Cómo activar la función que convierte tu teléfono en un router Wi-Fi
Sirve para conectarse a internet mediante el plan de datos del smartphone; cuánto consume y en qué casos conviene usarla
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¿Qué hay más frustrante que quedarse sin luz? Quedarse sin luz mientras la notebook sigue funcionando. Tenemos batería para una hora más, y, sin embargo, nos quedamos sin internet, porque el router wifi quedó fuera de combate con el apagón. Sin electricidad no vas a poder mandar ese mail ni mucho menos presenciar el instructivo (un video de 15 minutos) que necesitabas sí o sí para mañana. Y todavía queda una situación quizá más frustrante: que se corte el servicio de internet. Tenés luz, ¿pero de qué sirve si no hay Red?
Un momento. Stop. En ninguno de estos dos casos está todo perdido. Aparte de tu notebook hay otro dispositivo que sigue funcionando. Exacto, el celular. Y además tiene 4G. Así que rebobinemos. ¿No habrá algún modo de usar el teléfono para conectar la notebook con internet mediante el plan de datos?
Por supuesto, y hace mucho que a alguien se le ocurrió algo llamado Mobile Hotspot. Un hotspot es un punto de acceso a internet, así que en criollo significa convertir el celular en un router Wi-Fi. Solo que no vamos a salir a internet por medio del servicio convencional (cablemódem o ADSL), sino mediante el plan de datos que tenemos en el teléfono.
¿En serio? En serio. Y no solo funciona muy bien, sino que además los planes de datos hoy vigentes permiten hacer mucho más de lo que imaginamos. Hay, naturalmente, algunos reparos. Pero un punto de acceso móvil va a sacarte del paso en más de una ocasión. Podés tomarme la palabra, lo sé por experiencia, y más abajo te cuento una anécdota increíble, pero 100% real. Así que primero vamos a poner en marcha este mecanismo, que hoy es normal en la mayoría de los smartphones.
Sin internet, con internet
Los pasos para convertir el teléfono en un router wifi que te da conexión con internet son de verdad muy simples. Acá va la lista, y luego explicamos uno por uno:
- Ir a Ajustes
- Ubicar Conexiones o Redes
- Ubicar Mobile hotspot o Anclaje de red
- Activar el punto de acceso Wi-Fi
- Conectarse a ese punto de acceso usando la notebook
- Fundamental: cuando termines de usarlo, desactivar el punto de acceso
Para facilitarnos la existencia (eso fue sarcasmo, sí), los fabricantes de teléfonos han creado veinte formas diferentes de acceder a los Ajustes o Configuración, así que no hay una receta común para todos. Pero casi seguramente ya conocés cómo llegar ahí en tu equipo, y si no, buscá el ícono con forma de engranaje, usualmente denominado Ajustes o Configuración.
Aquí, de nuevo, cada fabricante clasifica y ordena las cosas de acuerdo a sus propios criterios, pero, una vez más, hay que ubicar el apartado que concierne a las redes. Puede llamarse Conexiones, Red o de alguna otra forma, pero en resumidas cuentas reúne todos los ajustes que tienen que ver con Wi-Fi, Bluetooth, NFC, Redes móviles y demás.
En ese apartado –suele ser el primero en la lista o la primera página de muchas, ya que, sobre todo, un teléfono es un dispositivo de telecomunicaciones– tenés que buscar el título Anclaje de red o Mobile hostpot y Anclaje de red. No es imposible que haya variantes, pero al final vas a ver una opción (desactivada, por ahora) denominada Mobile Wi-Fi o Punto de acceso Wi-Fi. Hotspot y punto de acceso de ahora en más serán sinónimos.
Tan pronto como actives esa función van a pasar tres cosas. Dos, como mínimo. Primero, te va a avisar que necesita cortar Wi-Fi para poder activar el hotspot. Eso está bien. Segundo, te va a pedir que le asignes una contraseña a ese punto de acceso; de otro modo, cualquiera podría usar tu plan de datos, y no querés eso. Lo tercero que podría ocurrir es que te pida que le pongas un nombre al hotspot. Es decir, el nombre que va a aparecer en la lista de conexiones Wi-Fi disponibles en tu notebook. Normalmente, viene con un nombre genérico, pero mi mejor consejo es que lo cambies y lo bautices de una forma que te resulte fácil de reconocer en el listado, luego, en la computadora.
Eventualmente, hay otras cosas que pueden configurarse. Por ejemplo, el número máximo de usuarios (no es mala idea reducir ese valor a uno) o la opción de admitir solo dispositivos autorizados (mediante la dirección MAC), pero eso lo dejaremos para otra ocasión. Con ponerle contraseña y saber el nombre del hotspot ya salimos andando. O sea, sí, hecho esto, ya tenés forma de conectar tu notebook (o lo que sea) a internet usando tu teléfono como router Wi-Fi.
Desde la notebook
Ahora, vamos a conectar la notebook a nuestro smartphone para tener de nuevo internet. Esta parte es todavía más sencilla. En la barra de sistema de Windows (abajo a la derecha, al lado del reloj) deberías ver que el ícono de red dice que estás sin conexión. Lógico. Sin luz, no anda el router wifi.
Para resolver eso, hacé clic en el ícono de conexiones inalámbricas, como cada vez que buscás un wifi disponible, y ubicá el nombre que le pusiste al punto de acceso en tu teléfono (acá es donde ayuda el haberlo bautizado de una forma fácil de reconocer).
Puede tardar unos segundos en aparecer y hasta es posible que tengas que volver a darle clic al ícono de conexiones inalámbricas para que se refresque la lista (esto depende de muchas cosas), pero cuando lo veas, dale clic para conectarte. Te va a pedir la contraseña (por única vez) y luego de eso, listo, estás conectado. ¿Con internet? Sí, con internet. Pero, ¿normal, sin restricciones?
Sí, sin restricciones (si el proveedor está haciendo las cosas bien), de modo que podés ver Netflix, mandar y recibir correo y usar todos los mensajeros en existencia. Es posible usar Facebook, tuitear, ver sitios web y sigue la lista. En una ocasión, para que te des una idea, me tocó ayudar a alguien a salir en vivo por la tele usando una notebook, el punto de acceso de su celular y velas. Muchas velas. Sí, lo sé, es una escena delirante para el siglo XXI, pero salió todo bien y no hubo que cancelar el programa. Un consejo: poné tu punto de acceso móvil como una red a la que conectarse automáticamente, porque es casi seguro que lo vas a volver a necesitar.
Sin embargo, y como adelanté, la felicidad nunca es completa, así que vamos a la letra chica.
Consumos varios
Primero, obvio, lo que hagas con tu notebook va a consumir gigas de tu plan de datos. No obstante, como dije, los planes hoy no solo son suficientes para resolver tareas urgentes, sino incluso para ver una película, una serie o el noticiero. ¿Todos los días? No, claro que no. Este es un recurso para situaciones de emergencia, como un corte de luz o la caída del servicio convencional de internet.
Hablemos de números. Son bastante variables, por una serie de razones técnicas que no vienen al caso, pero haciendo unas mediciones, ayer, con Netflix, YouTube y Amazon Primer Video, promedio, el consumo estuvo entre 200 y 250 megabytes por hora. En ciertos casos fue menos, en el orden de los 40 o 50 megabytes por hora, porque las plataformas detectan el ancho de banda –también llamado velocidad– y se adaptan a eso; en mi caso, el ancho de banda celular es realmente pobre aquí y, dependiendo de la hora puede ser tan bajo como 3 Mbps (o sea, megabits por segundo).
En todo caso, y aun tomando en consideración el número más grande, un plan de datos de 8 gigas (es quiere decir 8 gigabytes de descarga por período; usualmente un mes) alcanza para estar conectado unas 30 horas viendo películas (que no es lo que vamos a hacer, como adelanté). Puesto que todo lo demás, con muy pocas excepciones, consume mucho menos ancho de banda, el hotspot móvil es un salvavidas fundamental. Una de esas excepciones es la videoconferencia, que al transmitir y recibir audio y video también es una tarea de alto consumo.
Así que en medio de un apagón y con algo concreto para terminar o una situación de emergencia para resolver (salir al aire en vivo, ponele), el teléfono y su plan de datos es la única forma de salir del paso. Lo que me lleva al segundo reparo, que también tiene que ver con el consumo. No de datos, sino de batería.
Al funcionar como router Wi-Fi, y pese a que los modelos más nuevos han mejorado mucho este aspecto, el teléfono va a consumir más energía eléctrica, es decir, más batería. Si estás en rojo con eso (los cortes suelen llegar en el momento más inoportuno), te queda sin embargo un atajo: poner a cargar el teléfono con la notebook. Si tampoco te queda mucha batería en la notebook, podés encontrarte protagonizando un thriller como el que cuento acá.
Es más bien la experiencia lo que te va a dar la pauta de cuántos datos usás en la diaria, y además no tiene sentido pensar en reemplazar la conexión convencional por la de datos, pero acá hay un par de calculadoras online que pueden ayudarte a mantenerte dentro de los límites de tu plan (la de AT&T la he visto copiada en varios otros sitios).
Por último, un datito: los que tienen Movistar disponen de una función muy inteligente, la de guardar los gigas que te sobraron del plan de este mes para el siguiente (solo para el siguiente y hay que acordarse de hacerlo cada mes). No solemos prestarle atención, hasta que se corta la luz o se cae el proveedor de internet y necesitamos todos los gigas disponibles. De momento, Claro y Telecom no disponen por el momento de esa opción, según me dijeron sus voceros.
¿Es estable un hotspot móvil? Sí, Para escribir este texto vi una película entera en Netflix sin que se interrumpiera ni una vez, y con calidad decente. ¿Anda donde no hay señal? Obviamente, no. ¿Tiene sentido desactivarlo cuando vuelve la luz o se restablece el servicio de internet? Tiene sentido y es aconsejable; y además, si no lo desactivás, no vas a tener Wi-Fi en el smartphone y vas a seguir consumiendo el plan de datos innecesariamente. En general, ofrecen la función de desactivarse automáticamente cuando pasa cierto tiempo sin dispositivos conectados, como se ve en la imagen de arriba.