Cómo la realidad virtual podría cambiar la manera en que tenemos sexo
El consumo de pornografía con realidad virtual tiene un impacto en lo que esperamos del sexo, dicen los especialistas
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Las tecnologías cambian la sociedad y el sexo es siempre una parte fundamental del comportamiento humano. En tal sentido, es sabido que la industria de la pornografía es inmensa, y que con el desarrollo de Internet, es más fácil acceder a este tipo de contenido.
Después de consumir films primero en revistas, luego el VHS y más tarde en videos bajo demanda en plataformas como Pornhub y XVideos, entre otros, la nueva tendencia está orientada hacia experiencias de esta temática mediante el uso de cascos y otros periféricos de realidad virtual (RV).
Pero la realidad virtual es mucho más que un nuevo soporte para consumir contenido, porque convierte a la experiencia de visualización pasiva en una interactiva, ya que con ella es posible sentir la cercanía con otro ser humano, incluso si esa persona no es real. “Si bien la virtualidad no hace de sustituto de la realidad, sí genera un nuevo tipo de contexto en los individuos, así como las clases por Zoom o Meet, por ejemplo. Algo parecido está sucediendo con la sexualidad: si las sesiones de sexo con realidad virtualidad se practican con mucha asiduidad y se convierten en nuestra actividad sexual predominante, esto tendrá repercusiones en la vida real, y tendrá un impacto emocional. Por ejemplo, hay juegos en donde si vos te comportás de un modo que las reglas no lo permiten, te sancionan, dejándote sin poder jugarlo por 7 días. Esto es sólo por dar un ejemplo de cómo sí puede tener un impacto en nuestra vida”, sostiene Karina Spinelli, que es psicóloga y sexóloga clínica. También tiene un máster en Neurociencias y es docente en la Universidad de Morón del curso “Sexualidad humana, una mirada desde la sexología”.
El negocio de lo virtual
Un nuevo estudio de la consultora internacional Juniper Research señala que el valor global del mercado de contenido para adultos con realidad virtual (VR) aumentará significativamente, desde los 716 millones de dólares en 2021 a los 19.000 millones de dólares en 2026. En esta línea, vaticina que la cantidad mundial de usuarios que ven contenido para adultos con RV aumentará en un 2800% durante los próximos 5 años.
La firma señala que los modelos basados en suscripción serán clave para permitir que las plataformas de contenido para adultos, como Pornhub y XVideos, moneticen con éxito el contenido. Adicionalmente, se espera que esas firmas se asocien con proveedores especializados en realidad virtual. De esta manera, diversificarán sus catálogos de opciones para la audiencia.
Carolina Sánchez Agostini, que es psicóloga experta en sexualidad; e investigadora y directora de la Diplomatura en Educación Sexual Integral (ESI) de la Universidad Austral, aclara que “cuando hablamos de pornografía, estamos hablando de un negocio, más que de un entretenimiento, como puede parecer a primera impresión. No es un negocio que busca satisfacer una necesidad: diría más bien que es un negocio que va creando distintas necesidades. A partir de los estímulos placenteros, el cerebro produce una sustancia química llamada dopamina, conocida como “el neurotransmisor del placer”. En el momento en que una persona consume pornografía, el cerebro produce grandes cantidades de dopamina. Este consumo, sostenido en el tiempo, “acostumbra” al cerebro a una liberación masiva de dopamina, de modo que irá requiriendo una mayor cantidad de ésta para producir la misma sensación de placer. El consumo compulsivo de pornografía va necesitando cada vez más contenidos, más explícitos, más fuertes, más impactantes, más alejados de la realidad: se necesita más novedad”, detalla.
Consejos prácticos
Dados los pronósticos, es hora de estar preparados para vivir una experiencia de este tipo más temprano que tarde: “En muchas de estas plataformas podés diseñar tu persona ideal, con las medidas ideales, escenarios prometedores, entre otros detalles. Entonces, si vamos a tener consumo de pornografía con RV con frecuencia, es importante tener en cuenta que, cuando nos encontremos con una persona de carne y hueso en la vida real, tendremos necesariamente que adaptarnos a las características del otro, y no pretender que sea como nuestro ideal, ya que esto solamente llevará a sentir frustración”, explica Spinelli. Y agrega: “La mejor manera de lograr esto es que nuestro cerebro no se adapte solamente a esta experiencia, sino que se alterne con experiencias en vivo”. O bien que las experiencias de realidad virtual sean en plataformas que propicien una interacción que no sea tan a gusto y creación de quien consume, para que no alentar la frustración.
Por su parte, Sánchez Agostini destaca el potencial adictivo que el consumo compulsivo de pornografía y recuerda que la pornografía distorsiona la imagen del sexo: “Se habla de la pornografía como la nueva “ciencia ficción del sexo”. En esta línea, una consecuencia práctica que esto tiene, y que se escucha en consultas, tiene que ver con la insatisfacción sexual: acostumbrarse a un sexo ficticio puede llevar con facilidad a no disfrutar del sexo real”.
Dicho esto, ¿tendremos menos relaciones sexuales con otras personas en la vida real como consecuencia de estos avances tecnológicos? La docente de la Universidad de Morón dice que esto dependerá del perfil de personalidad del usuario: “No es lo mismo quien es desinhibido y sociable, que quien consume RV y tiene un perfil más de tipo fóbico social, ya que en este último caso, las plataformas le vienen como anillo al dedo para poder vivir su sexualidad plena, sin que necesariamente esto esté acompañado de la ansiedad social característica de salir a un bar a tomar a algo con alguien y luego exponerse desnudo, así como también a tener que mantener una erección en interacción con un otro en vivo y en directo”, se explaya.
La profesional destaca que, dado que la sociedad necesita de individuos que sean cada vez más adaptables, creativos y flexibles para poder enfrentar y atravesar los avances tecnológicos, es interesante que las personas se atrevan a ver de qué se trata el consumo de contenido pornográfico con RV. “De todas maneras, de ser altos los niveles de consumo, posiblemente tengamos que pensar que quizá estamos frente a la incorporación de un ingreso al consumo digno de análisis”, remata.
Al respecto, Sánchez Agostini señala: “Mientras la tecnología se mete en el sexo cada vez con mayor fuerza, esto tiene a la vez un contrapunto que pareciera indicar que no alcanza con el consumo de contenido erótico, el placer y el autoerotismo. La realidad virtual en la pornografía abre un conjunto de interrogantes que ameritan detenernos a considerarlos despacio: ¿la misma naturaleza del sexo está pidiendo volverse más íntimo, más cercano, más personal, más humano, más relacional?
Lo cierto es que no solo la realidad virtual, sino también la tecnología relacionada, como la realidad aumentada, la inteligencia artificial y la robótica están moldeando la forma en la que los adultos llevan adelante su vida sexual ya sea con otros humanos como con robots: una revolución del sexo atada a la realidad virtual.
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