El motor conversacional de OpenAI representa un desafío para el modelo de devolución de repuestas a preguntas que ha tenido Google durante un cuarto de siglo
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La inteligencia artificial (IA) detrás del chatbot ChatGPT de OpenAI ha puesto en alerta a Google, por plantear un riesgo para el principal negocio de la compañía dada su potencial aplicación en los motores de búsqueda.
Un ingeniero de Google alertó este verano de que el Language Model for Dialogue Applications (LaMDA), el modelo de inteligencia artificial creado por la compañía para elaborar ‘chatbots’ con modelos de lenguajes avanzados, era capaz de pensar y razonar como un ser humano.
La compañía negó tal hecho y explicó que “estos sistemas imitan los tipos de intercambios que se encuentran en millones de oraciones y pueden tocar cualquier tema fantástico”, pero la experiencia compartida por el ingeniero alertó sobre la posibilidad de una IA consciente a largo plazo.
Recientemente, la experiencia de ChatGPT ha recuperado esta preocupación. Desarrollado por OpenAI, se trata de un chat de inteligencia artificial entrenado para mantener una conversación en texto, y ha sorprendido por lo naturales de sus respuestas y por su capacidad para generar y enlazar ideas, corregir sus errores y recordar las conversaciones previas que utiliza como contexto.
ChatGPT se ha lanzado de forma experimental y todavía tiene mucho que mejorar, pero ha puesto en alerta a Google por su potencial aplicación en los motores de búsqueda, el ámbito que Google domina desde hace más de 20 años, donde acapara una cuota de mercado del 92 por ciento, según datos de Statista.
Según informan en The New York Times, que cita informes internos y grabaciones a los que ha tenido acceso, Google está reorientando la estrategia de inteligencia artificial de la compañía, para lo que ha implicado a numerosos grupos de trabajo en esta área e incluso ha instado a los empleados a desarrollar soluciones de IA que permitan crear obras de arte y otras imágenes a ejemplo de DALL-E, también de OpenAI.
Por el momento Google no se plantea el uso de LaMDA en el motor de búsqueda, ya que se trata de una tecnología que no encaja bien con los anuncios, y este negocio es el que acaparó solo el año pasado el 80 por ciento de los ingresos. En concreto, se opone el ofrecer de forma precisa los resultados que busca el usuario con un modelo de negocio basado en los clics sobre los contenidos publicitarios.
El gigante tecnológico tampoco ha facilitado el acceso a las pruebas de LaMDA de forma amplia, ya que puede generar contenidos falsos, tóxicos y llenos de perjuicios, como ya ha ocurrido con el chatbot Tay de Microsoft o más recientemente con Galactica de Meta.
Europa Press