Cómo mejorar la relación que padres e hijos tienen alrededor de la tecnología
Entrevistamos a Sandra Cortesi, Directora de Jóvenes y Medios del Instituto Berkman and Klein Center de la Universidad de Harvard, por Conectados al Sur, una iniciativa para fomentar la ciudadanía digital de los jóvenes y mejorar las relaciones entre adolescentes y adultos
Todo el tiempo, a toda hora, en todo lugar. Así quieren estar conectados a internet los jóvenes hoy. De hecho, de acuerdo a resultados recogidos en las pruebas PISA, la OCDE encontró que en muchos casos asocian su felicidad y bienestar al poder estar online. En este contexto de conexión permanente se hace cada vez más necesario pensar un modo de cuidadanía digital que contemple los derechos, obligaciones, peligros y oportunidades que tienen los jóvenes en el mundo conectado.
Para esto nació Digitally Connected, una plataforma online global fruto de la asociación del Berkman Klein Center for Internet and Society de la Universidad de Harvard y UNICEF. La red tiene la misión de analizar el crecimiento del uso de los medios digitales por parte de los niños y los jóvenes junto con una comunidad diversa de académicos, profesionales, jóvenes, activistas, filántropos, funcionarios de gobierno y representantes de empresas de tecnología. Sandra Cortesi, directora de Jóvenes y Medios del instituto de Harvard, visitó nuestro país para presentar Conectados al Sur, la plataforma online y pata regional de Digitally Conected.
ConectadosalSur.org se centra en una edad compleja, de los 12 a 18 años, en la que se pone a prueba la palabra del adulto. ¿Cómo juega esto a la hora de pensar programas para los chicos?
Lo veo como una oportunidad: ellos quieren ser vistos como adultos y sólo están esperando que vengan a tomarlos en serio. Lo complejo es crear esos espacios, donde se sientan bienvenidos y empoderados. Donde sean escuchados de verdad y donde no se les imponga nada.
¿Qué espacios concretos creés que funcionan mejor?
Siempre que sea posible, los espacios físicos donde los chicos puedan pasar tiempo y proponer y opinar sobre los temas que les interesan. Eso lo hacemos en nuestro instituto y en el verano pasan mucho tiempo allí, pero eso es algo local y no en todos lados se puede. Aquí en la Argentina trabajamos con la ONG Faro Digital y con UNICEF, que a su vez trabajan con el sector público en la creación de espacios de encuentro. En Conectadosalsur hay espacio para la discusión concreta de los derechos de los jóvenes, de los temas que les preocupan, se busca que sean ellos protagonistas porque de otro modo no funciona.
¿Creés que faltan espacios para que ellos puedan pensar su vida digital?
Muchas campañas y programas de niñez y jóvenes son creados sin la voz de los protagonistas y esto hace que no sean efectivo y que los chicos no encuentren su voz en las propuestas. Lo vemos en materiales educativos, en charlas, ni siquiera se usa un lenguaje que ellos sientan propio. Les planteamos temas con palabras que no les dicen nada a ellos, como privacidad y ciberbullying, pero ellos no usan esas palabras.
¿Cómo se abre una conversación sobre ciudadanía digital sin nombrarla así, o sobre el ciberbullying online, si lo sienten ajeno como término?
Es un gran desafío. Abrir el tema sin la pregunta ¿qué pensás del ciberbullying? Podríamos intentar actividades lúdicas o juego de roles, donde sean ellos los que traigan los sentimientos y miradas sobre las situaciones que se presenten. Para eso deben estar ellos en el centro, y nosotros, los educadores y docentes, acompañando.
¿Qué pasa con la edad previa, con la primera infancia, donde ya comienzan a tener un contacto con el mundo digital?
Es una edad fundamental. Ya vemos a los chicos desde los 2 años ingresando al mundo digital.
Para los padres es muchas veces un dilema. ¿Le pregunto qué hace con el celular o lo estoy invadiendo? ¿Le prohíbo determinados usos?
Muchas padres me preguntan cómo acercarse para no generar un rechazo y que los chicos no se sientan invadidos. Lo que funciona mejor es, luego de hacer la pregunta qué estás haciendo online, mostrar un interés genuino por la respuesta, involucrarse e interesarse por los contenidos que nos cuentan. Que el chico no se sienta juzgado, sino acompañado. Y las preguntas harán que tengas que informarte sobre el viral del momento, el youtuber famoso, la última aplicación.
Meterse de verdad en su universo digital...
Exacto; y eso significa que vos también podés mostrarle lo que te interesó de Twitter, o un meme o una noticia, que lo compartas con tus hijos. Para los que se preguntan sobre el control del uso o del tiempo de uso, armar un contrato familiar es lo que mejor funciona.
Como hijos y como papás vamos a usar de esta manera la tecnología. Que sea un contrato bidireccional, justo, y que se vaya adaptando a las edades y que se discuta durante el año.
¿Cómo ves la inclusión de temas de ciudadanía digital en la escuela?
Los gobiernos están tratando de reaccionar, haciendo propuestas de cómo las escuelas deben incluir temas de ciudadanía digital, pero la implementación es compleja. Para los maestros es muy difícil abordar todos estos tópicos que van desde empoderamiento, seguridad, privacidad, participación, economía participativa. Debe ser algo trasversal, no puede ser un curso separado. Y requiere un cambio de mentalidad también de los que enseñamos, que veamos nuestro rol no como la única autoridad, sino de saber acompañar y un aprendizaje bidireccional.
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