Crearon una plataforma para mejorar el reciclado de plástico al fabricar envases y fueron distinguidos con un importante premio
Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet desarrollaron junto a la empresa Starplastic una plataforma informática y modelos matemáticos para mejorar la eficiencia de su producción de envases a partir del uso de plástico reciclado. El sistema incluye sensores que aportan información de las máquinas y fue uno de los proyectos ganadores de una convocatoria de la Fundación Sadosky
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La empresa Starplastic se dedica a la fabricación de envases plásticos con material reciclado, que van desde envases de shampoo y detergente hasta tanques de plástico. El año pasado participó de la convocatoria Soluciones Innovadoras para Desarrollos de Software de la Fundación Sadosky, que terminó financiando la participación de tres investigadores y un project manager (administrador de proyecto) en una iniciativa para mejorar la eficiencia del reciclado de plásticos. Entre otros objetivos, el proyecto buscó automatizar distintos indicadores que le dieran a la empresa la posibilidad de optimizar la planificación de la producción y prever el stock mínimo necesario para las ventas.
“La empresa necesitaba que hiciéramos un software para la optimización y la programación de la producción, tanto en el corto como en el largo plazo, para hacer que las máquinas funcionaran de la manera más eficiente posible”, explicó a TSS Leandro Batlle, project manager de la iniciativa y responsable de esa especialidad en la Fundación Sadosky.
La tarea principal consistió en el desarrollo de un modelo matemático por parte del grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y luego se desarrolló la plataforma web para que todos los empleados pudieran ver los valores de las máquinas en tiempo real, al igual que los históricos, y otros datos como los tiempos de trabajo cruzados con los francos de los empleados, las restricciones por horas extras y demás variables de la producción.
Se trata de una aplicación web modular, desarrollada en conjunto con técnicos de la empresa, que permite visualizar el estado online de los equipos productivos a partir de la recepción de señales enviadas desde sensores integrados a las máquinas, generar indicadores clave de desempeño de planta, así como también habilitar la programación de la producción en base a estos modelos de programación matemática.
Como contraparte del aporte recibido, la empresa tuvo que solventar los gastos en máquinas y capital que fueran necesarios para afrontar el proyecto y que luego quedarían en su fábrica. “Las máquinas tienen un costo fijo y, al poder optimizar los procesos y hacer más producción por el mismo costo fijo, bajó mucho el costo directo por cada envase fabricado. Por ejemplo, un tacho de 50 litros, que son tachos grandes y hay un lote óptimo para eso, pero si después querés pasar a fabricar botellitas de agua de estas individuales, el lote óptimo será otro y también dependerá de la disponibilidad de materia prima, entre otras variables. Entonces, cambió completamente la ecuación de la empresa al optimizar la producción a través del modelo matemático que es el cerebro del software que se desarrolló”, explicó Batlle.
El equipo de científicos involucrados estuvo formado por Juan Novas, del Centro de Estudios e Investigaciones de Matemática (UNC-CONICET), Analía Rodríguez y Juan Ramello, ambos del Instituto de Investigación y Desarrollo de Ingeniería de Procesos y Química Aplicada (UNC-CONICET).
“El sector público ofrece cosas que el sector privado necesita para mejorar su rentabilidad, su productividad o acceder a nuevos mercados, y quizás no tiene la capacidad interna para hacerlo. Entre sus empleados es difícil igualar a la capacidad que puede aportar el sistema científico, incluso si contrataran a consultoras tampoco tendrían una respuesta del nivel que el sistema científico público puede dar. Además, para los científicos, esto implica llevar al día a día conocimientos que están generando, que en otras situaciones no saldrían de un paper. Entonces, se beneficia la empresa porque está teniendo un alto agregado de valor a su modelo de negocios y los científicos y científicas suman un ingreso por fuera de la investigación y la docencia, además de tener una experiencia muy enriquecedora en su carrera”, explicó Batlle.
La Fundación Sadosky es una institución público-privada que tras la eliminación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación depende actualmente de la Secretaría de Ciencia y que tiene como objetivo vincular al sector productivo y al científico en tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs). El proyecto con Starplastic es una de las 40 propuestas seleccionadas por la convocatoria Soluciones Innovadoras para Desafíos de Software.
“El sistema científico está muy ávido de colaborar con el sistema productivo y muchas empresas no saben que pueden levantar el teléfono y hablar con la fundación”, advirtió Batlle. Y agregó: “Otra característica de nuestros científicos es que son muy dúctiles, no tienen ningún problema en acercarse al núcleo del problema de la empresa. Tenemos proyectos en áreas muy diferentes y muchas veces las empresas no tienen su problema tan bien tipificado y el contacto con nosotros lo puede identificar para poder solucionarlo. Recién cuando la empresa empieza a facturar con esta solución es que paga una regalía muy pequeña y con ella logramos realimentar la rueda para otros proyectos”.
El gerente de producción de Starplastic, Claudio Acosta, contó a la Fundación Sadosky que: “el proyecto buscó automatizar distintos indicadores que nos dieran la posibilidad de optimizar la planificación de la producción a mediano plazo y además prever el stock mínimo necesario para las ventas. Además, como el proyecto es escalable, tiene la posibilidad de integrar otros indicadores de estados de maquinarias para poder anticiparnos a distintos mantenimientos correctivos que eventualmente se puedan necesitar”.