación de estas tecnologías, combinada con la proliferación de los televisores conectados a internet y las herramientas que pueden identificar contenido de video a través de pixeles y material auditivo, ha dado como resultado algunas prácticas cuestionables.
El año pasado, la Comisión del Comercio de EE.UU. emitió una advertencia a una docena de desarrolladores que habían instalado un software conocido como Silverpush en las aplicaciones con el objetivo de utilizar los micrófonos de los dispositivos para captar señales de audio que los humanos no pueden escuchar y así registrar lo que ven en la televisión. Este año, Vizio aceptó pagar 2,2 millones de dólares para concluir la disputa sobre las acusaciones de que estaba recolectando y vendiendo datos de consumo de televisión de millones de televisiones conectadas a internet sin que los usuarios lo supieran o aceptaran.
Las empresas que recolectan este tipo de datos, sobre todo a través de juegos, deben transparentar sus prácticas de negocios para los usuarios “porque son intrínsecamente inesperadas y sorprendentes”, dijo Justin Brookman, el director de privacidad del consumidor y políticas de tecnología en el grupo de defensa Consumers Union, quien también fue director de políticas en la comisión del comercio y trabajó en el caso de Silverpush.
“Cuando se lee la frase ‘permiso para que la publicidad tenga acceso al micrófono’, puede que no sea claro para el usuario que la aplicación registrará lo que hace todo el tiempo y lo que está viendo en la televisión”, dijo Brookman. “Deben tomar todas las medidas necesarias y tener el cuidado de asegurarse de que los usuarios sepan de qué se trata”.
A través de su software, Alphonso puede dar seguimiento a los anuncios que la gente ve en las casas de sus amigos y en otros lugares. La empresa también ha trabajado con estudios fílmicos para averiguar los hábitos de los espectadores de cine, dijo Chordia el director ejecutivo de Alphonso. Aun cuando no están en uso, las aplicaciones para teléfonos inteligentes que utilizan el software de Alphonso pueden detectar películas con base en secciones del filme que los estudios proporcionan previamente.
“Muchas personas apagan su celular, pero un pequeño porcentaje no lo hace, y lo deja en su bolsillo”, dijo Chordia. “En esos casos, podemos detectar en una pequeña muestra quién está viendo el programa o la película”.
Chordia dijo que Alphonso tiene un acuerdo con Shazam, la aplicación para detectar música que tiene acceso al micrófono de muchos celulares. Alphonso puede proporcionarle a Shazam las secciones de audio que recolecta, dijo, y así la empresa puede usar su propia tecnología de reconocimiento de contenido para identificar a los usuarios y después venderle esa información a Alphonso.
Shazam, la empresa que Apple aceptó adquirir hace poco, rechazó hacer comentarios acerca de Alphonso. Aún así, la conexión entre micrófonos y anuncios es complicada. Los estadounidenses instalan en sus casas los altavoces conectados a internet de Amazon y Google, en grandes cantidades, mientras expresan su preocupación de que las empresas los estén escuchando en secreto y después usen esa información de maneras inquietantes, como anuncios extrañamente relevantes (Facebook ha intentado, sin éxito, acabar con esa teoría muchas veces).
“Debemos ser muy cuidadosos de que la gente no ignore está situación ni se vea sorprendida mientras tenemos más dispositivos que capturan más información en las habitaciones, en la calle y en las casas de otras personas”, dijo Dave Morgan, el fundador y director ejecutivo de Simulmedia, que trabaja con anunciantes y publicidad dirigida en televisión. “No se trata de que no sean estrategias legales. Se trata de que no sea algo perturbador”.
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