Coronavirus: cómo está cambiando el trabajo de los médicos en la Argentina
El 30 de diciembre de 2019, BlueDot, una startup de Toronto, Canadá, lanzó un alerta sobre "casos inusuales de neumonía" en la ciudad china de Wuhan, nueve días antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitiera su primer reporte. La compañía canadiense se dedica a la vigilancia epidemiológica: compila y analiza millones de datos demográficos, de redes sociales, entidades de salud y organismos de sanidad animal. Y en base a información sobre tickets aéreos predijo que los próximos brotes serían en las ciudades de Taipei, Bangkok, Seúl y Tokio en los días posteriores.
Así, puede decirse que el Covid-19 es la primera pandemia de la historia detectada y monitoreada por inteligencia artificial.
"Las herramientas de vigilancia epidemiológica automatizada están hoy muy avanzadas respecto a pandemias anteriores", destacó Daniel Luna, jefe del departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano, por teleconferencia junto a un equipo de profesionales de ese hospital el viernes 20 de marzo.
Infoxicación
Los mapas de riesgo geolocalizados, como el que elabora diariamente la OMS (con información de los ministerios de Salud de cada país) o el de la Universidad John Hopkins (se basa también en información de los medios), brindan información precisa para evitar la infoxicación y la infodemia.
"Los modelos matemáticos predictivos que grafican curvas de crecimiento de la pandemia permitieron a las autoridades tomar decisiones preventivas", apuntó por su parte Daniel Rizzato, médico del equipo de Informática del Italiano. Visualizar la progresión geométrica de las infecciones convenció al presidente Alberto Fernández a decretar el aislamiento social preventivo y obligatorio el jueves 19, con menos de 50 casos positivos, cuando países europeos tomaron la misma resolución cuando ya llevaban miles de casos.
Los gráficos también muestran el perfil de las infecciones por Covid-19: "la mayoría son leves: catarro o cuadro gripal. Entre 10 y 15% son graves y 5% son los casos críticos que hacen colapsar los sistemas de salud. En este sentido también es útil identificar mediante análisis de datos a la población de mayor riesgo. Esto permite administrar los recursos y a su vez enviar mensajes de prevención segmentados", destacó Rizzato.
Cámaras de temperatura y biovigilancia
El uso de cámaras térmicas se extendió en aeropuertos como el de Ezeiza, para detectar el ingreso de personas con síntomas del Covid-19. "Gracias a sus lentes infrarrojos, estos equipos miden la temperatura de más de 800 personas en 10 minutos", explicó Florencia Comeron, de la fabricante Dahua Technologies. Otra de las ventajas de este sistema es que no requiere contacto físico entre los pasajeros y el personal sanitario.
"Hoy sabemos, mediante análisis de datos de palabras clave como tos, fiebre y dolor de garganta en los buscadores y redes sociales, que el pico de estas búsquedas se adelanta 10 a 14 días al pico de casos de infección registrados, algo que también sirve para monitorear el avance de la pandemia", señaló Julia Frangella, médica del departamento de Informática en Salud del Italiano. Los modelos de aprendizaje automático en base a estudios clínicos también se aplican para calcular el riesgo de cada grupo o persona.
Asímismo, "los repositorios digitales de información clínica se utilizan para enviar reportes al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS) en tiempo real", destacó Rizzato. La digitalización de la información permite compartir artículos científicos y estudios, de modo de construir conocimiento en forma colectiva", destacó Rizzatto. El buscador de publicaciones científicas PubMed compiló más de 1200 artículos científicos sobre el Covid-19 en menos de 3 meses.
La hora de la telemedicina
"Esta emergencia es una oportunidad para implementar y expandir la telemedicina, que no reemplaza a la práctica presencial, pero es una forma de descomprimir el sistema de salud que deberá abocarse a atender los casos más graves", sostuvo Luna.
Las principales barreras a esta modalidad no son técnicas ni médicas, sino de índole legal, económica o cultural. "Las teleconsultas se subutilizan porque no está regulado si es válido atender a una persona cuando el profesional no está matriculado en la provincia o estado donde se encuentra el paciente", señaló Fernando Plazzotta, jefe de Informática para la Comunidad del Hospital Italiano. "Muy pocos sistemas de salud regularon los honorarios de las consultas virtuales,y por otra parte muchos profesionales consideran a las teleconsultas como una uberización de la Salud".
Algo similar ocurre con la teleprescripción, o recetas médicas virtuales. Tecnologías como la firma digital permitirían implementarlas, sobre todo en pacientes con enfermedades crónicas que repiten medicación, y de este modo reducir costos en consultas y traslados.
Con todo, desde que se declaró la cuarentena general, el chat automatizado del gobierno porteño que atiende consultas sobre coronavirus (11-5050-0147) recibió hasta 50 mensajes por segundo. La Organización Mundial de la Salud también admite consultas vía Whatsapp.
"To increase access to reliable information, WHO has worked with @WhatsApp and @Facebook to launch a new WHO Health Alert messaging service"-@DrTedroshttps://t.co/NiHHv2gzhU&— World Health Organization (WHO) (@WHO) March 20, 2020
La consulta médica a distancia
La aplicación de consultas médicas virtuales Doqchat, lanzada a fines del año pasado, duplicó la cantidad de profesionales que la utilizan a partir de la declaración de la pandemia. Se trata de un una aplicación similar al Whatsapp, que permite gestionar las consultas según horarios, grado de urgencia, y decidir si cobrar por ellas o no. Fue desarrollada por tres emprendedores argentinos: Diego De Marines, Matías De Marines y Mariano Drzazga, quienes detectaron entre sus amigos y conocidos médicos, una necesidad de separar la actividad profesional de la vida personal, y mantener un canal de diálogo organizado con sus pacientes.
"En las últimas dos semanas pasamos de 500 a más de 1000 profesionales activos, y el número de consultas creció exponencialmente", contó Diego de Marines. Esta herramienta permite evacuar dudas y hacer seguimiento de los tratamientos sin necesidad de movilizarse, lo cual es clave en tiempos de aislamiento social obligatorio.
En tanto Las soluciones de telegestión médica están creciendo. Como la plataforma Clonify, que "permite, a través de internet, terminales de autoconsulta o desde el celular, completar la documentación para acceder a medicación de alto costo, como las oncológicas o EPOF (enfermedades poco frecuentes)", explicó su creador, Martín Ries Centeno.
En el campo del telediagnóstico la firma Butterfly Network presentó un ecógrafo portátil del tamaño de una afeitadora de bolsillo que se conecta a un smartphone y muestra las imágenes digitales de distintos órganos (pulmones, por ejemplo). El dispositivo tiene un precio de 2000 dólares, quince veces menos que un ecógrafo convencional, y permite que el propio paciente sea guiado para tomar las imágenes, y además compartirlas con los médicos para hacer interconsultas.
"Esta pandemia está marcando un antes y un después en el ejercicio de la medicina. Hoy contamos con herramientas tecnológicas que nos permiten acelerar la detección, prevención y tratamiento de los casos", aseveró el doctor Luna. "Así como el aislamiento y secuenciación del genoma se hizo en tiempo récord gracias a la bioinformática, el compartir información también ayudará a que se encuentre un tratamiento en tiempo récord".
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