Edge 20 Pro: probamos el smartphone más avanzado de Motorola
Qué ofrece el celular de Motorola, que tiene una cámara de 108 megapixeles, una pantalla de 6,7 pulgadas y un modo para usarlo como PC
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Hace algo más de un mes, Motorola presentó en la Argentina dos nuevos smartphones, el Edge 20 Lite y el Edge 20 Pro, flamantes integrantes de la línea más premium de la marca. Estuve probando el Edge 20 Pro, el más sofisticado de los dos, que se vende en la Argentina por un precio de 99.999 pesos, con 12 o 24 cuotas sin interés; el pago incluye el cable USB-C a HDMI que es clave para aprovechar una de las funciones más distintivas que tiene el teléfono.
El Edge 20 Pro como smartphone
Primero, lo básico: el Edge 20 Pro ya no tiene la pantalla que se curvaba en los laterales, como el Moto Edge que presentó el año pasado. Tiene, en cambio, algo más tradicional, pero que funciona mejor: una pantalla plana OLED de 6,7 pulgadas (FullHD+, compatible con HDR10) con una tasa de refresco variable, que llega a 144 Hz (es decir, 144 veces por segundo). Ajusta la velocidad con la que refresca la información en pantalla para hacerla más rápida en un videojuego (todo se verá más fluido) y la reduce con contenido estático para bajar el consumo de la batería (leyendo un WhatsApp). En general, sus competidores llegan a 120 Hz; más allá de la diferencia –casi imposible de notar a simple vista- es un panel excelente en la calidad de la imagen, el uso a la luz del sol y demás: es uno de los puntos donde más se nota la intención de Motorola de jugar –a su modo- en el segmento más avanzado de los smartphones.
En el interior lleva un chip Snapdragon 870 (inspirado en el tope de línea del año pasado) que combina con 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno (no ampliable; se pueden destinar 3 GB del almacenamiento para ampliar la RAM) para dar una experiencia de uso superlativa. Sí, el 870 es un procesador más lento que el Snapdragon 888 que llevan el Galaxy S21 (en su versión internacional) y sus congéneres. No se nota en un uso normal. Es como decir que un auto llega a 200 km/h y el otro a 220 km/h. Las chances de comprobarlo –y que ello influya en algo- son ínfimas. Así que Android 11 funciona muy bien, y todas las aplicaciones cargan muy rápido.
El sistema operativo tiene los agregados clásicos de Motorola, como los gestos para activar la cámara y la linterna; la herramienta para modificar la paleta de colores del sistema operativo; el sensor que determina si estamos mirando la pantalla para mantenerla encendida. Suma, ahora, un pequeño menú emergente con seis accesos directos cuando se le dan dos golpecitos al botón lateral de bloqueo, que almacena el sensor de huellas digitales (de funcionamiento impecable; está diseñado para el pulgar derecho, pero no tuve problemas para usarlo con el índice de la mano izquierda).
Motorola agregó un botón en el lado izquierdo del teléfono para activar el Asistente de Google. Es más pequeño que los otros y está ubicado en un lugar incómodo: con el Edge 20 Pro en la mano derecha es casi imposible acceder a él con el dedo índice, que es el que está más cerca; con la mano izquierda, en cambio, está en el lugar ideal para presionarlo con el pulgar. Me parece más práctica, igual, la activación por voz o con un gesto en pantalla: desde un ángulo inferior hacia el centro. A la vez, su ubicación fuera del área natural de la mano reduce las chances de que se active por error.
El teléfono tiene, también, una batería de 4500 mAh, y viene con un cargador de 30 watts (la conexión es USB-C); según el fabricante eso permite 9 horas de uso con 10 minutos de carga. Con el teléfono con el mínimo de carga, claro: la velocidad con la que se carga una batería es inversamente proporcional a la energía que tiene. Es decir: cuando menos batería tiene más rápido se carga. Como sea, esos 4500 mAh son suficientes para usar el teléfono el día sin inconvenientes. No tiene carga inalámbrica, lo que es una pena para un equipo de esta categoría.
La tapa de la batería es de Gorilla Glass, con dos colores, blanco óptico y azul medianoche, con un tratamiento tornasolado sutil, pero muy atractivo. El equipo tiene 8 mm de grosor y es cómodo. No tiene conector de audio analógico; sí tiene 5G (desactivado), Wi-Fi 6, Bluetooth 5.1, NFC y USB-C para energía, datos y salida de video.
El bloque de cámaras es grande y, como en otros teléfonos de otras marcas, desbalancea el teléfono, por lo que Motorola incluye en la caja, además del cargador, una funda genérica para neutralizar esa diferencia.
El Edge 20 Pro como cámara
El Edge 20 Pro es uno de los teléfonos más ambiciosos de Motorola en cuanto a cámaras refiere: tiene un sensor principal de 108 megapixeles; un gran angular de 16 megapixeles que también sirve de macro, y un zoom óptico tipo periscopio de 5 aumentos con 8 megapixeles de resolución. Tienen foto por detección de fases (PDAF), el teleobjetivo usa estabilización óptica y la lente normal usa pixel binning (sobremuestreo) para combinar 9 elementos del sensor de 108 MP por cada pixel de las fotos de 12 megapixeles. Por alguna razón, Motorola decidió aumentar la resolución de las fotos macro a 16 MP.
El teléfono ofrece un excelente modo profesional (para ajustar todas la variables de velocidad, exposición, etcétera) y varios otros, como el filtro de color directo (para tomar una imagen en blanco, negro y otro color visible en la imagen) o la captura doble, que agrega un recuadro con la toma de la cámara frontal a la foto. También puede grabar video en 8K a 24 cuadros por segundo, o 4K a 60 fps, con la cámara normal; el gran angular y el zoom graban video en FullHD. El bloque de la cámara tiene un micrófono direccional, para privilegiar el audio que viene del lugar donde estamos enfocando (el Audio Zoom, según la compañía) por sobre el que toman los demás micrófonos (el ruido cercano al teléfono), algo útil cuando grabamos videos de cosas relativamente lejanas.
El zoom óptico de 5x es muy bueno. Motorola, como otros fabricantes, usa diversas técnicas de fotografía computacional para simular un 50X, que tiene el mismo resultado azaroso que el de sus competidores. El macro es bueno también, sobre todo porque aporta fotos de buena resolución y calidad, e incluso permite grabar video en ese formato. Las tomas con el modo nocturno podrían ser mejores (los algoritmos que implementa la compañía resultan en imágenes algo suavizadas y con colores algo más cargados de lo esperado), pero igual son muy buenas, sobre todo cuando se tiene en cuenta el precio del teléfono. El gran angular tiene autofoco, lo que permite vistas muy amplias con un objeto en primer plano y en foco. La cámara principal permite excelentes retratos, y es muy buena para diferenciar la silueta en primer plano del fondo. La cámara frontal es de 32 megapixeles, pero para hacer pixel binning y ofrecer imágenes de 8 megapixeles con muy buena calidad.
En el sitio de GSMArena hay, como siempre, una herramienta para comparar su calidad con otras cámaras en laboratorio.
Es un teléfono que está un escalón por detrás de un iPhone 13, un Galaxy S21, un Xiaomi Mi 10/11 o incluso un OnePlus 9, pero tiene a su favor el precio y que, en la enorme mayoría de los casos, la única manera de notar las diferencias –sutiles- sería comparando la misma foto tomada con esos teléfonos, algo que en situaciones normales no ocurre.
El Edge 20 Pro como computadora multimedia (Ready For)
Motorola implementó Ready For en este teléfono, lo mismo que en el Edge 20 Lite y en el Moto G100, que estuve probando en mayo último. En el planteo base es igual que el DeX de Samsung: con el cable USB-C a HDMI que se incluye en la caja (es estándar; se pueden usar otros) es posible conectar el teléfono a un televisor o monitor, a un mouse, teclado o gamepad (vía Bluetooth o por cable con un dock), y transformarlo en otra cosa.
DeX permite dos vistas: la duplicación de la pantalla del teléfono en la TV, y un entorno de escritorio para usarlo como computadora convencional. Y se puede usar con cable, en forma inalámbrica (vía el estándar Miracast, con los dos dispositivos en el mismo Wi-Fi) o como una aplicación dentro de Windows para acceder al contenido del teléfono. Motorola iguala esto y agrega una opción más.
La versión de Ready For que trae el Edge 20 Pro permite las tres configuraciones: con cable, vía Wi-Fi o como app, y la supera: al vincular el teléfono con una pantalla se activa una interfaz sencilla que permite acceder a cuatro modos: uno es el de escritorio, que permite gestionar las aplicaciones y contenidos del teléfono como si fuera una computadora convencional, con ventanas de tamaño variable para ver varias aplicaciones al mismo tiempo, y control con mouse y teclado; desde la versión que vi en el G100 sumó botones para ajustar las ventanas para que ocupen media pantalla; dos, como centro multimedia para ver películas o series; lista las apps compatibles, que también se pueden reordenar o quitar; tres, como consola de videojuegos para ver los juegos del teléfono en una pantalla más grande y aprovechar, además, un gamepad; cuatro, como sistema de videollamadas, para ver a nuestros interlocutores en la pantalla grande, con el agregado de que al igual que en el Moto G100 permite usar las cámaras traseras del teléfono, que ofrecen un seguimiento automático de nuestro rostro para mantenernos siempre bien encuadrados si cambiamos de posición durante la videollamada.
Lo probé con el cable y un monitor, y en su modo inalámbrico con un televisor (un LG con WebOS; pero es compatible con cualquiera que tenga Miracast) y funciona muy bien, tanto para el streaming de una película, e incluso con videojuegos: el lag es mínimo (ambos dispositivos estaban en el mismo Wi-Fi y con buena señal). Incluso pude usar el control remoto del televisor para interactuar con Ready For: para activar aplicaciones, por ejemplo, o pausar en la pantalla grande la reproducción de un video que está gestionando el teléfono. Al igual que con DeX, se puede usar el teléfono como un gigantesco touchpad; Motorola planea sumar a su oferta un control remoto universal para facilitar el uso.
Por supuesto, no todo el mundo tiene un televisor con Wi-Fi; por eso la virtud del cable conectado a un monitor convencional, que permite transformar al Edge 20 Pro en un dispositivo multipropósito, más allá de ser una computadora de bolsillo.
El Edge 20 Pro es un paso sólido en la intención de Motorola de jugar en un segmento muy competitivo pero más lucrativo que la gama media o baja. Lo hace a su manera: no es un smartphone ultra premium, pero no pide ese dinero por el teléfono; más bien, apunta a quien busca un equipo que tenga prestaciones de alta gama, pero que puede resignar algunos detalles para reducir el costo final. En ese sentido, y más allá de que tiene mucha compañía (el Galaxy S20+, por ejemplo, o alguna alternativa de Xiaomi) el Edge 20 Pro es un acierto.
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