El calentamiento global también es responsabilidad de la tecnología
Las fábricas y los medios de transporte a combustión interna no son los únicos factores que afectan al cambio climático. Según el informe Lean ICT – Towards Digital Sobriety (2019), dado a conocer por el centro de estudios francés The Shift Project, nuestras computadoras, smartphones, televisores inteligentes y otros dispositivos generan el 4% de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), esto es más que todo el transporte aéreo, cuyas emisiones representan entre el 2 y 3%, según los datos de Panel Intergubernamental del Cambio climático (IPCC).
El informe señala que los videos que vemos en internet generan el 1% de la emisión global de dióxido de carbono. "La proliferación de servicios de streaming para series y películas como Netflix son los principales responsables del derroche energético, con un 34% del tráfico mundial de datos, seguidos por la pornografía (27%) y portales como Youtube (21%)", sostiene el estudio.
Estos datos están en sintonía con el informe Clicking Clean: ¿Quién gana la carrera para crear un Internet verde?, realizado por Greenpeace de Estados Unidos en 2017. Las principales conclusiones de este documento indican que Apple, Google y Facebook están realizando algunos de los mayores avances hacia el uso de energía 100% renovable del sector, mientras que Netflix y Amazon Web Services vienen rezagadas. Netflix tiene, según Greenpeace, una de las huellas de datos más grandes de todas las compañías analizadas por la ONG. Consultado por LA NACION, el proveedor de series, películas y documentales prefirió no responder "por no tener voceros locales acerca de esta cuestión".
Acciones concretas
Frente a esta situación algunas firmas tecnológicas están incorporando el uso de energías renovables. Entre ellas se encuentra Google . En una publicación de septiembre, Sundar Pichai, CEO del grupo Alphabet, recordó: "Estamos trabajado duro para reducir la huella de carbono de nuestras operaciones, construir productos teniendo en cuenta a las personas y al planeta, e impulsar el cambio a través de nuestras cadenas de suministro". En 2017 y 2018 equiparon su consumo anual de electricidad con energía renovable, y acaban de realizar la compra corporativa de esta clase de energía más grande en la historia para aumentar la cartera mundial de parques eólicos y solares un 40%, con el objetivo final de alcanzar la energía libre de carbono disponible 24x7 en todas sus operaciones.
Al ser consultado por LA NACION, Robert Ivanschitz, director legal y corporativo de Microsoft Latinoamérica detalló que desde 2009 realizan y cumplen con una serie de compromisos para reducir la huella de carbono. "Aunque estamos progresando en nuestro objetivo de eliminar nuestras emisiones operativas de carbono en un 75% para 2030. La magnitud y velocidad de los cambios ambientales en el mundo han dejado bastante claro que debemos hacer más". En esta línea, han aumentado notablemente el uso de energías renovables desde 2014.
Además, dicen apoyar a los clientes en sus propias reducciones de carbono, y trabajan para descarbonizar las industrias, incluyendo bienes raíces, edificaciones y fábricas. "A su vez, extendemos nuestro alcance más allá de nuestros clientes con nuestro programa de AI for Earth (Inteligencia Artificial para la Tierra), que desde 2017 acompaña a proyectos que cambian la forma en que personas y organizaciones monitorean, modelan y, en última instancia, administran los sistemas naturales de la Tierra", enumera Ivanschitz.
Pero dado que Internet y los servicios online son cada vez más relevantes para la sociedad, a mediados de esta década los centros de datos seguirán creciendo en número y tamaño, y por lo tanto en consumo de energía eléctrica. Por eso es necesario que las compañías trabajen de forma sostenible para construir y operar data centers más ecológicos. "Con ese fin, Microsoft firmó 16 acuerdos de energía renovable en tres continentes que ahora están produciendo casi 2 gigawatts (GW) de energía limpia. Hemos cumplido varios objetivos para incrementar la cantidad de electricidad utilizada por nuestros centros de datos proveniente de fuentes de energía renovables, y alcanzaremos el hito del 60% para finales de 2019, con el objetivo de superar el 70% para 2023, y seguir mejorando en dirección a lograr el 100%", aseguró el ejecutivo en noviembre.
Usuarios y gobiernos
Más allá de las cuestiones de índole corporativa, desde The Shift Project piden sobriedad en el consumo por parte de los usuarios y regulaciones que eviten el derroche de energía. Sin nombrar ninguna medida en concreto, el problema de la reproducción automática de videos y publicidades aparece varias veces en su informe. También se refieren al derroche energético que supone la alta definición de los videos, siendo que no es una particularidad imprescindible para disfrutar de estos contenidos multimedia.
El problema es que una parte importante del modelo de negocio de las tecnológicas gira en torno a la publicidad que generan esos videos. Todo esto, sin contar el tema de la obsolescencia programada, que tiene que ver con el hecho de que los fabricantes lanzan al mercado nuevos modelos de forma constante, incentivando a los usuarios a renovar sus equipos y generando así más chatarra electrónica.
Dado que el progreso económico de algunas empresas parece no ser compatible con el cuidado del planeta, hay quienes postulan que los gobiernos deberían tomar cartas en el asunto. Mientras tanto, y pensando en el granito de arena que podemos aportar los usuarios hogareños, la ONG The Green Web Foundation cuenta con una serie de herramientas, como extensiones de navegadores, que le permiten al usuario ver si los sitios que visitan están alojados en servidores que utilizan energías renovables.
Si internet fuera un país, se situaría como el sexto en consumo de electricidad, según el informe de Greenpeace, por lo que es fundamental para paliar el cambio climático que las firmas tecnológicas se comprometan a largo plazo a utilizar energías renovables, y que los usuarios tengamos en cuenta que el uso de herramientas digitales no es inocuo para la Tierra.
Frente a esta situación, Elizabeth Jardim, Senior Corporate Campaigner de Greenpeace USA, explicó a LA NACION: "Necesitamos que internet funcione con energía renovable. De modo que, cuando transmitimos datos, hacemos clic o compartimos información, no aumenten las emisiones de carbono como consecuencia del uso de energías sucias. En este contexto, las compañías tecnológicas, muchas de las cuales se han comprometido con las energías renovables, necesitan seguir y alimentar sus centros de datos con energía renovable real, al tiempo que eliminen el consumo de combustibles fósiles. Este objetivo también debe extenderse a sus cadenas de suministro, de modo que los dispositivos se fabriquen con energía renovable, en lugar de carbón (como es el caso de gran parte de la fabricación que ocurre en China)".
Las firmas de tecnología deben enfrentar los retos ambientales por más difíciles que sean, al tiempo que los usuarios deberíamos ser más conscientes de los impactos medioambientales de nuestros hábitos digitales, ya que el tiempo para actuar es limitado, los recursos son escasos y el impacto es demasiado grande para sentarse a esperar.
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