Durante las últimas cuatro semanas, he estado viviendo en una pesadilla "orwelliana".
Tenía que vigilar cada una de las palabras que salían de mi boca porque "ellos" estaban siempre a la escucha. Y por "ellos" me refiero a Alexa, Siri y el asistente de Google.
Al principio, parecía una muy buena idea: probar los parlantes en mi propia casa para ver cómo cambiaban mis hábitos y mi rutina diaria.
En ocasiones, resultaron ser de bastante ayuda. Si nos estábamos quedando sin galletas, bastaba con que uno de nosotros dijera: "¡Oye, Siri! Añade galletas a la lista de la compra". Y aparecía un recordatorio en nuestros teléfonos.
Durante la tormenta Emma —que azotó Reino Unido a principios de este mes— Google me mantuvo actualizado sobre las cancelaciones de trenes. Y nuestros hijos se entretuvieron durante horas preguntándole a Alexa qué sonidos hacen los gatos.
Por suerte, ninguno de nuestros dispositivos comenzó a reírse de repente en medio de la noche. Pero tenían sus episodios de locura.
Una vez, le pregunté a Alexa: "¿Cómo está el tiempo en Yemen?", y me respondió: "Das wetter es el término alemán para el tiempo". (En inglés, Yemen suena parecido a german, que significa alemán).
Y cuando le pedí a Google "toca música en la cocina", respondió reproduciendo "Songs In The Kitchen" (música en la cocina, en español), del cantante de country Lee Brice, en un parlante de la sala de estar.
Para averiguar cuál de todos los parlantes era el más inteligente, los puse a prueba, formulándoles 50 preguntas al azar sobre música, deporte y cultura general, teniendo en cuenta únicamente su primera respuesta.
Alexa sacó el puntaje más alto con 37 respuestas correctas, seguida de Google con 32 y Siri, que apenas acertó 27.
El asistente de Apple renqueó por su falta de integración con otras aplicaciones, lo cual significa que no podía leer mi calendario o comprobar mis recetas.
Sin embargo, HomePod (de Apple) fue el único capaz de procesar el comando "toca el próximo tema de James Bond". Sus competidores trataron sin éxito de encontrar una canción de James Bond llamada "Next" (next es próximo en inglés).
Ninguno de ellos es perfecto, aunque parecen lo suficientemente listos como para reemplazar a los smartphones como el producto de mayor crecimiento de los gigantes tecnológicos.
HomePod de Apple: para los amantes de la música
Apple llegó tarde al mercado de los parlantes inteligentes, pero no sin esfuerzo.
HomePod lleva en desarrollo desde 2012 y tiene un diseño poco convencional. Cuenta con siete tweeters (altavoces especializados en altas frecuencias) incrustados en un círculo para proyectar música en cada rincón de la casa.
Los bajos también son contundentes y equilibrados, incluso a bajo volumen.
Me pareció que trabaja mejor con acústicos. Sin embargo, en otro tipo de canciones no fue tan óptimo.
Por otro lado, es un parlante muy insistente: exige tu atención con sonidos "muy avanzados". Nos pareció fantástico dentro del ajetreo y bullicio de una cocina familiar, pero menos atractivo si lo que quieres es escuchar música en la cama por la noche.
También es importante saber que no puedes configurarlo a menos que tengas un iPhone o un iPad. El altavoz está ligado a esos dispositivos y ciertas funciones, como actualizar tu lista de la compra, solo funcionan de esa manera.
Además, es muy fiel a Apple Music. No puedes pedirle a Siri que reproduzca música en Spotify o Deezer, excepto si tienes acceso a ellos desde tu teléfono.
Echo Plus de Amazon: un centro de entretenimiento
Si quieres un parlante que venga con una bombilla, el Echo Plus es tu única opción.
El dispositivo de Amazon pretende convertirse en una suerte de "centro de entretenimiento para el hogar", con todo tipo de aparatos conectados, desde las luces hasta la cafetera.
Como reproductor de música es competente, pero no espectacular. Pero podría ser un reemplazo ideal para una radio en la cocina.
Alexa puede reproducir sin problema música de Spotify o Deezer, además de la que ofrece el servicio de Música Ilimitada de Amazon.
Es particularmente buena a la hora de encontrar la música que quieres, aunque tengas mala memoria; le puedes preguntar por la letra de las canciones.
Una advertencia: este servicio no cuenta con control parental, por lo que todas las versiones de las canciones que ofrece su catálogo son explícitas.
Y ahora que Amazon hay prestado Alexa a otros fabricantes de parlantes, hay mejores opciones de precio similar.
Google Home: diseño con personalidad
Tiene el aspecto de un ambientador. Uno de Star Trek, pero un ambientador.
Pero aún así me quedé enamorado de su elegante acabado blanco mate y de la agradable voz de su asistente virtual.
Transmite que su diálogo fue escrito por Emma Coats, una exempleada de Pixar que escribió las 22 reglas de oro para contar historias y que explicaría por qué Google se ve más atractivo que sus competidores.
Hay algunas cosas muy ingeniosas. Por ejemplo, cuando le pides que tire una moneda, escuchas el sonido de una moneda cayendo. Y además te permite hacer llamadas gratis.
Pero este dispositivo no es muy bueno como altavoz. Tiene el peor sonido de todos los que he probado y es propenso a grandes distorsiones.
¿Y si no compras ninguno de ellos?
El problema es que ninguno de estos dispositivos es capaz de ofrecer sonido de alta fidelidad.
Si ya tienes un buen sistema de estéreo doméstico, es mucho más barato comprar un Amazon Echo Dot y conectarlo a tus altavoces con un simple cable.
O si quieres gastarte más dinero, puedes comprarte un sistema de muy buena calidad además del asistente de voz.
De esa manera, obtendrás todos los beneficios del control por voz y la reproducción de música sin quedarte en bancarrota.
Y, además, no tendrás que preocuparte por cuestiones de seguridad.
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