China ya tiene el primer cohete propulsado por metano en poner satélites en órbita e inaugura una nueva era espacial
El cohete Zhuque-2, propulsado por metalox (metano y oxígeno), puso tres satélites en órbita el fin de semana; el uso de metalox como combustible es una alternativa más limpia y económica que los combustibles actuales
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La firma china LandSpace confirmó que el fin de semana lanzó por tercera vez su cohete Zhuque-2, el primero en la historia en lograr, usando un motor impulsado por metano y oxígeno (metalox), llegar a la órbita terrestre y liberar tres satélites, los Honghu, Honghu-2 y Tianyi-33.
El logro es importante por el uso de este combustible no convencional, y que se adelanta al Starship de SpaceX y al Vulcan de United Launch Alliance, ambos cohetes que también usarán metano como propelente. A mediados de noviembre, SpaceX hizo su segundo lanzamiento del Starship; el Vulcan podría volar por primera vez en vísperas de Navidad.
Some methane flame in the very early morning
— China 'N Asia Spaceflight 🚀𝕏 🛰️ (@CNSpaceflight) December 9, 2023
Zhuque-2 Y3 https://t.co/IDQ5oYzdpW pic.twitter.com/64L7zC24cl
Usar metano como combustible (con el oxígeno como comburente) tiene varias ventajas, principalmente económicas (se dañan menos los propulsores durante el uso) y medioambientales, y representa una alternativa segura al hidrógeno, el elemento usado históricamente como combustible: el hidrógeno debe enfriarse a bajísima temperatura para cargarse en los tanques de las naves, y su manejo es complejo, a diferencia del metano, más “amable” en estos temas; el metano, además, es más sencillo de almacenar y transportar.
Otro combustible muy usado, el llamado RP-1 (derivado del petróleo) es fácil de almacenar y barato de obtener, a partir del kerosene, pero deja muchísimos residuos en su combustión, lo que obliga a un mayor mantenimiento de los propulsores si se reutilizarán.
Una tercera ventaja del metano es que se puede generar fuera de la Tierra: por ejemplo, ya está probado que es posible hacerlo en Marte, una característica crucial para planear misiones al Planeta Rojo que puedan volver a la Tierra sin necesidad de llevar el combustible extra.
El cohete Zhuque-2 que puso a los satélites en órbita tiene una masa de lanzamiento de 219 toneladas, 49,5 metros de longitud y 4 motores de metano TQ-12 con un empuje de 80 toneladas. La segunda etapa tiene otros cuatro motores.