El ascenso de Lenovo hacia el pináculo tecnológico
Con la compra de Motorola Mobility, la empresa china hace una apuesta arriesgada por los teléfonos inteligentes
Lenovo Group Ltd. pasó de ser una pequeña empresa financiada por el gobierno chino en los años 80 a convertirse en una poderosa corporación global que el año pasado lideró la lista de fabricantes de computadoras personales de todo el mundo.
Con su plan de pagar US$2.910 millones por Motorola Mobility, el negocio de teléfonos poco rentable de Google Inc., Lenovo está haciendo una apuesta arriesgada a que puede recrear el éxito que ha tenido con las PC en el mercado de teléfonos inteligentes.
"Este será un buen comienzo para desafiar a los grandes actores en [el sector de] smartphones", afirmó el presidente ejecutivo de Lenovo, Yang Yuanqing, en una entrevista, luego de que la compañía anunció el acuerdo. "Queremos convertirnos en un jugador global".
El acuerdo representa uno de los pasos más audaces hasta el momento en la evolución de Lenovo, que comenzó a operar desde una pequeña casa en Beijing, distribuyendo computadoras fabricadas en el extranjero a hogares chinos.
Hasta ahora, la empresa ha forjado su éxito principalmente en base a una capacidad despiadada para reducir costos, al fabricar internamente todas sus computadoras. En el proceso, se ganó una reputación en el extranjero como una marca sólida y confiable. La compra en 2005 del negocio de PC de International Business Machines Corp. (IBM) ayudó a Lenovo a establecer su credibilidad a nivel mundial, aunque muchos de sus mayores avances en materia de ventas se han producido con clientes corporativos o en mercados emergentes.
No obstante, la compra de Motorola lleva a Lenovo a adentrarse más en el mundo de los teléfonos inteligentes, conocido por sus compradores exigentes y pendientes de las marcas. En ese segmento, el fabricante chino se enfrentará con Apple Inc. y Samsung Electronics Co., los líderes del mercado y dos de las marcas de consumo más reconocidas del mundo.
Además, Lenovo llevará su batalla a Estados Unidos, lejos de su tierra natal, donde aún disfruta de cierta ventaja por ser una empresa local. China representó 41% de sus US$18.560 millones en ventas durante los seis meses que terminaron el 30 de septiembre de 2013, las cifras disponibles más recientes.
La tarea se vuelve más difícil por el balance en rojo de Motorola: la pérdida neta de la firma de teléfonos aumentó de US$616 millones en 2012 a US$928 millones el año pasado, según Lenovo. Temores de que el acuerdo perjudique la rentabilidad de la empresa china llevaron a inversionistas a vender sus acciones durante la sesión bursátil del jueves en Asia. Sus títulos cayeron 8,2% a 10,06 dólares hongkoneses (US$1,30). El descenso coloca el valor de mercado de Lenovo en alrededor de US$13.500 millones.
El esfuerzo se complica aún más debido al otro acuerdo importante de Lenovo, anunciado la semana pasada, para comprar el negocio de servidores más económicos de IBM por US$2.300 millones. Su capacidad de gestión estará bajo presión mientras la compañía integra simultáneamente dos grandes divisiones en áreas muy distintas, señalan analistas.
"Estoy sorprendido de que Lenovo se meta en algo tan arriesgado", afirma Alberto Moel, analista de Sanford C. Bernstein, sobre la adquisición de Motorola Mobility. "Está mordiendo más de lo que puede masticar", agrega.
Yang señaló que Lenovo tiene un historial de demostrar a los escépticos que están equivocados. La empresa ha superado a firmas de tecnología de mayor renombre para ganar participación de mercado, y en el proceso ha madurado y se ha globalizado.
Cuando Lenovo compró la división de PC de IBM por US$1.250 millones, el negocio también tenía problemas. En ese momento, quienes criticaron la compra consideraron que Lenovo no podría manejar la adquisición, ya que era mucho mayor que su propio negocio de computadoras. "Algunos dijeron que era como si una serpiente se tragara un elefante", recordó Yang.
De muchas formas, Lenovo es un modelo de lo que el gobierno chino quiere de las compañías del país. Beijing está a favor de que sus empresas compren o nutran marcas en el extranjero, conforme el país busca formas de diversificar su economía más allá de las manufacturas baratas y de realizar inversiones a nivel internacional.
En momentos en que sus costos laborales suben y las fuentes de crecimiento tradicionales merman, China pretende avanzar en la cadena de valor y fabricar bienes sofisticados y de alto margen para impulsar su economía y crear mejores empleos.
Lenovo ha sido un pionero en la campaña de China para que las marcas de electrónicos de consumo locales fabriquen y vendan sus propios productos y servicios en lugar de desempeñar papeles secundarios detrás de marcas extranjeras. Y aunque aún recibe financiamiento del gobierno, a través de uno de sus mayores inversionistas, es muy distinta de las enormes empresas estatales que dominan los sectores bancario, de recursos naturales y transporte del país.
En el pasado, Lenovo también se benefició de las normas del gobierno que impedían a los fabricantes de computadoras extranjeros establecer sistemas de distribución en China, según un estudio realizado el año pasado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, de EE.UU. Eso la ayudó a crear sus propios canales de ventas.
—Carlos Tejada contribuyó a este artículo.