Parte de la fortuna de Morris Chang está atada al éxito del iPhone
En medio del secretismo habitual de cada año, Apple está preparando para septiembre el que será el nuevo iPhone. Y la compañía que dirige Morris Chang, de 86 años, fabrica los procesadores (diseñados por Apple) del nuevo modelo. Y eso para él significa buenas noticias y poder agregarle ceros a su cuenta bancaria.
Por ello, no es de extrañar que el valor de su empresa, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC), líder mundial en la fabricación de este tipo de tecnología informática, se haya disparado en los últimos meses.
Tanto que, en el último año, su valor en bolsa aumentó un 27%, elevando la fortuna personal de Chang por encima de los US$ 1000 millones, según el índice Bloomberg Billionaires.
En un informe de mayo de 2017, el Mercado de Valores de Taiwán informó que Chang y su familia poseen el 0,5% de las acciones de TSMC. El gobierno de Taiwán, por su parte, sigue siendo el mayor accionista de la compañía con una participación del 6,4% a través de su Fondo Nacional de Desarrollo.
Aunque tras graduarse en el MIT y en la Universidad de Stanford Chang pasó la mayor parte de su vida trabajando para la empresa estadounidense Texas Instruments, dedicada al desarrollo y comercialización de semiconductores y tecnología informática, en 1987 fundó TSMC con el apoyo del gobierno de Taiwán.
Más de tres décadas después, Chang ha visto cómo el esperado nuevo celular de Apple, el que posiblemente será bautizado como iPhone 8, ha disparado la demanda de los artículos que produce su compañía.
Otras claves del aumento de la demanda
Muchos analistas de Wall Street calculan que Apple venderá más de 240 millones del nuevo iPhone 8 -lo que supondría un récord anual para la compañía- en el año fiscal 2018 de Apple, que empieza el próximo mes de septiembre.
Este optimismo es una de las razones del aumento de la demanda de los chips que fabrica TSMC, que utilizan tecnología de 10 nanómetros (nm) en lugar de la actual de 14 nm.
Apple, sin embargo, no es la única empresa que encarga la fabricación de sus productos a TSMC.
Muchos fabricantes de automóviles y computadoras de alto rendimiento planean incluir chips de 10 nm, más pequeños que los actuales, en sus nuevos modelos.
Asimismo, la internet de las cosas será un nuevo motor de crecimiento para este tipo de procesadores, que también fabrican empresas como Samsung o Intel, entre otros.
Este avance de la tecnología cumple casi a rajatabla la ley de Moore, que en 1965 aseguró que la capacidad de procesamiento de los chips se multiplicaría al tiempo que su tamaño se iría reduciendo.