Cómo organizar tus libros en una biblioteca online

Desde la llegada del Kindle y la explosión de los libros digitales las redes sociales que te permiten no solo ordenar tus lecturas sino compartir tus opiniones con otros usuarios comenzaron a tener más relevancia.

Ver que una persona en el transporte púbico escucha música a través de su celular o de un reproductor de MP3 es hoy algo cotidiano, pero hace unos años era el Discman y, antes, el Walkman. Con los libros sucede algo similar. Si bien todavía la utilización de los lectores digitales no es tan masiva, con la aparición del Kindle de Amazon ( y sus competidores ), su presencia se hace cada vez más frecuente.

Hoy no es raro entrar a un vagón de subte o subir a un colectivo y ver a alguien que lee un libro en una pantalla. Esto se debe a que los lectores digitales se venden cada vez más en todo el mundo. Poco a poco va quedando atrás el mito que reza que leer en una pantalla puede hacer mal a la vista. Hoy existe una tecnología llamada E-Ink -o tinta electrónica- que emula una hoja de papel. No tiene brillo y gracias a que usa la iluminación ambiente tiene una batería que dura semanas.

Por esto muchos dejaron de lado el papel y adoptaron lo digital, y tuvieron también que implementar nuevas formas de ordenar sus lecturas. Era cuestión de tiempo para que nacieran servicios que permitiesen crear tu propia biblioteca a través de Internet. Los más famosos que existen son Goodreads y Shelfari . Pero hay varias otras alternativas online para encontrar lectores afines a nuestros intereses. Estas son redes sociales que ayudan no solo a organizar los libros que se leen en la librería on-line sino también a comunicarse con personas de gustos similares, participar de foros de debate, clubes de lectura, hacer reseñas y leer entrevistas de tus autores favoritos.

Un poco de historia

La primera fue co-fundada en diciembre del 2006 por Otis Chandler, un desarrollador y emprendedor. En solo un año ya tenía más de 650 mil miembros con más de 10 millones de libros en su catálogo (que no quiere decir que se puedan leer on-line, sino solamente listados para saber sus características).

En la actualidad ya alcanzó los 10 millones de miembros -67% mujeres y 33% hombres- y tiene más de 22 millones de visitas únicas mensuales. Tardó cuatro años y medio en llegar a los 5 millones de usuarios y, en solo 15 meses, logró duplicar este número. Además, seis libros son agregados por segundo al catálogo digital y, en total, hay 370 millones.

Chandler, en una entrevista con LA NACION, explicó que todo nació cuando miraba la biblioteca de un amigo para ver cuál podía ser su próxima lectura. "Siempre preferí saber cuáles son los libros preferidos de mis conocidos, que tienen gustos similares, a ver los de un bestseller o una persona cualquiera", explicó y agregó que por ese motivo decidió crear la red social de libros más grande del mundo.

El cometido de la web es muy simple y el CEO y co-fundador lo resume en una sola frase: "Nuestra misión es ayudar a las personas a descubrir y compartir los libros que aman".

Shelfari, por otra parte, nació de la mano de Josh Hug, Kevin Beukelman y Mark Williamson en octubre del 2006 y después de varias inversiones millonarias fue adquirida por Amazon en agosto del 2008. La compra fue lo mejor que podría haberles pasado. Esto se debe a que la tienda digital era -y todavía continúa siendo- la más famosa de venta de libros. Eso sin contar que, años más tarde, terminaría por presentar el Kindle, que se convirtió en el primer lector digital y, además, uno de los mejores vendidos y con características más interesantes lanzado hasta ahora.

Como toda red social, el verdadero poder reside en sus usuarios y, en este caso, en las reseñas y recomendaciones sobre todo. Hace tiempo para saber qué opinaba alguien de un libro en particular había que ir a una biblioteca, preguntarle a un amigo que lo hubiese leído o adquirir una revista literaria que justo hable del libro en cuestión. De otra manera la única forma de saber si ese libro era bueno o no era leyéndolo.

La Generación Y, denominación que se les da a los nacidos entre 1982 y 1995, que vivió el auge de Internet, comenzó a cambiar esta práctica y, antes que pedir consejo a conocidos encontraba su respuesta en Google, en reseñas de personas que nunca había visto en su vida. Por ese motivo no era de extrañar que con el paso del tiempo, y después de la llegada de redes sociales masivas como Facebook, también llegaran otras más de nicho que se especializaran en juntar a todos los fanáticos de la lectura que estaban sueltos escribiendo sus opiniones en sus blogs.

Ambas plataformas son agnósticas y no tienen relación directa con el formato de libro que utilicen sus usuarios, pero la industria editorial, como muchas otras, está ante un gran cambio de paradigma: la convivencia entre lo físico y lo digital.

Chandler opina que el ebook tiene muchas ventajas sobre el libro en papel, pero asegura que todavía estamos en el comienzo de lo que la tecnología relacionada a los libros digitales tiene para dar. ¿Desaparecerán los de papel? Él no lo cree y considera que en el futuro cercano la industria terminará convirtiéndose en un híbrido que producirá tanto libros en papel como ebooks.

No sólo listas de libros

En la actualidad tanto en Goodreads como en Shelfari el simple acceso a la sinopsis de millones y millones de títulos es lo más buscado. Otras de las características que se pueden consultar en ambas redes sociales son los foros de debate que van desde las charlas y opiniones de un libro en particular hasta el debate sobre toda la obra de, por ejemplo, William Shakespeare. Posee trivias que demostrarán tu conocimiento y diferentes encuestas donde se puede ver qué piensan los diferentes usuarios y también hay entrevistas a diferentes autores (algunos de los más famosos e importantes del momento como Haruki Murakami, Christopher Paolini o Robert Kirkman). Lo bueno es que te permite ordenar los libros que leiste anteriormente, que leés en la actualidad y leerás en el futuro y, como si fuera poco, lista los eventos que se realizarán cerca de la ciudad donde vivís.

En los comentarios de un post donde Goodreads festejó los 10 millones de usuarios hay muchos que le demuestran su amor: "Me gustaría que hubiese existido cuando era chico. De esa manera tendría una imagen mucho más clara de lo que leí desde que tuve el primero en mis manos. Es un lugar genial de poder llevar la cuenta de mis lecturas y muy fácil de descubrir nuevas y bellos libros", asegura el usuario apodado Tarfah . Otro, que se identifica como Avani, explica que "no hay mejor lugar para discutir y descubrir nuevas lecturas" y que como "ávido lector" nunca se topó con un foro más grande en su vida.

Una de las características más interesantes, donde Goodreads le sacó una importante ventaja a Shelfari porque fue el primero que la implementó, es la función que permite ponerse una meta. Por ejemplo, si durante el 2011 un usuario leyó siete libros y en el 2012 quiere superarse y llegar a los diez, podrá configurarlo para que el sistema le avise cómo va, le deje mensajes de aliento o lo tranquilice si va bien y queda tiempo. Otra de las secciones más visitadas de Goodreads es la llamada Quotes (que significa "Comillas" en castellano) y que hace alusión a las frases más llamativas de las diferentes publicaciones. Todas elegidas por los miembros de este inmenso club de lectura digital. Una vez que se sube una a la red social otros la pueden votar. La que está primera en el ranking con más de 60 mil votos es una de Marilyn Monroe: "Soy egoísta, impaciente y un poco insegura. Cometo errores, pierdo el control y a veces soy difícil de lidiar. Pero si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces en el mejor".

¿Cuál de las dos redes sociales es mejor? En un primer momento ambas poseían características que las convertían en únicas, pero si bien Shelfari tiene a Amazon detrás y un diseño que es claramente superior, Goodreads logró consolidar una mayor base de usuarios que, después de todo, son los que le dan valor agregado más allá de las características técnicas.

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