Cittyo: una cerradura hecha en Córdoba que se abre con el smartphone
Al buscarlas, las llaves de la casa o del auto siempre aparecen en el último bolsillo del saco o del pantalón, o en lo más profundo de la cartera. O a veces directamente no aparecen, porque en el apuro cotidiano, con una tostada a medio comer en una mano y el abrigo en la otra, quedan colgadas del llavero, algo que advertimos sólo cuando ya llevamos caminadas varias cuadras hacia el destino cotidiano.
Además de las molestias que conlleva olvidárselas y tener que volver a buscarlas, las llaves físicas pueden perderse o ser robadas y clonadas fácilmente. Es por eso que las cerraduras tradicionales empiezan a ser reemplazadas en muchos casos por otras más sofisticadas, que pueden consistir en tarjetas, en una combinación de números a ingresar en un teclado o en algún sistema biométrico, como la lectura de las huellas digitales. Estos sistemas, que ofrecen un mayor grado de seguridad, son generalmente costosos y usualmente adoptados por empresas, hoteles y edificios gubernamentales.
Pero las cerraduras electrónicas empiezan a imponerse en cada vez más hogares modernos, porque brindan un grado de seguridad aún mayor que una puerta blindada. Una de las más recientes opciones es la que propone Cittyo Smart Lock, que con nombre inglés pero con sangre cordobesa propone abrir la puerta a través del sistema de conexión inalámbrica por Bluetooth.
"Prácticamente todo el mundo tiene en la actualidad un smartphone con Bluetooth. Teniendo en cuenta esto, diseñamos un sistema que consiste en un software y una cerradura muy simple. Desde el smartphone es posible generar una llave virtual que, al acercarse a unos tres metros de la cerradura, se conecta vía Bluetooth con la cerradura y permite abrir la puerta", le explicó a LA NACION Guillermo Battistel, ingeniero electrónico y uno de los cuatro socios fundadores de la empresa. El resto del equipo lo componen Jose Maria Espósito, Juan Cruz Becerra y Andrés Perez Águila.
Se trata de una aplicación (para Android y para iOS) y una cerradura que se adapta a cualquier puerta. Vista desde afuera, la cerradura luce como cualquier otra. Pero interiormente cuenta con un sistema de recepción de señales inalámbricas y una batería que se debe cargar cada 6 meses. "Hay otras opciones en el mercado que utilizan pilas, pero hay que reemplazarlas con mayor frecuencia. La batería de la cerradura se conecta con un cable USB común a un toma corriente" agrega Battistel.
Una de las ventajas es que la llave virtual se puede modificar cada determinado tiempo o crear distintas opciones para cada miembro de la familia o, en el caso de los alquileres eventuales, una distinta para cada cliente. Incluso se puede poner fecha de vencimiento a la clave, así cada cliente tiene su llave particular sin necesidad de recurrir a una copia física, y esta durará el tiempo que haya decidido quedarse. "En unas vacaciones, llegué de noche al lugar de alquiler temporario y, como no había encargado ni nadie que atendiera, tuve que atravesar toda la ciudad para buscar la llave física. Eso se evita con una llave electrónica", dijo Battistel.
Para usar la llave es necesario introducir la contraseña en la aplicación del teléfono. La información se contrasta con un servidor alojado en la nube. Si el smartphone se pierde o es robado, al acceder a la cuenta desde otro dispositivo es posible darse de baja.
El paquete que se vende incluye un determinado número de llaves que se pueden generar. Si después se desea ampliar ese lote, hay que comprar más. Las primeras 100 unidades ya están reservadas y se entregarán en noviembre. Su precio ronda los $11.900.
Pero ¿qué pasa si justo se agota la batería del smartphone antes de llegar al departamento? ¿Habrá que ir a dormir a otro lado? No hay problema, dicen en Cittyo: estas cerraduras se pueden abrir o cerrar con una llave física tradicional.
Otras opciones
La idea de la cerradura Bluetooth no es nueva (ni exenta de polémica: muchas cerraduras Bluetooth son fácilmente hackeables). Desde hace varios años, distintos emprendimientos quisieron hacer realidad la idea de reemplazar las llaves físicas tradicionales.
Es así como el modelo xYale de la empresa Nest, una cerradura que incluye un teclado numérico en una interfaz de smartphone, pero que próximamente incorporará la posibilidad de reconocer comandos de voz a través del asistente de Google. En la Argentina las vende Solidmation.
Hace tres años se anunciaba al mercado Goji, cerradura que también permitía abrir la cerradura por el celular a distancia, pero que además agregaba la opción de sacar fotos a los visitantes, de manera que era posible abrirles la puerta desde cualquier lugar del mundo y funcionaba con pilas. A pesar de un comienzo prometedor, parece haber quedado en el camino.
Por su parte Kevo, de la empresa Kwikset funciona acercando el smartphone (o un smartwatch) a la cerradura o un dispositivo especial destinado para ello, que se vende aparte. En ambos casos, el sistema funciona como la llave de un automóvil: con un simple toque se abre la puerta. La diferencia es que es posible hacerlo con el smartphone aún sin abrir la app. También es posible crear llaves electrónicas para enviarlas a otros miembros de la familia, de manera que cada uno posea la suya en su smartphone. Claro que eso viene si se adquiere el paquete completo. Caso contrario, habrá que pagar por cada llave adicional, como en cualquier cerrajería del barrio. Se consigue por U$229.
August va todavía más allá : sin necesidad siquiera de sacar el celular del bolsillo, la cartera o la mochila, abre la puerta automáticamente al acercarse (o mejor dicho, al acercar el smartphone). No requiere reemplazar toda la cerradura y trae la opción de usar una app para abrirlo como otros sistemas. Además, es posible comprar aparte el dispositivo externo que abre la puerta al presionarlo; un pad para introducir una clave numérica o un timbre con cámara que se conecta al smartphone y permite ver quién golpea la puerta desde cualquier lado del planeta. El precio del sistema sin sus adicionales es de U$229.
La empresa Schlage diseñó un sistema que trae incorporado un pad con teclado numérico, pero que también puede abrir la puerta vía Bluetooth. Sense funciona tanto si se lo usa desde la app respectiva, con un código especial o al integrarse con los asistentes de voz Siri, Alexa o Google Assistant. Se consigue a unos 193 dólares.