Con Alibaba lista para la bolsa, Jack Ma es la estrella del show
En mayo del año pasado, 40.000 empleados y clientes de Alibaba Group Holding Ltd. se reunieron bajo la lluvia en un estadio de fútbol en Hangzhou para ver a Jack Ma dejar su puesto de presidente ejecutivo del gigante de comercio electrónico que él fundó en su apartamento en 1999.
Antes de su discurso de despedida, Ma interpretó una canción popular china. El público estalló en aplausos de alegría. "Asumir el puesto de Jack Ma es un trabajo difícil", apuntó desde el escenario.
El espectáculo de tres horas fue un testamento del papel central que jugó, y sigue jugando, el empresario de 49 años en lo que se podría decir es la empresa de comercio electrónico más grande del mundo. Algunos empleados describen al carismático Ma como el líder espiritual de Alibaba.
En momentos en que la empresa se prepara para salir a bolsa en lo que podría ser una de las mayores ofertas públicas iniciales en la historia de Estados Unidos, Ma —que ahora se desempeña como presidente ejecutivo de la junta directiva— sigue teniendo una gran influencia en las operaciones.
"Pensé que sería más fácil al dejar la presidencia ejecutiva, pero ahora me doy cuenta que ser presidente de la junta, si quieres ser un buen presidente, te mantiene mucho más ocupado que ser presidente ejecutivo", le dijo Ma a The Wall Street Journal.
El éxito de Ma le ha dado estatus de celebridad en China, en donde los estantes de las librerías ofrecen sus biografías y los aeropuertos reproducen clips de sus discursos motivacionales sobre gestión.
Como la mayor empresa de comercio electrónico en el país más poblado del mundo, Alibaba hace que sus contrapartes estadounidenses se vean pequeñas. En 2013, el volumen combinado de transacciones de su plataforma de comercio electrónico Taobao y otro sitio de compras dirigido por Alibaba llamado Tmall llegó a US$240.000 millones, según una persona con conocimiento de la cifra. Esto equivale al triple del tamaño de eBay Inc., más del doble del tamaño de Amazon.com Inc. Alipay, la plataforma de pagos en línea de Alibaba, gestionó el año pasado más del triple de los pagos móviles procesados por PayPal.
Incluso después de una salida a bolsa que se prevé que recaude miles de millones de dólares, la estructura corporativa de Alibaba le permitirá a Ma, que posee 7% de la compañía, influir en la nominación de más de la mitad de los miembros de la junta. Ma también cuenta con 46% de la empresa holding que controla Alipay.
El empresario ha estado en el centro de los esfuerzos de Alibaba de expandirse más allá del comercio electrónico. Las firmas en las que tiene una participación han invertido en empresas chinas de medios y finanzas, y en por lo menos un caso han utilizado préstamos de Alibaba.
Estos acuerdos han generado dudas sobre si Ma priorizaría sus propias inversiones sobre los intereses de los accionistas de Alibaba, apuntó Paul McKenzie, analista en la corredora CLSA, con sede en Hong Kong. Ma no hizo comentarios sobre sus inversiones.
Aunque ya no es presidente ejecutivo, Ma sigue siendo la cara de Alibaba. Conforme la empresa de comercio electrónico se expande hacia los servicios financieros, el empresario ha intercambiado críticas con algunos de los grandes bancos de China.
En una entrevista el año pasado con el estatal Diario del Pueblo, Ma afirmó que los bancos chinos no les están prestando a las pequeñas empresas del país: "Veo que al menos 80% de los clientes no están cubiertos", dijo.
Durante una conferencia el mes pasado, el presidente del directorio de China Minsheng Bank Corp., Dong Wenbiao, defendió al actual sistema bancario y cuestionó las ambiciones financieras de Alibaba.
Ma nació en Hangzhou, una ciudad de 2,4 millones de habitantes, cerca de Shanghai. Sus padres eran actores de teatro musical tradicional. El empresario creció durante el florecimiento económico de China en la década de los 80 y aprendió inglés mientras trabajaba como guía turístico de extranjeros.
Durante un viaje a Seattle en 1995 como traductor de una delegación comercial, Ma usó Internet por primera vez. Cuando vio la escasa información que había sobre China, decidió crear su propia empresa. Ese año, lanzó China Pages, un directorio en línea de empresas chinas; Alibaba siguió en 1999.
Colegas afirman que a Ma —que está casado y tiene un hijo y una hija— le encanta estar en un escenario. En "Alifest", las conferencias anuales de Alibaba para clientes y periodistas, ha compartido la atención con el ex presidente estadounidense Bill Clinton y el actor Arnold Schwarzenegger.
Ma tiene "esa capacidad, incluso en un salón con 600 personas, de hacer que la gente crea que le está hablando de forma individual", dijo Duncan Clark, un consultor de tecnología que vive en Beijing y quien lo conoce desde hace tiempo.
Las actuaciones excéntricas de Ma y su capacidad de motivar a la gente ayudaron a generar en Alibaba una especie de culto a su alrededor. En la sede central de Hangzhou, Ma ha bendecido a cientos de empleados recién casados durante un ritual anual.
La capacidad de tomar decisiones y su predisposición para asumir grandes riesgos ayudaron a la empresa a superar desafíos, indicaron colegas.
Cuando eBay Inc. ingresó a China en 2001, Ma desarrolló Taobao para competir con la empresa estadounidense. También decidió que Taobao no debería cobrarle a los vendedores por publicar sus productos o realizar transacciones. Así logró atraer una base de clientes rápidamente, y el negocio pronto superó a eBay en el mercado chino. Taobao luego encontró formas de generar ingresos a través de la publicidad.
En 2009, cuando la crisis financiera afectó a pequeños vendedores chinos que usaban Alibaba para encontrar compradores en otros países, la empresa redujo las tarifas a la mitad. Así, logró capear la crisis y consiguió un aumento de su cantidad de usuarios, lo que impulsó en 45% su ganancia neta en 2010 frente a 2009.
Aunque Ma lanzó Alibaba con poca experiencia en negocios o tecnología, sabía lo suficiente para elegir a las personas adecuadas. Colegas actuales y pasados sostienen que el empresario toma decisiones basado en su instinto.
lanacionar