Crean una app que usa un trabalenguas determinar tus niveles de alcohol en sangre con un 98% de precisión
En Stanford diseñaron un sistema capaz de medir la dificultad que tiene alguien para decir un trabalenguas; lo compara con la lectura de ese texto cuando el usuario estaba sobrio, y capaz de determinar la cantidad de alcohol en sangre que tiene.
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Un grupo de investigadores de la universidad de Stanford cree haber encontrado un uso alternativo para los trabalenguas: servir de alcoholímetro para quienes quieren saber cuánto alcohol tienen en sangre y si están aptos para manejar un vehículo. Recordemos que desde abril de este año rige la ley de tolerencia cero al alcohol en todas las rutas nacionales (aunque luego los límites varían en diferentes provincias y municipios; en varios de ellos se admite 0,5 gramos de alcohol por litro).
Los investigadores crearon una aplicación a la que cada usuario “educa” leyendo -en estado de sobriedad- una serie de trabalenguas. Esto permite formar una base de referencia para cada persona. El sistema es luego capaz de calcular el estado de ebriedad de alguien por el grado de dificultad que tiene esa misma persona en leer el trabalenguas después de haber ingerido alcohol.
Así lo explican en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs, donde publicaron los resultados de un experimento que hicieron con 18 voluntarios, de los que se tomó una lectura base, y luego su habilidad para decir el trabalenguas luego de ingerir una dosis de alcohol. Los fueron midiendo cada una hora, y de esa forma pudieron determinar el impacto que una copa de vino o un par de cervezas tienen en la dicción de las personas.
Según el estudio, que recupera The Guardian, el análisis de voz predijo el nivel de intoxicación con alcohol con una precisión del 98 por ciento, lo que confirma la utilidad de este sistema, que podría ser usado en los bares para frenar la venta de alcohol a alguien pasado cierto límite, o incluso servir para verificar que alguien está apto para manejar un vehículo luego de tomarse unas copas.
El sistema, por ahora, es experimental: requiere de más voluntarios para calibrar su capacidad de detección, incorporar casos diferentes no contemplados en el estudio original, y más. Pero los desarrolladores confirman que también funciona en otros dispositivos, como parlantes conectados (los que se usan para dialogar con Alexa o Google).