Cómo un avión supersónico fue clave en el nacimiento de los auriculares que usan los DJs
Volar en el Concorde al doble de la velocidad del sonido generaba mucho ruido ambiente dentro del avión, por lo que sus fabricantes buscaron una solución
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El 2 de marzo de 1969 levantó vuelo el avión que se convirtió en el símbolo del futurismo, y de la tecnología de avanzada al servicio de las personas comunes. Era el Concorde, el avión francoinglés que era capaz de volar por encima de la velocidad del sonido: podía alcanzar Mach 2, casi 2100 km por hora. Problemas en la fabricación y demoras en la certificación hicieron que su primer vuelo comercial se hiciera en 1976, con trayectos entre Francia e Inglaterra, y con travesías entre Europa y Estados Unidos en 1977.
Era en esos viajes donde podía demostrar la ventaja de la mayor velocidad: tardaba 3 horas y media para ir de Londres a Nueva York. Para quienes pudieran pagarlo, claro: eran pasajes más caros que en un vuelo común (8000 dólares), pero se compensaba con la brevedad del vuelo, con el servicio a bordo y con un menú que incluía ensalada de langosta y trufas, salmón ahumado, y mucho champagne.
Pero el Concorde tenía algunos problemas: consumía muchísimo combustible (unos 25.000 litros por hora) y para alcanzar Mach 2 los cuatro motores debían trabajar al máximo, lo que hacía que el ruido dentro de la cabina de pasajeros llegara a ser muy molesto. Así que la compañía encargó la creación de auriculares para escuchar el servicio de música a bordo que tuvieran aislación acústica.
La compañía elegida fue Sennheiser, y los auriculares creados, en 1988, fueron los HD 25, considerados por muchos los primeros en ofrecer cancelación pasiva de ruido gracias a su diseño supraaural (los cascos se colocan sobre la oreja). Los Sennheiser HD 25 se usaron en los Concorde entre 1989 y 2003. El Concorde dejó de volar en octubre de 2003; los costos del avión y de su mantenimiento, sumado a los temores que dejó un accidente fatal en 2000, sellaron su destino.
La cancelación activa, en la que una computadora genera ondas de sonido complementarias a las que ingresan para anularlas, llegaría en 1989, cortesía de Bose. para uso militar, primero, y luego civil.
Una limitación que tuvieron que enfrentar los ingenieros de Sennheiser fue que el sistema debía ser pasivo: el sistema del avión no podía ofrecer energía suficiente para otro tipos de sistemas a todos los pasajeros. Además, debían ser sencillos de usar y de fabricar: de ahí el diseño que permite rotar los cascos y usar los auriculares con una sola oreja, que luego resultaría útil para otro tipo de usos.
Algunos pasajeros le tomaban particular afición a los auriculares y se lo llevaban al bajar del avión; uno de ellos llegó a manos de un DJ que encontró que su diseño era ideal para las discos de los 80s, donde los sonidos graves y la presión sonora en las cabinas donde estaban las consolas dificultaban distinguir, para el disc jockey, entre la música que estaba sonando y la que quería preparar. Así, estos auriculares se transformaron en un clásico de las discos.