Cómo ubicar cualquier lugar del mundo con sólo tres palabras
En 2013, el músico Chris Sheldrick se encontró con que su vida como organizador de eventos era más compleja de lo esperado, por una razón sencilla: no lograba que las bandas llegaran a sus destinos a tiempo, en parte porque les costaba ubicar los lugares a los que tenían que ir, aún en tiempos de GPS y Google Maps. Es fácil sorprenderse en lugares como Buenos Aires, donde las calles están dispuestas en un damero, pero para Europa, con su miríada de pueblos de nombres similares, y calles con trazado medieval, llegar a destino -en esa época, sobre todo- era algo más complejo. Todavía hoy genera problemas: no es inusual una ciudad donde se repite el nombre de una calle en zonas diferentes (14 Church Street diferentes en Londres, por ejemplo), o poblaciones donde la nomenclatura que consideramos normal (el nombre de una calle, una altura) no existe.
Frustrado, Sheldrick se puso a charlar con su amigo, el matemático Mohan Ganesalingam, y se les ocurrió dividir a toda la superficie terrestre (incluyendo mares, desiertos, los polos, etcétera) en una cuadrícula de 3 x 3 metros y asignarle, a cada cuadado, tres palabras de una lista de 14.000 opciones (la elección es al azar). Así, la ubicación del Obelisco porteño en el sistema que idearon es ///roto.asistí.suelto.
Es una técnica que puede resultar menos precisa que usar la clásica latitud y longitud para marcar un punto en el mapa, pero tiene una enorme ventaja: a los humanos nos resulta mucho más sencillo recordar tres palabras comunes que una serie de números (las coordenadas de GPS; -34.60376°, -58.38162° para el Obelisco) o incluso una dirección postal con la calle, la altura, el barrio, la ciudad, la provincia, etcétera (en el caso de que se esté marcando una zona urbanizada). Google tiene algo intermedio: los llamados códigos Plus; un código alfanumérico como alternativa al GPS; "9JW9+G9 Buenos Aires" en el caso del Obelisco.
Esa grilla para nombrar todo el planeta con una combinación de tres palabras se llama What3Words (cuáles tres palabras, en inglés). El concepto es similar al de los nombres de dominio para dispositivos conectados a Internet: si queremos entrar al sitio de LA NACION sólo debemos recordar su dominio (lanacion.com.ar) y no el número IP que se le asigna a cada computadora (un número de 12 cifras dispuestas en cuatro bloques de 3).
What3Words hoy es una compañía y estuvo mostrando sus prestaciones en la reciente exposición CES de Las Vegas, la semana última. Mercedes Benz compró el 10 por ciento de la compañía, y lo usa en la navegación guiada del GPS de sus autos modelo 2018 (es decir, se le puede ordenar al auto que nos lleve a una dirección compuesta sólo por esas tres palabras); ya funciona en Cabify desde agosto último; se incorporó como alternativa de dirección en las guías Lonely Planet en julio; en AirBnb desde noviembre de 2018; el fabricante de GPS TomTom lo sumará a sus dispositivos este año, entre otras compañías. Y está disponible en múltiples idiomas.
Durante la CES, la compañía lo propuso como una alternativa fiable para ambulancias, drones médicos y otros sistemas de respuesta temprana: varios sistemas permiten que una persona accidentada comparta su ubicación de GPS, pero el uso de tres palabras (que según la compañía están elegidas para evitar homófonos) podría resultar una alternativa más efectiva, y suficientemente precisa, a la hora de pedir ayuda.
Por ahora, la única manera de conocer una ubicación con este sistema es usando el mapa propio de What3words (que se apoya en la cartografía de OpenStreetMap); la compañía espera integrarse con más servicios para ampliar su presencia e intentar transformarlo en un estándar, aunque por ahora sea propietario.
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