De cara al 2020, hicieron una nueva prueba pública de 5G en la Argentina
Si bien parece lejos, el 5G en la Argentina empieza a dar sus primeros pasos. Telecom realizó una prueba pública junto a Nokia, en una demostración que intentó abordar una parte de todo el potencial de esta tecnología. Se trató del segundo test de este tipo en la Argentina, luego de que el año pasado Telefónica hiciera lo propio junto a Ericsson.
En los ensayos, la idea era demostrar cómo disminuyen los tiempos de respuesta dentro de una red, entre que un dispositivo envía una orden y otro la recibe. Unos robots industriales debían estabilizar una pelota de ping pong en el centro, sincronizando sus movimientos a partir de la información de los sensores. Con una conexión 4G, los autómatas tardaban en sincronizarse para lograrlo. Al pasar a 5G, la velocidad de procesamiento y la de respuesta disminuía notablemente y, con ello, lograban estabilizar el objeto.
Esto es apenas un ejemplo del potencial de esta tecnología. Además de brindar más velocidad (se podrá descargar películas en segundos, con velocidades que van desde 1 Gbps a los 15 Gbps, muy por encima de lo que se ofrece en el mundo real para el LTE que llega, en los mejores casos, a los 300 megabits con Carrier Aggregation, ese 4G+ al que acceden algunos teléfonos) y capacidad de conexión a múltiples dispositivos (un millón por kilómetro cuadrado), disminuye la latencia, un concepto fundamental, el tiempo mínimo necesario para conectar dos dispositivos (sin importar el ancho de banda) y que al ser más ágil retrasos en la comunicación; en el 5G es de unos pocos milisegundos; el de un buen 4G ronda los 20 milisegundos, aunque suele ser mayor. "Si pensamos en un auto autónomo, esto es clave, porque para procesar las imágenes que brindan los sensores y tomar decisiones, no puede haber demoras ni caídas en la red", explicó Martín Wessel, Gerente de Evolución Tecnológica de Telecom.
En el segundo ejemplo, se podía utilizar un casco de realidad virtual en el que se veían imágenes que se iban descargando (a 10Gbps) en el momento, sin que por ello hubiera demoras para lograr visualizar lo que pasaba en una habitación.
La prueba estuvo basada en la arquitectura de AirScale y AirFrame de Nokia (400 MHZ, 8x8 MIMO y 28 GHz) y la velocidad alcanzada fue de 10Gbps.
¿Y cuándo llega el 5G?
Para lograr que todas estos test terminen en potenciales usos de los usuarios, falta: incluso en el mundo está en fase de pruebas, como sucedió en los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur. Se espera que la tecnología esté disponible en 2020, en los Juegos de Tokio.
Para lograrlo se tienen que cumplir los pasos: que exista una infraestructura adecuada para cumplir la promesa de conectividad; un estándar consensuado por la industria, que podría lograrse definitivamente en junio; espectro liberado (y licitado, como sucederá, por ejemplo en Estados Unidos a fin de año) para utilizar las bandas que requiere la nueva tecnología, que cubren menos superficie; lograr mayor densidad de antenas para cubrir mejor esas áreas; y, por último, que los dispositivos, los objetos y los celulares, estén listos para sumarse a la tendencia.
Recién entonces los usuarios comenzarán a ver los beneficios de esta nueva tecnología. Así como el 2G se enfocó en los SMS, el 3G en los datos y el 4G en los contenidos para ser vistos en cualquier parte, el 5G apunta sobre todo a los objetos conectados.
El auto autónomo será capaz de detectar y navegar automáticamente salvando los obstáculos del camino; los médicos podrán realizar procedimientos quirúrgicos complejos utilizando robots de forma remota; las ciudades recopilarán información en tiempo real omnipresente sobre el tráfico, entre otras cosas. Y estarán conectados dispositivos que hasta hoy no lo están (o al menos no masivamente): un cesto de basura, una heladera, una pelota de fútbol.
Aunque claro, para todo esto falta unos años.