En la provincia de Jujuy el gigante chino de telecomunicaciones ZTE está instalando una parte del gran aparato de vigilancia del país asiático: cámaras de seguridad que, según el Gobierno provincial, ayudarán a frenar el delito callejero.
Este acuerdo pequeño y poco conocido está suscitando preocupación en Washington, que está instando cada vez más a sus aliados a que no compren tecnología china que, según dice, podría ser utilizada por Pekín para espiar a sus clientes.
ZTE selló un contrato con Jujuy en marzo por 30 millones de dólares para proporcionarle cámaras, centros de monitoreo, servicios de emergencia e infraestructura de telecomunicaciones. La empresa se acercó a Jujuy por primera vez hace tres años.
El acuerdo refleja cómo China está avanzando en América Latina aún cuando Estados Unidos advierte sobre los peligros del uso de su tecnología, especialmente la relacionada a la vigilancia.
Un funcionario chino en Buenos Aires le dijo a Reuters que el proyecto de Jujuy podría ayudar a China a expandir su presencia tecnológica en el país, estimulando a otras ciudades a adoptar programas similares.
Washington está "preocupado" acerca del proyecto de ZTE en Jujuy, dijo una portavoz de la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos en un comunicado.
"China recopila y explota datos en una incomparable escala, y utiliza la información para promover corrupción, apoyar la vigilancia arbitraria y silenciar la disidencia", dijo la funcionaria.
La preocupación de Estados Unidos acerca del proyecto, que no había sido difundida previamente, muestra cómo Washington está analizando tanto los grandes acuerdos como los pequeños en un intento por reducir la expansión de la tecnología de seguridad china en el mundo.
Estados Unidos ha ofrecido poca evidencia pública para respaldar sus advertencias, y funcionarios de la Argentina y China, en entrevistas y declaraciones a Reuters, minimizaron esas preocupaciones respecto al contrato en Jujuy.
ZTE, que tiene poca presencia en la Argentina, no quiso difundir datos sobre sus proyectos de tecnología de vigilancia en América Latina ni comentar para esta nota.
Acusaciones "absurdas" de Estados Unidos
En mayo, el gerente general de ZTE en la Argentina, Dennis Wang, explicó cómo la tecnología ayudó a reducir las tasa de criminalidad en China, en un evento realizado en San Salvador de Jujuy -la capital provincial- junto con el gobernador Gerardo Morales, su ministro de Seguridad y oficiales de la policía.
Jujuy ya tiene estrechos vínculos con China. Una empresa china ha invertido mucho en la extracción de litio y China ha proporcionado el financiamiento y la tecnología para una enorme granja solar, la más grande de Sudamérica.
Ahora Jujuy puede ser "segura como China", dijo el Gobierno local en un anuncio sobre el evento. La baja tasa de criminalidad china se debe, en parte, a su extenso y polémico aparato de vigilancia de cámaras, software de reconocimiento facial, base de datos de ciudadanos y tribunales controlados por el gobernante Partido Comunista, que tiene altos índices de condena.
Sin duda, diversos gobiernos de muchos países democráticos, incluyendo Estados Unidos y Gran Bretaña, han hecho un amplio uso de la tecnología de la vigilancia. Sin embargo, grupos de derechos humanos dicen que Pekín abusa de esos poderes para reprimir la disidencia y la protesta de sus propios ciudadanos.
China ha desarrollado un extenso sistema de video vigilancia e instaló tecnología de monitoreo de teléfonos celulares en la región de Xinjiang, donde más de un millón de Uighurs y otros musulmanes han sido arrestados en los llamados centros de entrenamientos vocacionales.
ZTE y sus subsidiarias han participado en la construcción del proyecto de vigilancia interna de China, según documentos del contrato, incluso de la infraestructura de vigilancia en Xinjian.
Un funcionario chino en Buenos Aires calificó la preocupación de Estados Unidos como "ansiedad" por el éxito de las compañías chinas, especialmente en la carrera por la tecnología 5G de las telecomunicaciones que empresas como ZTE y Huawei están encabezando.
El funcionario, que pidió no ser identificado, dijo que países latinoamericanos como la Argentina han tenido una necesidad creciente de mejorar su seguridad, creando una oportunidad para China de venderle tecnología de vigilancia a precios competitivos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chino calificó la acusación de Estados Unidos de que China explotó los datos obtenidos por sus empresas como "absurdo" y falta de evidencia. Agregó que el país es un "firme salvaguarda de la seguridad de Internet".
No ha habido expresiones de preocupación sobre el acuerdo en la Argentina, donde China, un gran socio comercial y financiero, es visto como un importante aliado y no como una amenaza. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina declinó hacer comentarios sobre las preocupaciones de Estados Unidos.
Calles más seguras
Los funcionarios de Jujuy tienen razones para estar abiertos a la tecnología china a precios accesibles. La provincia es una de las más pobres de Argentina y tiene índices de criminalidad levemente por encima del promedio nacional, incluso en robos violentos y delitos sexuales.
El ministro de seguridad provincial, Ekel Meyer, dijo en una entrevista que los residentes aceptaron el ojo de las cámaras de seguridad a cambio de tener calles más seguras.
Meyer quiere llevarlo aún más lejos al expandir el sistema para incluir tecnología de reconocimiento facial, una herramienta que China ha estado implementando como parte de su red de vigilancia doméstica.
Meyer dijo que cualquier ciudadano que respete la ley no tiene nada que temer del sistema de vigilancia. "Esto lo protege", explicó.
ZTE ya estableció una pequeña zona de prueba en un parque público de la ciudad y los envíos para la primera fase del proyecto llegarán en septiembre, dijo el Gobierno.
Una fuente con conocimiento del contrato con Jujuy dijo que el Gobierno provincial no ha realizado ningún tipo de evaluación de las vulnerabilidades de la tecnología.
Joseph Cannataci, un Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo a Reuters en una reciente visita al país que la Argentina debe hacer un mejor trabajo al examinar el equipo de seguridad y software que compró.
"No me importa a quién se lo compre. No debería asumir que el vendedor al que le compra es de confianza. Usted debe llevar a cabo su evaluación de impacto de privacidad", dijo Cannataci en referencia a la prueba recomendada por la ONU para garantizar que no viole el derecho a la privacidad de las personas.
Guerra tecnológica entre EE.UU. y China
Estados Unidos y China se encuentran en medio de un prolongado enfrentamiento comercial, con la tecnología en su epicentro. La empresa ZTE fue golpeada por una prohibición de proveedores el año pasado y la Casa Blanca ha apuntado a su rival mayor, Huawei.
Esto ha hecho que Estados Unidos busque persuadir a sus socios comerciales para que rechacen la tecnología china. El secretario de Estado, Mike Pompeo, lanzó advertencias este año durante una gira por América Latina.
"El Partido Comunista Chino está usando las exportaciones de equipamientos y servicios tecnológicos para promover la represión al estilo de Tiananmen en América Latina", dijo un funcionario de la Casa Blanca a Reuters.
China lanzó una represión feroz contra los estudiantes que protestaban en la Plaza Tiananmen de Pekín en 1989, en la que grupos de derechos humanos dicen que posiblemente miles de personas murieron. No ha habido incidentes similares en América Latina en este siglo.
"Las decisiones de compras de equipos de telecomunicaciones que se tomen hoy tendrán un impacto duradero en la forma en que Estados Unidos trabaja con sus socios y con quién elige asociarse en el futuro", dijo el funcionario.
Sin embargo, América del Sur parece hacer oídos sordos a esas advertencias. En Venezuela, ZTE también ayudó al Gobierno del presidente Nicolás Maduro a desplegar una tarjeta de identificación inteligente conocida como "carnet de la patria".
La identificación transmite datos sobre los titulares de las tarjetas a los servidores suministrados por ZTE y está cada vez más vinculada por el Gobierno a programas de alimentos, salud y otros programas sociales subsidiados.
En Ecuador, Huawei y la empresa estatal China National Electronics Import & Export Corporation crearon un sistema de vigilancia de más de 4000 cámaras para el Gobierno que se instaló en 2011. En Uruguay, el Gobierno anunció en febrero una donación china de 2100 cámaras de seguridad Huawei para su instalación en cuatro ciudades.
En Brasil, a pesar de que el presidente estadounidense Donald Trump pidió al presidente Jair Bolsonaro que dejara de lado a Huawei, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, dijo en junio que el Gobierno no excluiría a la firma china de operar una red de telecomunicaciones móviles 5G.
Analistas dijeron que Estados Unidos había dejado de prestar atención a la región, mientras que China incrementó su influencia mundial.
"El equipo de China está ofreciendo buena tecnología a un precio muy razonable, con un financiamiento muy favorable", dijo Paul Triolo, jefe de política de tecnología global en Eurasia Group. "Es un paquete bastante convincente y Estados Unidos no tiene realmente alternativas a eso", agregó.
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