De villanas a superheroínas: descubren que las pantallas mejoran la salud de los chicos
La investigación de la Universidad de Colorado, EE.UU, midió la condición mental y el desempeño en niños de 9 a 10 años; las nuevas tecnologías también demostraron ser positivas para sus calificaciones escolares y su socialización
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El tiempo de uso de los dispositivos siempre ha generado controversias. En este contexto, un equipo del Instituto de Genética del Comportamiento de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, para el que se analizaron datos de casi 12.000 niños de nueve y diez años, encontró que a medida que el tiempo que los niños usaban las pantallas disminuía, también se veían afectadas algunas características de su salud mental, su promedio de notas académicas y el sueño. Por otro lado, el tiempo de uso de pantallas se relacionó con mayor cantidad de amigos reportados por los menores. De esta manera, se contradice con investigaciones previas que marcan una relación directa entre la cantidad de horas diarias frente a las pantallas con una mala salud mental y la poca socialización.
En el estudio, publicado en septiembre en el medio científico PLOS, los niños usaron pantallas durante un promedio de cuatro horas al día, sin contemplar el uso para actividades relacionadas con la escuela. Frente a semejante hallazgo, los investigadores plantean la hipótesis de que esto indica que “la naturaleza social de tal uso del tiempo frente a la pantalla fortalece las relaciones entre compañeros y les permite permanecer a los niños conectados entre ellos incluso cuando están separados”.
Reflexiones
En el marco de la publicación, John Hewitt, autor principal del estudio, sostiene que actualmente no existe una cantidad objetiva o empírica de tiempo de pantalla aceptable para los niños. “Comprender los pros y los contras del uso de dispositivos digitales en los preadoslescentes es una ecuación mucho más complicada, basada en la actividad para la que se usa una pantalla”, justifica.
Al ser consultado por LA NACION, el psicólogo Mariano David Cáceres, especialista en neuropsicología y docente de la Escuela Superior de Ciencias del Comportamiento y Humanidades de la Universidad de Morón, explica, en consonancia con las hipótesis planteadas por el estudio, que la cantidad de tiempo en pantalla no representa la causa principal o principio activo que explique la aparición de conductas anómalas en la personalidad de los jóvenes. “Por el contrario, en muchos casos, sucede a la inversa, resulta la consecuencia de un funcionamiento individual o familiar desadaptado –comenta y ejemplifica–: Sería inexacto atribuir la aparición de sintomatología psicopatológica al uso de dispositivos tecnológicos. Sobre este punto, es bien sabido que la aparición de un trastorno mental dependerá de la conjunción de aspectos genéticos, cambios hormonales, presencia de psicopatología previa y, por supuesto, de factores contextuales”.
En tanto, Lucas Gago Galvagno, que es Prof. Dr. en Psicología, becario investigador en el Conicet y docente de la Universidad Abierta Interamericana y de la Universidad de Buenos Aires, coincide: “Por un lado, al igual que en muchas investigaciones sobre el tema, el uso de pantallas sólo lo miden a través de la cantidad de tiempo en que utilizan los distintos dispositivos (TV, celular, Tablet, PC). Como ya muestran otros estudios, hay muchos subtipos de medidas que se deben tener en cuenta, más allá del tiempo de uso, que hacen que las investigaciones se parezcan más a la vida cotidiana de los estudiados. Estas son: el tipo de dispositivo electrónico que utilizan; el tipo de contenido; la edad de inicio del uso de pantallas; el tipo de uso que le dan; si el contenido que consumen es apropiado para la edad, y, fundamentalmente, si existe acompañamiento del adulto durante el uso de pantallas. En este sentido, hasta existen cuestionarios que evalúan la calidad y cantidad del acompañamiento del adulto”.
Gago Galvagno recuerda que durante la pandemia aumentó sustancialmente el uso de pantallas en niños y adolescentes, y por otro, lado que las pantallas median la relación entre ellos. “Hoy en día el uso de dispositivos es inevitable, y es otra forma de relacionarse entre los más chicos”.
Recomendaciones para padres
Lejos de negar el uso de pantallas a los niños (como se hacía hasta ahora), la nueva perspectiva recae en utilizarlas de forma responsable. “Las investigaciones demuestran que si hay un adulto presente, el contenido es apropiado para la edad o tiene fines educativos, el efecto negativo de las pantallas en general desaparece o hasta se asocia con mayores puntajes en pruebas de lenguaje, regulación emocional y cognitiva y pruebas de atención”, comenta Gago Galvagno. Y Cáceres concluye: “Le recomendaría a los padres que no se preocuparan demasiado en que sus hijos utilicen sus dispositivos tecnológicos, ya que un uso moderado no implicaría, por sí mismo, perjuicio alguno contra el normal funcionamiento de los niños. Además, la más reciente investigación avala que el tiempo en pantalla favorecería culturalmente al proceso de socialización y podría potenciar ciertos procesos cognitivos de los jóvenes”.
A modo de conclusión, los expertos sostienen que el gran papel de la familia es el de gestionar el uso apropiado de las tecnologías, contribuir a moderar su uso, especialmente en horarios nocturnos, a fin que interfieran lo menos posible en el proceso del sueño, muy importante en términos de desarrollo cerebral durante la adolescencia.