Del otro lado de la pantalla, alumnos de una escuela de República Checa conversan en inglés con alumnos de la Escuela Madre de la Misericordia de Avellaneda. Están en la clase de inglés, pero también están desarrollando, casi sin darse cuenta, muchas de las habilidades que necesitarán para su futuro laboral y personal después de la escuela.
Su docente es Silvana Carnicero, licenciada en Educación y especialista en entornos virtuales, quien con 20 años de trabajo en el aula que fue nominada en 2018 entre las 50 mejores maestras del mundo por el Global Teacher Prize junto a otro educador argentino, Germán Soto. LA NACION conversó con Silvana Carnicero sobre tu trabajo, en el marco del evento Educaction Exchange 2019, organizado por Microsoft en París la primera semana de abril, que reunió a 300 docentes que compartieron prácticas de enseñanza innovadoras y reflexionaron sobre el uso de las TICs al servicio del aprendizaje.
Aprender colaborando
Desde el momento en que Silvana comenzó a enseñar, buscó formas de llegar a los estudiantes con actividades que les permitieran desarrollar conocimiento en colaboración con otros y desarrollar la independencia a la hora de adquirir los conocimientos.
Siempre trabaja por proyectos: "No es una metodología nueva, sino de 1960, pero resurgió con las tecnologías de la información y la comunicación", aclara. Su especialidad son los proyectos telecolaborativos, que trazan redes entre varias escuelas alrededor del mundo: "La idea es conectar a chicos que están en distintos países, para trabajar temas de la currícula, integrando diversas visiones. Los chicos se sorprenden y aprenden de las similitudes y diferencias de culturas, a la vez que aprenden inglés que es la asignatura que tengo a cargo", cuenta.
Herramientas de todos los días
Usa herramientas digitales simples como videoconferencias vía Skype, o redes sociales exclusivas para el entorno educativo como Flipgrid, donde los alumnos suben sus proyectos en formato de videos que pueden compartir con estudiantes de otros lugares del mundo. Silvana está acostumbrada a trabajar de manera interdisciplinaria, con el objetivo de que "los chicos no sean solo consumidores de contenido, sino también productores". Los estudiantes se involucran en "procesos colaborativos de investigación orientados a resolver problemas, muchas veces de alcance global, como la prevención del VIH o los desastres naturales", describe.
Carnicero trabaja con los chicos para lograr que desarrollen habilidades que son útiles dentro y fuera de la escuela, pensando en su futura vida laboral y desarrollo personal. En este tipo de propuestas, los estudiantes participan de situaciones de comunicación, "ejercitan la competencia intercultural y trabajan para una audiencia real". Sus alumnos interactúan con chicos de todo el mundo, desde Egipto hasta Japón, pasando por Estados Unidos o la República Checa. Además de comunicarse en inglés, "desarrollan habilidades como la creatividad, el trabajo en equipo y la alfabetización digital".
Compartir lo aprendido
Esta diversidad cultural genera conversaciones en el aula ancladas en la empatía y el valor de lo diverso. "A veces no pueden creer que estén escuchando la misma música que ellos y otras que en determinadas culturas las mujeres aún no puedan educarse como los varones; estos aprendizajes generan un valor de lo propio y discusiones muy ricas", cuenta.
Silvana colabora con otros profesores para buscar material en todas las áreas temáticas para debatir. Aunque su materia es inglés, sus proyectos están relacionados con la creatividad: dibujos, literatura, producción de carteles digitales y realización de cortometrajes. Siempre incluyen nuevas tecnologías para permitir a los estudiantes utilizar material de Internet y para producir contenido que luego puedan ser utilizados por otros en todo el mundo una vez finalizado el proyecto. Silvana ahora capacita a docentes y habla a nivel internacional sobre cómo promover la colaboración global en la enseñanza, la incorporación de nuevas tecnologías y cómo dar voz a los estudiantes.
El cambio en el rol del docente
Educación del futuro. Con conceptos como el autoaprendizaje y el enseñarle a los chicos que aprendan a aprender, también el rol docente está cambiando. Silvana está convencida que su función es cada vez más de guía y tutora de los intereses de los chicos y de lo que ellos van produciendo.
"Me imagino clases más conectadas con lo que pasa en el mundo, por eso nuestro rol ya es no tanto de transmisor de conocimiento; los contenidos van a estar, pero que podamos velar por ayudar a que los chicos saquen sus habilidades más humanas a la hora de aprender", dice. Además de lograr alfabetización digital, la docente asegura que se ha agudizado el pensamiento crítico, el respecto y una visión más global que enriquece la vida de los alumnos. "Me encanta el contacto con los alumnos, exponerlos a nuevas formas y aprender de las de ellos; la tecnología nos permite crecer en la relación más allá de las paredes del aula", asegura.
Como coordinadora del Departamento de Idiomas de la Escuela Técnica Nº 33, Silvana ha disertado en congresos y conferencias para docentes acerca del aprendizaje basado en proyectos y del trabajo colaborativo grupal. Además de dirigir un instituto de inglés, actualmente trabaja como profesora remota para el Plan Ceibal de Uruguay y tiene una formación en la Maestría en Tecnología Educativa de la UBA.
"Un buen docente es aquel que transmite sus ganas de enseñar y mejorar situaciones por medio de la enseñanza -enumera-, con los alumnos en el centro y siempre apostando a la capacitación permanente".
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