Chau bifocales: muestran cómo los anteojos del futuro tendrán autofoco
Investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) están probando un prototipo de anteojos inteligentes que siguen a los ojos y que se enfocan automáticamente, por lo que las han llamado "autofocales", destinadas a corregir la presbicia prescindiendo de las actuales lentes progresivas, que tienen limitaciones en su uso, según han publicado en la revista Science Advances. El desarrollo sigue a otro similar publicado hace dos años por la universidad de Utah, donde participa el argentino Carlos Mastrángelo.
La presbicia es un defecto de la visión que afecta a la mayoría de personas a partir de los 45 años, ya que los ojos pierden la elasticidad necesaria para enfocar objetos cercanos. Para algunas personas, los anteojos de lectura son suficientes para superar la dificultad, pero para otras muchas la única solución, aparte de la cirugía, es usar lentes progresivas.
"Más de mil millones de personas en el mundo tienen presbicia y hemos creado un par de lentes autofocales que algún día podrían corregir la visión de manera mucho más efectiva que las gafas tradicionales", explica el ingeniero eléctrico de Stanford Gordon Wetzstein. De momento, el prototipo se parece a los anteojos de realidad virtual, pero el equipo espera simplificar las versiones posteriores.
Líquido en reemplazo del cristal
El prototipo de Wetzstein, que han apodado "anteojos autofocales", está destinado a resolver el problema principal de las lentes progresivas de hoy: los anteojos convencionales requieren que el usuario alinee su cabeza para enfocar correctamente. Por ejemplo, alguien que esté conduciendo un coche y deba mirar por el espejo lateral para cambiar de carril, con lentes progresivas hay poco o ningún enfoque periférico ya que debe dejar de mirar la carretera que hay delante a través de la parte superior de las gafas y girar casi 90 grados la cabeza para ver el espejo a través de la parte inferior de la lente.
Este cambio visual también puede dificultar simplemente la deambulación. "Las personas que usan lentes progresivas tienen un mayor riesgo de caerse y lesionarse", recuerda el estudiante graduado Robert Konrad, coautor de un artículo que describe las gafas autofocales.
El prototipo de Stanford funciona de manera muy similar a la lente del ojo, con lentes llenas de líquido que se abultan y adelgazan según cambia el campo de visión (es decir, cambian su convexidad). También incluye sensores de seguimiento ocular que triangulan donde una persona está mirando y determinan la distancia precisa al objeto de interés. El equipo no inventó estas lentes o rastreadores oculares, pero sí desarrolló el software que aprovecha estos datos de seguimiento ocular para mantener las lentes llenas de líquido en un enfoque constante y perfecto.
Nitish Padmanaban, estudiante graduado y primer autor del artículo, explica que otros equipos habían intentado previamente aplicar lentes de enfoque automático a la presbicia. Pero sin la guía del hardware de seguimiento ocular y el software del sistema, esos esfuerzos anteriores no mejoraron a las lentes progresivas tradicionales.
Para validar su enfoque, el equipo de Stanford probó el prototipo en 56 personas con presbicia. Los sujetos de prueba dijeron que los lentes de enfoque automático funcionaban mejor y más rápido en la lectura y otras tareas. Los usuarios también tendieron a preferir las gafas autofocales a la experiencia de las lentes progresivas, independientemente de su peso y su tamaño actuales.
Por ello, el siguiente paso que se han propuesto los investigadores es reducir el tamaño del prototipo. Wetzstein cree que puede llevar algunos años desarrollar anteojos autofocales que sean livianos, eficientes en energía y con estilo. Pero está convencido de que los autofocales son el futuro de la corrección de la visión. "Esta tecnología podría afectar la vida de miles de millones de personas de una manera significativa que la mayoría de los dispositivos tecnológicos nunca lo harán", concluye.
Europa Press