¿Cómo se construye un navegador? Lo cuenta el argentino Agustín Ruiz, del equipo de Brave
Agustín Ruiz es parte del equipo que desarrolla Brave, un browser alternativo a Chrome o Firefox; cuenta, desde adentro, los desafíos de salir a pelearle terreno a los gigantes
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Hace un tiempo hablamos del navegador Brave. Un producto creado por el cofundador del Proyecto Mozilla y creador de JavaScript, Brendan Eich y que salió – comparado a los demás navegadores – al mercado hace relativamente poco tiempo, 2016 (hace “apenas” 7 años).
Creo que, a pesar de ser uno de los navegadores más nuevos (dentro de los reconocidos) del mercado, Brave se hace hecho su lugar debido a la gran cantidad de agregados bien implementados que tiene. Y es que ni bien lo instalamos, nos ofrece cosas cómo VPN + Firewall, filtro de publicidades, filtro de trackeo, Tor y hasta un cliente similar a Zoom.
Grata fue la sorpresa cuando en Twitter me encontré, en esas conversaciones donde se va agregando gente, con Agustín Ruiz, un compatriota que trabaja cómo diseñador de producto para esta compañía. Así que, ni lento ni perezoso, lo contacté para hacerle varias preguntas sobre este navegador que no para de sumar usuarios.
¿Cómo fué qué entraste a Brave? ¿A qué te dedicabas antes? ¿Podés darnos un pantallazo de lo que hacés dentro de la empresa?
Yo soy diseñador gráfico de profesión, empecé a trabajar de esto en el 2006, cuando el mundo web estaba, dentro de todo, en una especie de infancia, donde no habían tantos estándares ni recursos disponibles para aprender sobre diseño digital.
Con el tiempo, fui aprendiendo sobre diseño web, y trabajé muchos años diseñando sitios, aprendiendo sobre desarrollo, etc. Eventualmente descubrí el diseño de productos digitales y aplicaciones. Me gustó la idea de poder crear las interfaces de productos con las que los usuarios interactúan, y solucionar problemas complejos de experiencia de usuario.
Con el pasar de los años fui obteniendo más experiencia y me volví especialista en sistemas de diseño, además de diseño de producto en general. Los sistemas de diseño, dentro de las compañías, son una serie de guías, recomendaciones y plantillas que otra gente dentro de la empresa puede usar (en general diseñadores y desarrolladores) a la hora de crear nuevas interfaces. Abarcan cosas super básicas, como distintos tipos de botones y cuándo usar cada uno, a flujos completos que se pueden “copiar y pegar” en distintas partes de un producto.
Me di cuenta de que si bien trabajar para una consultora tiene cosas interesantes, como poder cambiar de proyectos cada tanto y explorar distintos mercados y tipos de negocios, nunca te terminás de sentir como parte de la empresa para quién trabajás, y tu voz y opinión no siempre tiene el peso que podría tener, porque técnicamente sos alguien externo a la misma.
Fue en ese momento que me puse como meta postularme para trabajar en empresas que admirara, o de productos que yo realmente usara y me gustaría mejorar. Brave es mi navegador por defecto desde hace unos 4-5 años, entonces me resultó obvio mandar mi portfolio.
Realmente me sorprendí mucho cuando recibí una respuesta diciendo que les gustaba lo que veían y me querían entrevistar. Suele pasar mucho con las empresas basadas en EE.UU. que el trabajo remoto no está realmente tan instalado como uno pensaría. Y se dió que en Brave justamente estaban buscando armar un equipo diverso de diseño con gente de todas partes del mundo. Después de una ronda bastante larga de entrevistas en las que conocí a medio mundo, finalmente me dieron el ok y arranqué a laburar.
Ahora estoy hace ya un año y medio trabajando acá. Y mi rol empezó simplemente como diseñador de producto, pero de a poco me fui haciendo más lugar en distintas partes de la empresa. Cuando yo entré, había habido un par de intentos de armar un sistema de diseño propio, pero realmente nadie lo usaba y era muy básico. Así que lo primero que hice fue tomarme como una especie de proyecto personal rearmar todo el sistema, usando buenas prácticas y de forma en que los programadores pudieran ayudarme a implementar todo.
Eventualmente lo presenté al equipo de diseño y les encantó. Ahora soy el responsable de todo el sistema de diseño de la empresa, y junto a un grupo de desarrolladores estamos armando todo de forma tal que cualquier producto/equipo dentro de la empresa pueda usar los elementos que vamos creando y sea fácil tener una experiencia coherente y consistente, sin importar desde donde uses el navegador.
Además de eso, estoy a cargo del navegador de escritorio, en todas las plataformas, con los productos de Shields, VPN, Playlist, y más recientemente Leo, la plataforma de Inteligencia artificial que lanzamos hace unos días. Leo es un producto que me entusiasma un montón, justamente por la posibilidad que tenemos de integrarlo al navegador en sí, de formas que otros bots no pueden, por ser servicios web. Tenemos muchísimas cosas planeadas para mejorar la experiencia del navegador en sí, que espero pronto podamos develar.
En un mercado que parecía totalmente saturado en lo que respecta a navegadores, ¿cuál creés que es la mayor fortaleza de Brave?
El mercado está muy saturado, sí: además de los navegadores que más conocemos que lideran el mercado, hay montones de pequeños navegadores tratando de hacerse camino constantemente. Yo creo que Brave está en un punto medio: no es un navegador conocido por todo el mundo, pero ya tiene su base de usuarios fieles que lo promueven constantemente.
Brave tiene 2 grandes pilares que lo diferencian de la mayoría. El primero es la privacidad. A diferencia de otros navegadores, Brave viene con un bloqueador de anuncios y trackers incorporado, sin necesidad de extensiones. Esto nos permite poder controlar de forma mucho más precisa qué información pueden recibir y enviar sitios de terceros, haciéndonos mucho más potentes en ese sentido.
Este foco en privacidad es algo que está incorporado de base a cómo planteamos nuevos productos dentro de la empresa. Todo lo que hacemos tiene como regla fundamental no invadir la privacidad del usuario. Nuestra política no es “Don’t be evil”, es “Can’t be evil”.
El segundo es la integración con web3 nativa. Si bien el mercado cripto en este momento no está pasando un buen momento, el hecho de poder incorporar de forma nativa la billetera cripto, y nuestro programa de recompensas con anuncios privados, nos pone en una situación que nos separa un poco del resto de los navegadores.
¿Cuál es, desde tu perspectiva, el mayor desafío para sumar adeptos a Brave?
La gente usa Chrome, o Safari, porque es lo que conocen, y no hay una voluntad de cambiar algo que, siendo realistas, no funciona mal. Y si bien uno de nuestros principales focos es la privacidad, a la mayoría de la gente normal no le importa eso. Casi que el 100% de la gente ya tiene una cuenta de Google, o una cuenta de Apple, están embebidos en esos ecosistemas completamente; entonces les da igual si recopilan información sobre ellos, la venden, o no, o hagan lo que quieran.
La privacidad online es un derecho que al ser tan abstracto, mucha gente no piensa en ella como algo que se puede defender, o incluso algo importante de resguardar. Actualmente tenemos muchos usuarios que eligen Brave porque su prioridad es resguardar esa privacidad.
Nuestro desafío ahora es cómo comunicarle al resto de la gente que protegerse no es difícil, o algo solo reservado a la gente con conocimientos técnicos. Brave muchas veces peca de ofrecer soluciones muy técnicas, en pos de ofrecer el mayor rango de elecciones posibles para los usuarios más avanzados. Nuestra consigna ahora es “¿cómo hacemos que esto lo pueda usar cualquier persona sin asustarse?”
El bloqueador de anuncios integrado es una especie de puntapié a ese universo más grande de privacidad. Mucha gente empieza a usar el navegador porque bloqueamos anuncios, pero es genial cuando se dan cuenta de que además evitamos que las grandes corporaciones los anden espiando en todo lo que hacen.
Además de todo esto, tenemos que hacer mucho más simple el hecho de cambiar de navegador. Idealmente tendría que ser algo que con un par de clics puedas trasladar toda tu experiencia y configuraciones previas a Brave, pero no siempre es posible. Es algo que siempre tratamos de mejorar a medida que hacemos avances en la tecnología.
¿Cuál es el proceso de desarrollo de nuevas características o actualizaciones en Brave? ¿Cómo se decide qué se implementará?
Tenemos muchas formas. La primera y principal es que tenemos un roadmap delineado con objetivos para cada cuatrimestre. Ese es nuestro Norte en general en términos de objetivos de crecimiento y negocio en general. Pero también tenemos otros procesos. Por ejemplo, quizás alguien tiene una buena idea y consigue entusiasmar a más gente dentro de la empresa y así desarrollamos algo. Así surgió implementar las pestañas verticales, por ejemplo. No estaba planeado, pero a la gente le gustó y lo hicimos.
También, como el navegador está basado en Chromium, la versión de código abierto de Chrome, muchas cosas las tomamos de ellos, pero le damos el toque propio a nivel experiencia de uso y diseño.
Leo es el asistente basado en IA de Brave.
Otras veces los mismos usuarios son los que nos recomiendan cosas, e incluso las desarrollan ellos mismos, ya que el navegador es de código abierto.
Todo esto que te describí en general pasa por los canales de Nightly, que es la versión «Dev» del navegador que usamos internamente y que usa la gente más manija, después pasa a Beta y por último a Release, que es la que la mayoría usa. Entre cada etapa se corrigen errores y se hacen mejoras.
¿Hay planes para expandir la funcionalidad o introducir nuevas características?
Tenemos un montón de mejoras planeadas. No te quiero adelantar mucho, pero te puedo comentar que, personalmente, la parte de AI en formato chat me parece la menos interesante de todas a nivel posibilidades. Ya hay muchísimas plataformas que hacen lo mismo y son muy buenas, y nosotros queremos diferenciarnos.
Si bien vamos a hacer muchas mejoras en ese frente, la parte más interesante a mi parecer está en cómo podemos integrar la inteligencia artificial directamente en el navegador y ofrecer mejoras en el uso diario. La funcionalidad de resumir sitios y tener conversaciones sobre las páginas que estás viendo es una parte muy chiquita de lo que tenemos en mente.
¿Qué consejo le darías a los usuarios que están considerando hacer el cambio a Brave?
Mi consejo es que lo prueben, pasen el momento de fiaca que implica cambiar de navegador y van a ver que fácil que es acostumbrarse.
Como ventajas, te puedo enumerar éstas, que son clave:
- Brave viene con bloqueador de anuncios integrado. Una vez que te das cuenta de cuantos anuncios y carteles molestos dejás de ver, volver a un navegador que no los tiene te va a ser imposible.
- Privacidad y anonimato. Esto es un poco más invisible, pero el derecho a la privacidad es algo que las grandes empresas no respetan. Constantemente estamos haciendo mejoras para mantener la experiencia lo más privada posible, incluso sin usar los modos de navegación privada.
- Velocidad. Somos considerados uno de los navegadores más rápidos que hay. Parte de eso es gracias al bloqueo de anuncios que se hace previo a la carga de contenidos. Todo carga mucho más rápido, porque bloqueamos esas cosas de raíz.
Por último, el ecosistema que estamos creando con todos los productos. Además del navegador en sí, tenemos otras cosas muy interesantes como Brave Search, nuestro competidor de Google con foco en privacidad. Tenemos VPN propia; una alternativa a Zoom, etc. Es una gama de servicios bastante completa.
¿Cómo te imaginás los navegadores dentro de 10 años?
¡No me imagino cómo serán de acá a 5 años! Creo que después de todo este momento de hype que está teniendo la inteligencia artificial, al igual que como pasó con el mundo cripto, vamos a llegar a un punto donde las soluciones e ideas van a estar más maduras y se va a ir descartando todo lo superficial. En ese punto me imagino que las AI van a formar parte de nuestra experiencia de navegación de forma más proactiva.
En cuanto a la internet en general y cómo consumimos el contenido, la verdad tengo un poco de ansiedad de cómo se está dando la generación del mismo contenido. Entre fake news, y contenido generado por AI, siento que estamos yendo por un camino donde la web misma va a ser irrelevante o no creada por nosotros. Supongo que cuando el boom de los chatbots pase, se va a estabilizar un poco la cuestión.
Después, con respecto a otras tecnologías como realidad virtual o aumentada, ahí realmente no tengo mucho conocimiento, pero quizás en varios años empiece a hacerse parte del día a día. No le tengo tanta fe porque venimos hace como una década diciendo lo mismo, pero veremos.