Comienza la competencia por dominar la Internet de las Cosas
Dos consorcios de gigantes de la informática buscan ser el estándar que gestione la conexión de millones de dispositivos de toda clase
Mucho se habla de la Internet de las Cosas (Internet of things o IoT, en inglés): la idea de que en un futuro próximo todo estará conectado a Internet, más allá de las computadoras clásicas. Desde la heladera al auto, pasando por lámparas, puertas, maquinaria industrial, una taza, la ropa, lo que sea; si al estar conectado a Internet su funcionalidad mejora, dicen los analistas, lo estará en poco tiempo. Y no abarca cosas que requieran de intervención humana; parte del atractivo de la Internet de las cosas está en la comunicación máquina a máquina (equipos que coordinan su funcionamiento, automatización en el suministro de materiales, etcétera).
Y lógicamente esto implica mucho dinero en juego, no sólo por el hardware -cada uno de esos objetos necesita un chip que gestione los datos que el dispositivo recolecta, y que deberá compartir- sino por el software: la plataforma base estará incluida en cientos de millones de dispositivos. Quien logre transformarse en el estándar tendrá muchísimo poder (no sólo económico).
Una de esas plataformas es AllSeen Alliance, propuesta en diciembre último por Qualcomm, uno de los fabricantes de procesadores más grandes del mundo (aunque sin fábricas propias) y que tiene 51 miembros, entre los que están Cisco, LG, Panasonic y el flamante miembro Microsoft, entre otros. Es una plataforma de código abierto, pero al haber sido desarrollada inicialmente por Qualcomm muchos temen que esta compañía tenga demasiado poder sobre ella.
Así que Intel, Samsung, Broadcom, Atmel, Dell y Wind River (una subsidiaria de Intel) creó el Open Interconnect Consortium, que buscará crear una plataforma, también de código abierto, que permita tener un estándar de interconexión inalámbrica de dispositivos (entre sí y a Internet).
Según le dijo un vocero de Intel al New York Times, consideran que AllSeen "no se está haciendo de una forma que fomente su adopción masiva".
Las compañías participantes en ambos consorcios donan toda la propiedad intelectual de los desarrollos para permitir que se usen sin inconvenientes. Pero no son los únicos: la firma Spark recibió 4,9 millones de dólares de inversión para ayudarla a avanzar con Spark OS, un sistema operativo de código abierto para, justamente, ser el alma de los dispositivos que darán vida a la Internet de las Cosas, pero aprovechando los servicios de la Nube e intentando reducir el costo de desarrollar servicios y dispositivos que lo aprovechen.