Cómo medir el pulso y el ritmo de respiración con la cámara de un smartphone y Google Fit
La aplicación permite usar el sensor de la cámara trasera del teléfono para determinar el ritmo cardíaco
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Al hacer deporte, medir nuestro pulso es una buena manera de determinar el grado de esfuerzo que estamos haciendo durante un entrenamiento. También sirve, claro, durante el día si tenemos alguna clase de malestar.
El método tradicional es con dos dedos: el índice y mayor contra la arteria carótida, en el cuello, en la parte blanda que está junto a la nuez. O con esos mismos dedos contra la muñeca, en la misma línea en la que termina el dedo pulgar; al medir al menos diez segundos se podrá determinar el ritmo cardíaco en un minuto.
Por supuesto, hay una alternativa tecnológica sofisticada, la de los relojes deportivos o inteligentes, que tienen, justamente, un sensor de ritmo cardíaco.
Se llama fotopletismografía y la usan relojes y pulseras deportivas: unos LEDs emiten luz verde, que se refleja en la piel (con cambios dependiendo de si fluye más o menos sangre); unos fotosensores en el dispositivo miden el ritmo con el que ese reflejo varía, y así determinan el pulso.
Pero existe una alternativa para los que no tengan a mano un smartwatch y no encuentren en pulso subcutáneo a la manera tradicional: usar la cámara del teléfono.
En febrero de este año debutó esta función para los Google Pixel, y a lo largo de 2021 fue llegando a otras marcas con Android y, en los últimos días, como una actualización para el iPhone de la aplicación Google Fit (aunque no es la única app que lo permite; hay varias que hace años usan la misma técnica para medir las pulsaciones).
De lo que se trata es de apoyar la yema del dedo contra la cámara trasera del teléfono; la app activará la luz del flash, que iluminará el dedo y le permitirá al sensor -y a la app- detectar los cambios de color que indican las pulsaciones. En eso es similar a la fotopletismografía, pero sin usar hardware especial.
Requiere, eso sí, un mínimo de paciencia y práctica para ubicar correctamente el dedo sobre la lente de la cámara (que habrá que limpiar después), pero es un sistema muy práctico y sencillo de usar.
Google Fit tiene, además, otra función: la de medir nuestro ritmo de respiración, usando la cámara frontal del teléfono, que debe estar muy quieto (idealmente, apoyado contra algo) para leer variaciones en nuestro rostro y el volumen del torso y, así, saber cuán agitados estamos.