Buen café en casa en pocos pasos: probamos la EP1220, la cafetera automática de Philips
Espresso, lungo y mucho más: esta cafetera automática permite hacer un café de gran calidad sin tener que hacer un curso de barista profesional
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Los sibaritas del café tenían, hasta ahora, dos maneras de tomar un buen café en casa. El primer camino -el más largo, quizás el menos recorrido- es el de saber de variedades, métodos de preparación, granos y moliendas. El segundo -más simple, sin desmerecer esa simpleza, puesto que el café sale siempre igual- es el de comprar una máquina automática, y disfrutar de un espresso o un lungo con solo poner una cápsula y apretar un botón. Pero el costo de los insumos y la cantidad de residuos (papel y aluminio) que genera ese método se convirtieron en un problema, y cada vez más gente busca una alternativa que combine tres elementos clave: un café de calidad, un precio razonable y un método sustentable.
La Philips EP1220 se candidatea para ocupar ese lugarcito cafetero de la casa y darle al consumidor todos los gustos que pueda. Es automática, es fácil de usar y permite elegir el café que cada uno prefiera (en granos o molido). ¿El precio? 169.999 pesos en la tienda online de la marca.
La cafetera en detalle
Esta cafetera ofrece distintas opciones de café espresso con solo operar el panel digital. Pocos minutos después de la configuración inicial ya se puede hacer la primera extracción. Para esta reseña se utilizó agua filtrada con un purificador hogareño, y café de especialidad de México y Brasil de John&Joe, un pequeño tostadero local que selecciona granos de distintos orígenes, envasa y vende directo al público. No fue testeada con café molido.
Algo a tener en cuenta es que la EP1220 es grande. Está hecha con distintos tipos de polímeros (plásticos y acrílicos) salvo por el espumador de leche, que es de metal. Eso es un punto a favor, primero por la calidad de los mismos (se sienten muy bien al tacto y las terminaciones son perfectas), y segundo porque sirven para alivianar la máquina. Aun así, con un tanque de agua que tiene capacidad para 1,8 litros, el lugar donde se vaya a colocar la cafetera es importante: una mesada sí, un estante flotante no.
Una vez encendida, tarda alrededor de 30 segundos en estar lista para extraer un café. Ese es el tiempo que se toma para calentar el agua y para dejar caer un poco de líquido en la bandeja de goteo, para limpiar la boquilla dispensadora. Entre las configuraciones iniciales se puede seleccionar tres niveles de temperatura del agua -algo fundamental para extraer todos los sabores del café y que en la mayoría de las automáticas no es seteable- y el nivel de dureza del agua, que va a influir sobre todo en el mantenimiento de la máquina. Un detalle hermoso: la boquilla por la que sale el café es ajustable en altura, y sirve para tazas enormes o para simples pocillos.
El panel digital (que no es una pantalla) tiene cuatro funciones principales: café espresso (una o dos unidades), café (el tipo americano, es decir, un espresso con el agregado de agua caliente, también uno o dos), agua caliente y vapor, para emulsionar la leche. También tiene dos opciones de personalización: tres medidas para cada café y tres niveles de intensidad; y también algunos indicadores para vaciar el depósito de los posos y para realizar la limpieza. Todo muy intuitivo y fácil de entender, o al menos fácil de aprender con una sola lectura del manual.
El molinillo y la bomba, los diferenciales
Hay dos detalles que importan mucho en el mundillo cafeteril y ambos cumplen con lo esperado. El primero es que el molinillo incorporado es de muelas cerámicas y no de cuchillas, lo que permite que la molienda sea más uniforme y que los granos de café no levanten temperatura durante el proceso. La tolva (el lugar donde van los granos) tiene capacidad para ¼ kilo de café en granos. Tiene 12 niveles de molienda, que sirven para regular la extracción y con ello la intensidad del sabor del café. La bomba, la segunda pieza importante, es de 15 bares, lo mínimo esperable para lograr un café con una buena crema.
El mantenimiento de la máquina va a variar con el uso, pero no parece demasiado complicado. La bandeja de goteo es grande y no es necesario limpiarla todos los días, al igual que el depósito de los posos de café: a un ritmo de tres cafés por día, recién al quinto será necesario vaciarlo (igualmente el indicador luminoso avisa cuándo hacerlo). El depósito de agua es compatible con el filtro AquaClean de Philips (se compra por separado) y será elección de cada uno incorporarlo o no en función de qué tipo de agua salga por la canilla. Todas las piezas son aptas para lavavajillas.
¿Y el café cómo sale? El café es una bebida que, aun con los mejores granos y con la mejor máquina, puede ser arruinado en el último paso si no se sabe cómo hacer la extracción. El espresso sale con buena crema y el café americano cumple con el objetivo de quitarle algo de esa intensidad típica del sistema express. El espumador de leche es súper potente y basta con unos pocos segundos para conseguir la textura buscada. Después de los primeros cafés de prueba, todo mejora y se consigue una bebida bastante similar a la que se expende en los cafés de especialidad, más aún si se tiene en cuenta que la máquina hace todo sola, salvo emulsionar la leche. La Philips EP1220 no reemplaza a un barista ni pretende hacerlo, pero sirve para extrañarlo mucho menos sin ser un experto, y sin tener una máquina profesional.
A favor
- Selector de temperatura del agua
- Molinillo cerámico y no con cuchillas
- Depósito de agua con gran capacidad
- Permite elegir qué café utilizar y no depender de un sistema en particular
En contra
- Tamaño, algo a tener en cuenta si se cuenta con espacio reducido: mide casi 45 cm de profundidad, 38 de alto y pesa 7,5 kilos (vacía)