Fraude bancario y electrónico, obstrucción de la justicia y robo de tecnología.
Son solo tres de los 23 cargos que el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó contra el gigante chino de telecomunicaciones Huawei y su directora financiera, Meng Whazou.
Meng fue arrestada en Canadá el mes pasado a pedido de Estados Unidos, como parte de una trama que tensa cada vez más las relaciones entre estos dos países y China .
Réplica del gigante asiático
La respuesta de China a estas acusaciones no se ha hecho esperar.
El ministerio de Relaciones Exteriores denunció, en una rueda de prensa, las "manipulaciones políticas" detrás del caso.
"Durante algún tiempo, Estados Unidos ha usado el poder estatal para desacreditar y reprimir a determinadas compañías chinas en un intento de estrangular las operaciones legítimas y legales de las empresas", afirmó a BBC Geng Shuang, portavoz del ministerio.
Huawei es uno de los proveedores de servicios y equipos de telecomunicaciones más grandes del mundo y recientemente superó a Apple para convertirse en el segundo fabricante de teléfonos inteligentes después de Samsung.
Pero Estados Unidos y otras naciones occidentales han mostrado su preocupación de que el gobierno chino pueda usar la tecnología de la empresa para expandir su capacidad de espionaje.
La firma insiste en que no hay control gubernamental sobre ella, por lo que el arresto de Meng (la hija del fundador de Huawei) enfureció a China.
Más tensiones
La acusación formal alega que Huawei engañó a Estados Unidos y a un banco global sobre su relación con las subsidiarias para realizar negocios con Irán, un país que se encuentra bajo sanciones de Estados Unidos y que afectan la exportación de petróleo, el comercio y los bancos.
El gigante chino también es acusado de robar la tecnología que T-Mobile utiliza para probar la durabilidad de los teléfonos inteligentes, así como de obstruir la justicia y cometer fraude electrónico.
Tanto Meng como Huawei niegan los cargos en su contra.
"Quiero reiterar que el gobierno chino exige que las empresas del país obedezcan la ley. Al mismo tiempo, reclamamos que los países proporcionen un entorno justo y equitativo para que las compañías chinas operen", dijo el portavoz chino.
"Hay motivaciones políticas detrás de eso. Defenderemos los intereses legítimos de las empresas chinas", añadió.
El caso Huawei suma aún más tensiones a la ya existente guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Guerra comercial como trasfondo
A finales de 2018, el gobierno del presidente Donald Trump impuso aranceles por un total de más de US$250 mil millones a productos chinos, lo que llevó a Pekín a adoptar una respuesta similar.
Ambos países acordaron el mes pasado suspender las nuevas tarifas durante 90 días para permitir conversaciones y llegar a un acuerdo sobre la crisis.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, dijo este lunes que los cargos contra Huawei están "completamente separados" de las negociaciones comerciales en curso.
De hecho se prevé que altos funcionarios chinos visiten Washington esta semana para discutir el fin de una guerra comercial.
Antecedentes
Meng fue arrestada el 1 de diciembre en la ciudad de Vancouver, en el oeste de Canadá, a petición de los Estados Unidos.
Más tarde, un tribunal local le permitió salir bajo fianza de US$7,6 millones. La funcionaria está bajo vigilancia las 24 horas del día y debe usar un localizador electrónico en el tobillo.
Días después de su arresto, China detuvo a dos canadienses, el exdiplomático Michael Kovrig y el empresario Michael Spavor, en lo que algunos han visto como una represalia.
En enero, el gigante asiático condenó a muerte al canadiense Robert Lloyd Schellenberg por tráfico de drogas. Lloyd había recibido una pena de prisión de 15 años en noviembre, pero un tribunal dictaminó que esta sentencia era demasiado indulgente.
Varios países han expresado en el pasado preocupaciones sobre la seguridad de los productos de Huawei, y el gobierno estadounidense alentó a las empresas y otras naciones a no comprarlos.
BBC Mundo