Con el Motorola Razr 40 Ultra (y el Samsung Galaxy Z Flip5) los teléfonos plegables compactos llegan a su madurez de diseño
Motorola presentó hoy los nuevos Razr 40 y 40 Ultra, que expanden la pantalla externa a su máximo tamaño; si el diseño del Galaxy Z Flip5 de Samsung se confirma en un par de meses, ya tendremos un diseño maduro y longevo para los próximos smartphones plegables compactos
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Motorola presentó hoy en Nueva York dos nuevos modelos de su línea de smartphones plegables Razr, con el Razr 40 y el Razr 40 Ultra. Al hacerlo, recupera el primer ímpetu que tuvo en 2019 (con el primer smartphone con pantalla plegable de tipo compacto, el Razr original), que continuó en 2020 con el Razr 5G, y que luego diluyó en la pandemia, más un modelo en 2022 que tuvo poca distribución internacional.
Los Razr 40 y 40 Ultra parecen tener otro destino, más parecido al de 2019, es decir, intentando llegar a todos los mercados donde tiene presencia Motorola (principalmente, el continente americano, y algo de Europa). Y hacen una interesante (y a mi juicio, definitiva) bifurcación en el diseño de los smartphones plegables compactos. El Razr 40 Ultra mejora la apuesta del diseño de 2019 y ofrece una pantalla externa de 3,6 pulgadas, que ocupa toda la “tapa” del teléfono (la del Razr de 2019 era de 2.7 pulgadas). Más grande no se puede: llega incluso a jugar con perforar la pantalla donde están las dos cámaras principales del teléfono para ganar un poco más de espacio. El Razr 40 normal, en cambio, reduce su pantalla exterior a una cinta de 1,5 pulgadas, donde ver la hora, si tenemos alguna notificación y un control básico.
Paradójicamente, este último diseño es el histórico del Samsung Galaxy Z Flip, la némesis del Razr de Motorola, y también el rey de los smartphones plegables: es por lejos el modelo más popular del mercado, algo que es bastante decir para la compañía que domina el mercado de los smartphones plegables. Después del Galaxy Z Flip inicial de 2020, la compañía ha seguido iterando modelos, y ahora se apresta a presentar el Galaxy Z Flip5, que veremos a fin de julio o principios de agosto, y que tendría (según múltiples rumores y fotos filtradas) su primer gran cambio de diseño con una pantalla externa de 3,4 pulgadas: similar a la del Razr 40 Ultra, pero sin la parte que rodea las cámaras; la silueta de la pantalla externa se asemeja al icono clásico de una carpeta, con una suerte de pestaña al lado de la cámara.
Hay que incluir en este combo al Oppo Find N2 Flip, con una pantalla externa de 3,2 pulgadas, presentado en diciembre de 2022. En los tres casos, la pantalla interna, plegable, es de 6,7 a 6,9 pulgadas; en el caso del Razr 40 Ultra (y quizá en Z Flip5, pero no en el Find N2 Flip) la pantalla externa se puede usar para cualquier cosa: ver y responder una notificación de chat, usar los mapas, el calendario, una calculadora, un juego, lo que sea. Ya tiene el tamaño suficiente.
¿Por qué tanta insistencia con esta comparación? Porque demuestra que al menos en los smartphones plegables ya llegaron a un nivel de madurez tal que los diseños coinciden. Ya está. En menos de un lustro la funcionalidad del smartphone plegable compacto está definida y estable: una pantalla exterior lo suficientemente grande como para resolver tareas mundanas (incluyendo responder un mensaje tipeando en un teclado), y que ofrece un panel interno plegable de tamaño estándar (y, en el caso de los Razr 40, con 165 Hz de tasa de refresco y todos los chiches). No parece posible que surja otro diseño: sí, la pantalla exterior puede ganar un poquito más de superficie. Ya. Y un diseño en el que la pantalla plegable recorre el exterior del equipo (como probó Huawei en 2019) sigue a la espera de que se resuelvan mil problemas técnicos de durabilidad de la pantalla, si es que alguna vez se resuelve. Incluso el tamaño general de los smartphones plegables compactos coincide: un cubo de 85 a 90 mm de un lado, por 70 a 75 mm del otro, por 14 a 15 mm de grosor (es decir, el teléfono tiene un grosor cercano a 7 mm cuando está abierto).
En el caso de los smartphones tipo libro (los “Fold”) hay un poco más variedad, aunque veremos si esto sigue así. Hay básicamente dos diseños: el de Samsung, en el que la pantalla frontal es alargada (como mantiene el Galaxy Z Fold desde su nacimiento, con una pantalla de 6,2 pulgadas), y el de Oppo o Google, por citar un par de ejemplos: el flamante Pixel Fold, por ejemplo, tiene una pantalla bastante más pequeña, de 5,8 pulgadas; esto redunda en tamaños bastante diferentes en los equipos. Hay más margen.
Pero así como hoy la mayoría de los smartphones tradicionales del mercado oscila entre 6,2 y 6,9 pulgadas de pantalla si bordes, con el bloque de cámaras en el ángulo superior izquierdo (salvo algún caso especial, como los últimos Pixel, que ubican las cámaras como un bloque central), ya tenemos los diseños “clásicos” maduros del mundo de los teléfonos plegables.