El fallo en la nube de Amazon que provocó un apagón masivo en internet el martes fue provocado por un error humano. En concreto, un comando mal introducido por un ingeniero del gigante de las compras en línea.
El fallo de Amazon mantuvo fuera de servicio durante más de 5 horas a miles de webs.
Ahora está claro qué pasó: fue un error humano lo que provocó el gran fallo de Internet de este martes, que dejó fuera de servicio a miles de sitios web y aplicaciones en todo el mundo.
Y, en concreto, fue un error tipográfico.
El responsable del apagón, el gigante de las compras por Internet Amazon, difundió un comunicado en el que reconoció que la caída fue causada por un fallo humano de uno de sus empleados.
"Un miembro autorizado del equipo de S3 [el servicio en la nube de Amazon] intentó ejecutar un comando que debía remover un pequeño número de servidores de uno de los subsistemas de S3 que es usado para el sistema de facturación", explicó la empresa.
"Desafortunadamente, uno de los elementos del comando fue introducido de manera incorrecta y un gran paquete de servidores fueron eliminados involuntariamente".
Amazon Web Services concentra alrededor del 45% del mercado de almacenamiento web in Internet.
S3 es una parte del servicio de computación en la nube del gigante estadounidense, conocido como Amazon Web Services, y que ofrece alojamiento de datos en Internet a cientos de miles de páginas web y aplicaciones para dispositivos móviles.
Según la compañía, el fallo ocurrió mientras un ingeniero realizaba tareas de mantenimiento en unos servidores.
El problema se produjo cuando el técnico, en vez de apagar sólo una parte del sistema, introdujo un comando que precipitó un apagón en cadena.
En un intento de subsanar el error cometido, Amazon decidió reiniciar el sistema.
Esta decisión, sin embargo, no produjo el efecto deseado, ya que muchos de los servidores caídos no habían sido apagados nunca.
La nueva puesta en marcha de estos se demoró casi cinco horas, una eternidad para los cientos de miles de webs que se vieron afectadas por la caída de los servidores.
Una vez solucionado el problema, Amazon se disculpó con sus clientes afectados y prometió que cambiará los protocolos para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.
Todos los huevos en la misma cesta
Para los clientes de nubes como la de Amazon es más fácil y barato confiar en un único proveedor de almacenamiento que en varios, con el peligro que ello implica.
Un informe de la consultora Synergy Research Group de febrero de 2017 asegura que Amazon Web Services concentra un 45% del mercado de almacenamiento web en Internet.
Amazon Web Services ofrece alojamiento de datos en Internet a cientos de miles de páginas web.
Según el reporte, la nube de Amazon es más grande que la de sus tres principales competidores juntos ( Microsoft , Google e IBM ).
Y parece que esta ventaja podría seguir aumentando, con los problemas que ello implica.
La publicación especializada Business Insider explicaba hace unos meses que el mercado de la computación en la nube tiene las características de un monopolio natural: cuanto más grande es una red, más eficiente es a nivel operativo y financiero.
Pero también más frágil, ya que como hemos visto esta semana, la caída de los servidores de un gigante como Amazon Web Services puede arrastrar consigo a miles de empresas y aplicaciones.
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