Dos años después de su sociedad, qué aporta Leica a las cámaras de los smartphones de Xiaomi
Pablo Acevedo, jefe de desarrollo e ingeniería móvil de Leica, explica qué aporta la tradicional compañía de fotografía al mundo de las cámaras de celulares
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En 2022 el fabricante chino de celulares Xiaomi se asoció con la marca alemana de cámaras fotográficas Leica para hacer desarrollos conjuntos en fotografía para dispositivos móviles, uno de los terrenos más disputados de la industria de los smartphones. Esa sociedad no es única: Leica también trabajó con Huawei unos años antes, lo mismo que Oppo, OnePlus o Motorola con Hasselblad, o Sony y Nokia con Carl Zeiss. La intención es aprovechar el conocimiento que tienen estas compañías de larguísima trayectoria en fotografía para lograr un diferencial en el celular, pero ¿qué implican estas sociedades, exactamente? Se lo respondió a LA NACION el español Pablo Acevedo, jefe de desarrollo e ingeniería móvil de Leica, que también trabajó en DxOmark (el referente en análisis de laboratorio de calidad fotográfica) y en BQ, el fenecido fabricante español de celulares.
-¿Por qué Leica entra en el terreno de la telefonía móvil, tanto con Xiaomi como presentando su propio teléfono, el Leitz Phone?
-Hoy los teléfonos móviles están en los bolsillos de cada persona en este planeta, y es la forma más fácil de acercarse a la fotografía. En Leica creemos que es necesario traer la fotografía a todos los usuarios, y queremos compartir todo el saber hacer que Leica ha acumulado en sus más de 150 años de historia. Y lo hacemos con dispositivos como el Xiaomi 14T [presentado en septiembre]. Los teléfonos móviles sirven de entrada para esta pasión que tenemos muchos, y la telefonía móvil es uno de los medios más fáciles para llegar al mayor número de usuarios. Hoy existe una gran cantidad de usuarios que no serían capaces de diferenciar una fotografía tomada con un dispositivo con un celular de una fotografía tomada con una cámara profesional. Es algo complementario. Es muy posible que muchos usuarios despierten su pasión por la fotografía empezando con un teléfono móvil, y que quieran seguir profundizando en temas de fotografía, si están interesados, con una cámara profesional. Es evidente que las cámaras compactas han tenido un descenso de ventas después de que la fotografía móvil llegó a los niveles de calidad en los que está ahora, pero las cámaras premium siguen, han vuelto a crecer.
-¿Y qué aporta Leica a una sociedad como la que tiene con Xiaomi?
-El bagaje de Leica se basa en las lentes. Es esa parte del hardware lo que nosotros aportamos a la cooperación con Xiaomi. También participamos en ciertas decisiones a nivel de software, a nivel de procesado de imagen y, por supuesto, para llegar al aprobado de calidad de Leica hay un proceso muy estricto. Al principio se deciden los componentes. Primero se define un concepto y el equipo técnico, que es el que yo dirijo, y se discute el hardware a utilizar: qué sensores, qué tipo de lentes: el gran angular, o la cámara principal, que también es un angular, o los teleobjetivos. Todo eso se discute, se hacen valoraciones, se ven los compromisos. Por supuesto, todo depende del concepto inicial. Y una vez se está trabajando en ello, se terminan los diseños ópticos y se pasa a la manufactura. Cuando ya se tienen las lentes se montan en el módulo de la cámara junto con el sensor y el motor de enfoque. Una vez está todo eso, se pasa a la parte de lo que llamamos en inglés tuning o ajuste de los parámetros. Tenemos un equipo de unas 16 personas constantemente en contacto con los ingenieros de Xiaomi. Y aparte de eso, los ingenieros de Xiaomi van a Alemania a trabajar con nuestros ingenieros, o nuestros ingenieros van a China, tanto a Beijing como a Shenzhen, que es donde tienen los principales centros de desarrollo Xiaomi. Y allí se sigue trabajando en el ajuste fino, el ajuste de los parámetros del procesado de imagen. Una vez todo este proceso, que es iterativo, se ha terminado y además, nos acercamos a la fecha de lanzamiento de los productos, lo que hacemos es una evaluación final. Esa evaluación final se realiza en laboratorio y también en escenarios naturales. Se realizan una cantidad de fotos, en una media de 400 escenas diferentes con las cámaras, con lo cual se multiplica la cifra por tres o por dos, depende del modelo de teléfono. Y con todo ese material capturado, lo que hacemos luego es evaluarlo: nuestros ingenieros se reúnen y debaten cuáles son las mejoras, los mejores ajustes, si hay que corregir algo. Todo este proceso dura aproximadamente unos 3 meses, desde el principio de la evaluación hasta el final.
-¿Y qué diferencia tiene con el desarrollo de una cámara digital convencional?
-En dispositivos móviles los ciclos de un nuevo producto son prácticamente de un año, a diferencia de los ciclos de producción en fotografía, en cámaras profesionales, en los que pueden durar entre 3 y 8 años para desarrollar un producto.
-¿Esto alcanza también al video?
-En el apartado de video dejamos a Xiaomi que sea quien desarrolle el procesado de la imagen, por ejemplo, con temas de estabilización óptica. Nosotros nos fijamos más en la rendición de color, de contraste, de exposición y detalle,
-¿Es diferente el desafío para diseñar un tipo de cámara y otro?
-Bueno, el mayor desafío es claramente la miniaturización de los componentes. No es lo mismo una lente que pesa medio kilo y que necesitas un bolsito para llevarla, que las lentes que están dentro de un dispositivo móvil. Las lentes de las cámaras profesionales están hechas de cristal, y las lentes de los dispositivos móviles están hechas de polímero; en muy raras ocasiones alguno de los elementos ópticos del sistema del objetivo puede ser también de cristal para mejorar así la transmisión de la imagen. Pero la óptica no es todo. En cuanto al hardware que lleva el dispositivo, el sensor es también muy importante, cuando comparamos los sensores de las cámaras profesionales con los sensores de los teléfonos móviles, llegamos a una relación de tamaño que puede llegar a ser de 6 a 1. Esa reducción de tamaño implica una reducción en la cantidad de luz que puede captar el sensor. Para contrarrestar esto, intentamos desarrollar ópticas que transmitan más luz. Por ejemplo, en la serie Xiaomi 14T es la primera vez que se introduce una lente Summilux, de apertura f/1.6 en el 14T Pro y f/1.7 en el 14T, la cantidad de luz que capta el sensor es mucho mayor que la de generaciones anteriores. Pero después de la parte del hardware viene la del software, donde existen métodos de procesado que también ayudan a paliar esos problemas.
-¿Y en la parte de software qué se hace?
-Nosotros tenemos estilos de fotografía (vibrante y auténtico) y también hay filtros; la diferencia es que el filtro se aplica al final de una cadena de 20 bloques de proceso. Los estilos se aplican en paralelo a la captura. El estilo vibrante es un poco más pensado para los usuarios más jóvenes, que les gusta compartir las imágenes o los videos luego en redes sociales y que necesitan inmediatez, Después está auténtico, que está basado un poco más en la filosofía de Leica. Tiene un poco más de contraste, los colores no son tan saturados, son un poquito más fieles a la realidad y eso no se hace simplemente con un filtro. Son dos cadenas de procesado completas que son diferentes y tanto en una como en la otra puedes aplicar un filtro al final.
-¿Y por qué dos equipos con características técnicas similares no obtienen fotos de calidad parecida?
-A mí me gusta decir que influye el hardware y el software como dos mitades. El hardware es la primera mitad, porque es donde se captura la información, y después el software es la segunda mitad, que es la que procesa esa información. Por supuesto, puedes tener dos dispositivos con el mismo chipset, el mismo poder de procesado, pero en el momento en el que uno de esos dispositivos tiene un sensor mayor, o tiene una lente que permite capturar más luz, vas a ver una diferencia abismal. Este es uno de los motivos por los que cuando comenzamos la cooperación con Xiaomi introdujimos un sensor de 1 pulgada en un teléfono móvil, en 2022, con el Xiaomi 12S Ultra. Porque está clarísimo que es una de las partes principales en cuanto a aumentar la calidad de imagen. Desde el principio, desde la captura, cada componente que reduce la calidad afecta al resto del proceso, por eso la lente es lo primero y tiene que ser de alta calidad. Luego el sensor tiene que estar acorde. Nos gusta decir que el sensor y la lente tienen que casar bien. Tienen que combinarse de una manera satisfactoria para que luego el procesado que viene a posterior pueda recuperar un poco de esas limitaciones que comentaba antes, por la miniaturización, pero sin tener que lidiar con una imagen inicial defectuosa, con muchos artefactos por culpa de un hardware que no es el óptimo.
-Y luego va el usuario y le aplica un filtro para que parezca una foto ochentosa...
-Todos somos humanos y tenemos gustos y propósitos; cuando alguien quiere compartir una fotografía en una red social o quiere imprimirla o cualquier historia, esa persona tiene una visión de un diseño, de un concepto, de qué es lo que quiere transmitir. Lo que queremos es asegurarnos de que la fotografía de inicio tenga una calidad excepcional; lo que el usuario quiere hacer a posteriori, si quiere aplicarle un filtro directamente o si luego quiere procesarla en Photoshop o con alguna aplicación en el dispositivo móvil, es libre de hacerlo. En lo que nosotros nos enfocamos es en que cualquier usuario pueda capturar una imagen de tal manera que sea fiel a la realidad, pero sin ponernos en medio de su creatividad.
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