Chile se suma a Europa y exigirá un puerto de carga universal para todos los dispositivos electrónicos que se vendan en el país
Al igual que Europa, Chile exigirá el uso de un conector USB-C como puerto de carga para toda clase de dispositivos electrónicos; le dará 2 años a los fabricarntes para adaptar su oferta; la intención es reducir la basura electrónica al permitir el uso de un mismo cargador para varios dispositivos
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Con la aprobación de un proyecto ley en Diputados, con 127 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones, Chile se transformó en el primer país de América en definir una normativa que exige la implementación de un cargador universal para dispositivos electrónicos.
Se trata de una medida similar a la que definió Europa en 2022, cuando eligió al puerto USB-C como el único puerto de carga que aceptará en teléfonos celulares y en otros dispositivos electrónicos, y que entró en vigencia este año. Esto obligó a Apple a descartar el conector Lightning en el iPhone, y también tendrá impacto en todo tipo de dispositivos, como parlantes, computadoras, consolas de videojuegos, monitores y más.
Según consigna La Tercera, la legislación da dos años de gracia para que los fabricantes adapten su oferta para usar un único tipo de cargador universal, para celulares, tabletas, cámaras de fotos, auriculares, parlantes y consolas, entre otros equipos, y que el estándar elegido por el parlamento chileno es el USB-C.
“La normativa establece también que los comercializadores de dispositivos móviles de información y telecomunicaciones deberán ofrecer a los consumidores la posibilidad de adquirir dichos productos con sus dispositivos de carga, o cada uno de ellos por separado, no pudiendo atar, ligar o supeditar bajo ningún modo o condición la adquisición de uno de ellos a la del otro”, señala La Tercera. En los últimos años algunos fabricantes, como Apple o Samsung, dejaron de incluir el cargador en la caja del teléfono; otros, como Motorola o Xiaomi, los siguen incluyendo en la venta. La legislación chilena apunta a dar mayor flexibilidad a la oferta; en Brasil, Apple tuvo varios juicios por vender el iPhone sin el cargador, y en octubre de 2022 la compañía fue multada en 2,5 millones de dólares por hacerlo.
Los diputados que aprobaron la medida (que ya tenía media sanción en el Senado) observan que la intención principal de esta decisión está en reducir la basura electrónica, ya que un mismo tipo de cargador tendrá una vida útil mayor al servir para dar energía a todo tipo de dispositivos. A la vez, algunos diputados que disienten con la medida observan que esto ralentizará la adopción de nuevos estándar de carga eléctrica, una queja que en su momento también expresó Apple cuando se opuso a la imposición del conector USB-C como estándar europeo.
Aunque Chile es el primer país americano en definir una reglamentación de este tipo, fue Brasil el primero en evaluarlo, con una consulta pública en 2022 y un proyecto de ley que en 2023 pasó a comisión dentro del Congreso brasileño, pero que todavía no tuvo mayor tratamiento.
Otro país del que se espera una legislación similar es India, segundo mayor mercado de smartphones del mundo, que exigirá -según varios reportes locales de junio último- un conector USB-C para mediados de 2025 para smartphones, que deberá el estándar de las computadoras portátiles que se vendan en ese país para 2026. Aunque el mercado de smartphones ya hizo esa transición hace tiempo (con Apple como el único que hasta 2023 no usaba ese conector para sus teléfonos) la medida obligará a actualizar también la oferta de celulares no inteligentes (los llamados feature phones, equipos con tecladito numérico convencional) de los que todavía se venden un par de cientos de millones al año en todo el mundo.
La reducción de la basura electrónica fue, también, la motivación principal de los legisladores europeos al elegir este tipo de conector (del que están exentos algunos dispositivos, como relojes inteligentes). Un informe reciente de la Organización de Naciones Unidas indica que en 2022 se produjeron un total de 62 millones de toneladas de residuos electrónicos en todo el mundo, lo que supone un 82% más que en 2010. Según el documento, esta cifra va camino de aumentar un 32% en 2030 si no se toman medidas; crece cinco veces más rápido que su reciclado.