EE.UU. acusa a Apple y a cinco editoriales de manipular precios
El Departamento de Justicia dijo que las compañías acordaron aumentar el costo de las ediciones digitales hasta 14,99 dólares, tras una disputa que obligó a Amazon, líder del segmento, a fijar sus títulos a 9,99 dólares
El gobierno de Estados Unidos entabló una demanda antimonopolio contra Apple Inc. y cinco de las mayores casas editoriales de Estados Unidos, relacionada con el creciente mercado de los libros electrónicos. El Departamento de Justicia las acusa de conspirar para aumentar los precios e impedir que Amazon.com vendiera títulos por US$9,99.
Tres de las editoriales acusadas llegaron a un acuerdo extrajudicial y accedieron a que Amazon y otras cadenas minoristas establecieran el precio que estimaran conveniente, destruyendo un modelo que había llevado el precio de muchos libros electrónicos de altas ventas a entre US$12,99 y US$14,99. Un acuerdo por separado con los estados podría obligar a las editoriales a pagar decenas de millones de dólares a los compradores de libros electrónicos como resarcimiento.
Eric Holder, fiscal general de EE.UU., dio a conocer la demanda federal en una conferencia de prensa en Washington. "Como resultado de esta supuesta conspiración, creemos que los consumidores pagaron millones de dólares de más por algunos de los títulos más populares", dijo.
Algunas editoriales insistieron en que no cometieron ninguna irregularidad y que su única intención fue impedir que Amazon lograra una posición dominante en el comercio minorista de libros electrónicos.
John Sargent, presidente ejecutivo de Macmillan, una filial del Grupo Editorial Georg von Holtzbrinck GmbH, desmintió la existencia de cualquier colusión y dijo que se negó a firmar el pacto propuesto por el gobierno, debido a que podría permitirle a Amazon "recuperar la posición de monopolio que había estado forjando".
El ejecutivo añadió que un acuerdo extrajudicial perjudicaría "a quienes se ganan la vida vendiendo libros, desde las cadenas más grandes hasta las librerías independientes más pequeñas".
Amazon.com indicó, por su parte, que el acuerdo constituye una victoria para los consumidores y los usuarios de su lector electrónico Kindle. "Esperamos con ansias que se nos permita rebajar los precios de más libros para el Kindle", señaló.
Apple declinó referirse al tema.
La Comisión Europea realiza una investigación paralela acerca de los modelos de precios de los libros electrónicos. Joaquín Almunia, el comisionado de la competencia de la UE dijo el miércoles que su oficina había recibido algunas correcciones propuestas por Apple y cuatro editoriales internacionales
La demanda del gobierno estadounidense, presentada en un tribunal federal de Manhattan, describió una serie de reuniones en las que sólo participaron los presidentes ejecutivos de las editoriales y en las que se habría gestado la presunta conspiración. El documento dice que las editoriales comenzaron a reunirse en septiembre de 2008 o antes, "en las salones privados de restaurantes de lujo en Manhattan", y que "no hubo asesores legales presentes en ninguno de esos encuentros".
La querella señala un cambio desde un modelo de precios "mayorista" tradicional, en virtud del cual los minoristas establecían el precio de los libros tanto impresos como electrónicos, a uno de "agencia", donde las editoriales fijan el precio y los minoristas se quedan con una comisión.
Para 2009, muchas casas editoriales estaban cada vez más irritadas con la decisión de Amazon de fijar el precio de muchos de los libros electrónicos recién lanzados y de mayor venta en US$9,99. Temían que sería difícil subir los precios en el futuro. El lanzamiento del iPad de Apple provocó un cambio en el modelo de agencia, en el que Apple se quedaba con el 30% de los libros que se vendían para su popular tableta.
La demanda incluyó un comentario del fundador y entonces presidente ejecutivo de Apple, Steve Jobs, a su biógrafo que describe la estrategia de la empresa para negociar con las editoriales: "Iremos a un modelo de agencia, donde se establece el precio y recibimos nuestro 30% y, sí, el cliente paga un poco más, pero eso es lo que uno quiere de todos modos".
El gobierno sostiene que las editoriales "se comunicaban periódicamente" para "intercambiar información sensible".
Brent Kendall, Chad Bray y Jeffrey Trachtenberg
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