A la hora de diagnosticar o planificar una cirugía, los médicos actuales cuentan con herramientas que van más allá de las radiografías y diagnósticos por imagen. Hoy se pueden imprimir biomodelos en 3D de los distintos órganos y tejidos del cuerpo para hacer un diagnóstico más preciso o ensayar una operación.
Del mismo modo, tecnologías del ámbito de los videojuegos como la realidad virtual y aumentada sirven para entrenarse en el uso de equipamiento de seguridad personal y nuevos dispositivos, como es el caso de los respiradores de alta complejidad para pacientes con Covid-19.
"Utilizar biomodelos, esto es, réplicas de órganos y tejidos impresos en 3D, permite a cirujanos planificar su intervención, con lo que se reducen los tiempos, riesgos y costos", comenta Lucas Baronzini, gerente general de Altana, empresa dedicada a la impresión 3D para la salud y la medicina. "Desde el lado de los pacientes también es beneficioso, porque la operación es más segura y menos invasiva, con lo que la recuperación y post operatorio son más rápidos", destaca.
La compañía utiliza un bioplástico derivado del maíz, biodegradable, para imprimir los biomodelos. "Como no se trata de prótesis que se insertan en el cuerpo, no requieren aprobación de Anmat (el organismo regulador de medicamentos), pero sí tiene que ser un material esterilizable para usarse en un quirófano", aclara Baronzini.
"Si bien la pandemia demoró todo porque hoy no se están realizando más que cirugías programadas, cada vez más cirujanos y clínicas piden trabajar con biomodelos", sostiene el emprendedor y adelanta que la compañía está en conversación con universidades para utilizarlos en las prácticas de los estudiantes.
Bajar el riesgo quirúrgico
"Nuestro objetivo es reducir el riesgo y las complicaciones en el quirófano", sostiene George Kassis, cofundador de Medical Bit, compañía especializada en biomodelos y simuladores quirúrgicos para cirugías coronarias.
Kassis creó la empresa a partir de un emprendimiento anterior de impresión en 3D. Y decidió junto a su actual socio, Augusto Devesa, especializarse en réplicas de arterias para colocación de stents y simuladores de abdomen para intervenciones laparoscópicas, que son "áreas de alta demanda para el entrenamiento médico".
La compañía está siendo incubada en el espacio Open Future "La Catedral" en La Plata, un ámbito de apoyo a emprendedores de esa ciudad, impulsado por el municipio y el grupo Telefónica, a través de su programa de Innovación Abierta Open Innovation.
Actualmente ofrece tres tipos de productos: los biomodelos, que son réplicas anatómicas que a partir de imágenes digitalizadas e impresos en 3D; los simuladores de abdomen en plástico, con orificios de entrada para practicar laparoscopias; y "pads de sutura" en silicona con distintos cortes (regulares e irregulares) para practicar la sutura de heridas. Estos últimos, con un costo de $ 3500 por kit, son los que más se están vendiendo online durante la pandemia.
De los videojuegos al quirófano
"Capacitamos y entrenamos a profesionales utilizando la tecnologías propias de los videojuegos, como la interactividad, la realidad virtual y aumentada", cuenta el emprendedor mendocino Rodolfo Giro, cofundador de Interbrain.
Una de las áreas de entrenamiento es salud. Interbrain desarrolló, junto a la Asociación de Cirugía de Mendoza, una plataforma de entrenamiento virtual sobre uso de equipamiento de protección personal para médicos y personal sanitario, ya que son los más expuestos al contagio de Covid-19.
Además creó una plataforma para entrenar a médicos y enfermeros de otras especialidades en el manejo de respiradores de alta complejidad, dada su alta demanda durante la pandemia.
"La interactividad, propia de los videojuegos, permite "aprender haciendo" y fijar los conocimientos con más velocidad", explica Giro. "La aplicación no avanza hasta que no se realiza la acción o se brinda la respuesta correcta", detalla.
La firma también desarrolló un simulador para la práctica de neurocirugías junto a la Universidad Nacional de Cuyo. En este caso, se utiliza un casco de realidad virtual (lo cual implica recrear el ambiente de un quirófano y una cirugía cerebral), y también sensores, dado que el futuro cirujano debe tener una sensación háptica cuando realiza una punción o corte. En otros casos, se utiliza realidad aumentada (una tecnología que, mediante el uso del celular o lentes especiales, permite sumar información a la realidad, como ver los parámetros de salud de una persona en la pantalla mientras se lo está operando).
"Hacemos desarrollos a medida e integramos el equipamiento (cascos de realidad virtual, sensores) y el software, para adaptarlo a las necesidades de cada cliente. Queremos ser un Netflix de la capacitación", sostiene.
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