Cómo es el pez robot que podría terminar con la crisis del microplástico en los océanos
La invención estuvo a cargo de científicos de la Universidad de Sichuan, en China; está hecho de un material similar al nácar, la cual permite su regeneración en caso sufra algún daño
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La crisis de los microplásticos en los océanos hicieron que un grupo de científicos de la Universidad de Sichuan, ubicado al oeste de China, desarrollen un prototipo de pez robot que es capaz de comer microplásticos en el agua.
Los microplásticos no solo son una gran amenaza para la fauna marina, sino también para la salud humana. Por ello, es que la creación de este pez robot es una esperanza para que, poco a poco, los océanos queden libres de plástico.
Con tan solo 13 mm de largo, este pez robot puede moverse a 30 mm por segundo. Esta es una velocidad promedio a la de organismos microscópicos (por ejemplo, los plancton). Además, está hecho de un material similar al nácar, la cual permite su regeneración en caso sufra algún daño.
Este pez es guiado a través de una luz, la cual manejan para que siga un camino determinado. Sus propiedades químicas funcionan como las de un imán, es decir, atrae a los microplásticos y los mantiene adheridos a su cuerpo.
Uno de los grandes problemas sobre la contaminación con microplásticos es que los peces suelen comérselos. Pero, ¿qué pasaría si un pez se come este pez robot?. Según sus creadores, no habría ningún problema, pues estos son completamente biocompatibles.
El equipo de científicos de la Universidad de Sichuan está liderado por el investigador Yuyan Wang, quien en su artículo publicado en la revista Nano Letters comunicó que aún falta averiguar cómo implementar estos peces robot en el mundo real.
Los peligros de los microplásticos para la salud
De acuerdo a las recomendaciones de la Fundéu, los microplásticos pueden definirse como “pequeños fragmentos de plástico (menores de cinco milímetros) que o bien se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleados en productos de limpieza e higiene, o bien se fragmentaron de un plástico mayor (bolsas de la compra, envases de todo tipo, incluyendo botellas de bebida…) durante su proceso de descomposición”.
Esta definición, bastante aceptada a nivel científico, fue ligeramente modificada en los últimos años. Ahora se incluyen también las microfibras y los nanoplásticos que derivan de una mayor degradación de los plásticos originales. El plástico está constituido por materiales poliméricos que son de uso diario en nuestra sociedad. Por ejemplo, polietileno, polipropileno, cloruro de polivinilo, poliestireno, tereftalato de polietileno, etc.
Las vías de entrada en los seres vivos no son solamente mediante el aparato digestivo, sino también por vía respiratoria. Así, se encontraron recientemente micro y nanoplásticos tanto en pulmones de seres vivos, como en sangre humana. Además, tampoco debemos olvidarnos de la vía dérmica.
Por su parte, el impacto físico de los microplásticos en organismos acuáticos deriva de la obstrucción de sus vías respiratorias o digestivas, pues los confunden con el plancton u otros microorganismos acuáticos. Incluso, en investigaciones recientes, los científicos hallaron estos componentes en la dieta de los pingüinos, peces y en la nieve de la Antártica.
En el ser humano, el impacto físico de los micro y nanoplásticos es todavía desconocido, puesto que se necesitan estudios epidemiológicos sobre la exposición humana a estas partículas micro y nanoscópicas.