El celular reemplaza a los bancos para las transacciones de dinero
Surgen cada vez más herramientas y hábitos que transforman al smartphone en el punto de conexión del usuario con el sistema bancario
Ryan Craine odia llevar efectivo y siente que escribir cheques es un dolor de cabeza. Ya no hace tanto ninguna de las dos cosas, generalmente utiliza su smartphone para pagar cosas.
Craine, de 28 años, quien se desempeña como empleado de servicio técnico en Washington, utiliza Apple Pay en los comercios y restaurantes que lo aceptan. Cerca de 20 veces por mes recurre a Venmo, una billetera digital para transferir dinero de una persona a otra, así como para pagar su parte del alquiler, comidas, compras de comestibles y servicios públicos. Con el fin de refinanciar su préstamo estudiantil, el año último, recurrió al flamante sistema de préstamos en línea, Earnest.
Las decisiones relacionadas con el dinero de Craine apuntan al cambio que está llevando a cabo la generación millennial, el cual está dirigido hacia nuevos servicios financieros digitales, un cambio en el comportamiento que amenaza con derrotar a la industria bancaria para el consumidor. La popularidad de los servicios llevó a que los principales bancos se apresuraran a adaptarse, aún habiendo recuperado su posición luego de la crisis financiera.
Si los bancos pierden este desafío, advirtió Brian Moynihan, quien es el director ejecutivo del banco Bank of America, en noviembre: "podría suceder que nos arrebaten parte de nuestra industria para siempre".
Los analistas afirman que los estadounidenses de entre veinte y treinta y cinco años dejan entrever el mercado bancario del futuro.
"Su relación con el sistema financiero es muy diferente, es de manera electrónica, a través de sus smartphones", dijo Mark Zandi, el economista principal de Moody’s Analytics. "Eso puede ser que sea, y será, muy perturbador para el sistema bancario".
El dinero se está volcando a las llamadas fintech startups (empresas nuevas dedicadas a la tecnología financiera, en idioma español). Y las grandes empresas de tecnología (como Apple, Google, Amazon, Facebook y Samsung) están ingresando a los servicios bancarios para el consumidor, y generalmente comienzan por las aplicaciones digitales para realizar sus pagos.
De acuerdo con CB Insights, una empresa de investigación, las inversiones mundiales en startups que se focalizaron en los mercados bancarios minoristas subieron casi 6800 millones de dólares en 2015. Eso es más del triple de los 2200 millones de dólares registrados en el año 2014.
Los principales bancos tomaron decisiones para abordar la nueva realidad. Citigroup, por ejemplo, se asoció con Lending Club, una empresa de créditos en línea. En octubre, el banco abrió una dependencia distinta: Citi FinTech. En un memorándum al personal, Stephen Bird, quien es el nuevo director ejecutivo de servicios bancarios globales para el consumidor, dijo que el banco llegó a un "punto crucial" cuando se "intensificó el cambio tecnológico" y que "los competidores están por todos lados".
En una entrevista, Bird afirmó que esta nueva unidad es la "punta de lanza" para que el banco avance hacia el futuro. La meta a largo plazo, dijo él, es proporcionar una variedad de servicios de administración bancaria y de dinero que son tan fáciles de usar como pagar por un viaje en Uber. "Si nos podemos mover lo suficientemente rápido, eso representa una gran oportunidad para nosotros", dijo Bird. "Es tanto una oportunidad como una amenaza".
Mientras que las insurgentes de fintech se mueven y crecen rápidamente, deben superar grandes desafíos propios antes de volver a dar forma a la industria. Aún son jugadores relativamente pequeños y especializados en un segmento dentro del extenso negocio de las actividades bancarias minoristas. No son instituciones de captación de depósitos en las que los ahorros del consumidor están aseguradas por el gobierno.
También carecen del aparato legal y regulatorio que los bancos tradicionales construyeron durante muchas décadas. Algunos de los nuevos servicios ya están afrontando un escrutinio regulatorio. En noviembre, Apple, Google, Amazon, PayPal e Intuit formaron un grupo de defensa, con base en Washington, llamado Financial Innovation Now, con el propósito de promocionar políticas destinadas a "fomentar una mayor innovación en los servicios financieros".
Algunos hábitos bancarios aún están cambiando en la población. En 2010, el 40 por ciento de los estadounidenses con cuentas bancarias visitaron una sucursal física una vez a la semana, mientras que sólo un 9 por ciento realizó una transacción móvil semanalmente, de acuerdo con una investigación de encuestas realizada por la firma Javelin Strategy and Research. Para el año 2014, el porcentaje informado de visitas semanales a sucursales de bancos cayó a un 28 por ciento, mientras que la proporción semanal de servicios bancarios móviles se triplicó a un 27 por ciento.
Vanessa Montes de Oca (20), vive en Covina, California, y combina su vida de estudiante universitaria con un trabajo de jornada parcial en un Sam’s Club cercano. Tiene una cuenta en un banco llamado Chase Bank, pero solo la utiliza para recibir sus cheques de pago por depósito directo y para hacer pagos por débito. No tiene tarjetas de crédito, ya que las ve como una posibilidad de realizar gastos excesivos y de peligro financiero.
Entonces, Montes de Oca eligió una nueva alternativa de tarjeta de crédito llamada Affirm, para realizar pagos a una tienda minorista de venta de ropa en línea, UNIF. El año último, hizo cinco pagos que sumaron 460 dólares. Ella paga Affirm en cuotas que van de los tres a los doce meses.
La información que le proporcionó a Affirm, tipeando en su smartphone, fue su nombre, dirección, número de teléfono móvil y los últimos cuatro dígitos de su número de seguro social. La aprobación del crédito y de la compra llegó en unos pocos segundos.
Ella utilizó la aplicación Affirm de su smartphone sin inconvenientes. Dijo que parecía "un servicio eficaz", fácil y rápido, donde los montos y los términos de pago estaban indicados claramente. Ella agregó que, con esa pantalla que tiene en la mano, paga sus cuentas, se comunica y busca respuestas. "La mayoría de las actividades de mi vida están en mi teléfono móvil", dijo Montes de Oca, quien también es usuaria de Venmo.
La migración a la informática móvil bien podría funcionar para beneficio de los operadores que usan únicamente el formato digital ya que personas de todas las edades se sienten más cómodas utilizando un smartphone como si fuera un control remoto para gestionar sus finanzas.
Los servicios dedicados a la gestión de patrimonio, por ejemplo, se inclinan hacia las personas mayores. En SigFig, una empresa recién creada, ubicada en San Francisco, la cual ofrece servicios de consultoría de inversión en línea, la edad promedio de los usuarios es 47 años. Aun así, la cantidad de usuarios de SigFig que accede desde sus dispositivos móviles ha aumentado ininterrumpidamente a un 50 por ciento.
"Las personas tienen esa relación diaria con sus smartphones en la actualidad, casi sin importar la edad", dijo Mike Sha, el director ejecutivo de SigFig.
Venmo está adquiriendo popularidad, principalmente entre quienes pertenecen a la generación del milenio. El volumen de pagos a través de Venmo, una dependencia de PayPal, creció más del triple en el trimestre recientemente informado, y alcanzó los 2.100 millones de dólares.
De acuerdo con William Ready, el más antiguo de los vicepresidentes de productos e ingeniería en PayPal, Vemmo está comenzando a atravesar las generaciones, ya que adultos jóvenes convencen a sus padres para que utilicen la aplicación de los smartphones con el fin de enviar dinero y fraccionar pagos.
Sin embargo, la inclusión de varias generaciones parece avanzar lentamente. Craine, el empleado de servicio técnico, alentó a sus padres, quienes tienen cincuenta años, a usar Venmo. Pero no lo logró.
"Yo lo intenté", recordaba Craine, "pero ellos están reticentes a manejar dinero de esa manera, a través de un smartphone".
Madeleine Fleming (25), una gerente de productos en línea que vive en Brooklyn, se encontró con la misma dificultad cuando intentó convencer a su madre, quien tiene casi sesenta años. "Ella esta mucho menos ligada a su teléfono móvil que yo", dijo Fleming.
Fleming con frecuencia envía pequeños presentes monetarios a sus amigos y parientes con mensajes que dicen: "mejórate" o "anímate". Por ejemplo, señala ella, una prima que es maestra en Nueva Orleans pasó una semana difícil recientemente. Fleming le envió 10 dólares a través de Venmo con una nota de aliento que la instaba a comprarse una bebida.
"Es un pequeño gesto para demostrar que alguien está pensando en ti", dijo Fleming. "Pienso que es el siguiente nivel a través del que se puede mostrar consideración".
Traducción de Angela Atadía Borghetti
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