Tuvo un rol fundamental en la película original de 1986 y ahora regresa en la secuela, pero con ayuda de la tecnología, ya que un cáncer de laringe lo dejó sin voz en 2014; un software tomó audios originales y le permite hablar de nuevo
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Val Kilmer tiene varios roles clásicos en su carrera como actor: Jim Morrison en The Doors y, claro, Tom “Iceman” Kazansky, la némesis de Pete “Maverick” Mitchell (Tom Cruise) en Top Gun, la película clásica de peleas de aviones de 1986 que regresa en 2022 con una segunda parte, Top Gun: Maverick.
La película respeta, en términos generales, el paso del tiempo: Maverick ya tiene otra edad pero sigue como instructor de vuelo, y los novatos a los que debe enseñarles los trucos del vuelo de un avión de caza son otros. También está Iceman, otrora enemigo y luego amigo, ahora convertido en un almirante de la Marina estadounidense.
Pero mientras cualquiera puede admirar lo bien que envejeció Tom Cruise (hoy tiene 59 años; tenía 24 en la primera Top Gun) y entender la ira de Kelly McGillis, su pareja romántica en la primera película, que se quejó de que no la llamaron para esta edición porque aparenta su edad actual (64 años) y la reemplazaron por Jennifer Connelly (51 años), es más difícil afrontar el impacto que el tiempo tuvo en Val Kilmer (hoy con 62 años), que en 2014 fue operado de un cáncer de laringe que lo dejó sin voz. Un documental reciente retrata su exitosa carrera inicial y el oscurecimiento de su carrera en la madurez.
Que Iceman estuviera en Top Gun: Maverick era casi excluyente para Tom Cruise, factótum de la película. Así que en agosto del año pasado la firma londinense Sonantic recibió un encargo: usar su motor de voz digital para reproducir la voz que hoy tendría Val Kilmer. Podrían haber usado un imitador humano, pero según explican en su blog optaron por entrenar a un software con la voz de Kilmer, con su cadencia al hablar y su acento, para que vocalizara sus diálogos en la nueva película.
Sonantic se especializa, justamente, en crear voces sintéticas y en crear otras que siguen los patrones vocales de una persona verdadera. Pero en este caso el motor tenía diez veces menos datos (menos minutos de voz real) que lo que normalmente requieren, le explicaron los directivos de la compañía a Fortune, lo que los obligó a crear nuevas herramientas para generar un audio nuevo.
“Al final, generamos más de 40 modelos de voz diferentes y elegimos los mejores, de mayor calidad, los más expresivos. Esos nuevos algoritmos están ahora integrados en nuestro motor de voz, así que los próximos clientes podrán aprovecharlo también”, declaró John Flynn, cofundador de Sonantic.
El uso de tecnología para generar voces creíbles tiene ya varios años, desde los asistentes de Google o Apple a Duplex, el robot de Google que permite hacer llamadas en nuestro nombre, al software VoCo de Adobe que puede generar declaraciones nuevas en base a unos pocos audios, una suerte de Photoshop para audio, lo que también ha traído problemas: el uso de estas herramientas para hacerse pasar por otra persona, y generar una estafa más creíble que si se usara un imitador.