Cómo el código QR domina los pagos móviles en China
En la Argentina usar el celular como billetera es un concepto relativamente nuevo, pero en Asia es la norma
PEKIN.- El uso de la billetera electrónica, que empieza a instalarse con fuerza en la Argentina, es una realidad en varios países y particularmente en China, donde ya se hacen distintos pagos desde distintos servicios locales: en el servicio de mensajería más popular del gigante asiático, WeChat (según un reporte del sitio Statista, la cifra de usuarios activos trepó este año a unos 963 millones), de Tencent; y en Allipay, un servicio con características similares a Paypal, de Ant Financial, la pata financiera del gigante de ventas Alibaba.
Una gran proporción de los más de 22 millones de habitantes de Beijing, su gigantesca capital, no despega sus ojos de sus smartphones en casi ningún momento. Ni al andar en bicicleta (donde lo llevan bien a la vista, con un adaptador similar al que se usa en los automóviles) a la hora de cenar en un restaurante con otra gente y ni siquiera en una cita. Y así como están con los ojos fijos en el celular prácticamente en todo momento y lugar –incluso a veces con más de uno en la mano, y en su gran mayoría con cargadores portátiles para que la batería nunca se acabe–, también la utilizan para pagar por cada servicio que utilizan , desde restaurantes, bares, kioscos, supermercados, viajes en taxi y casi cualquier transacción cotidiana, hasta abonar impuestos.
Pero es en la vida cotidiana donde sorprende lo extendido que está su uso: “Varias veces hago pedido de comida y cuando llega el pedido lo pago con el smartphone sin problemas, el empleado de la casa de comidas escanea el código QR y se realiza el pago, por lo que el efectivo prácticamente no lo uso”, cuenta Leo (nombre en español que escogió), guía de turismo de Pekín, en un castellano más que respetable.
La opción de pago electrónico de WeChat se llama WeChat Pay. Al suscribirse al servicio de mensajería, a cada usuario se le genera un código QR, que aparece al lado de la foto de contacto. Este código es el que lo identifica y funciona como tarjeta de presentación virtual, además de que, si se lo asocia a la cuenta del banco que se posea, servirá para pagar por productos y servicios. Cada comercio simplemente escanea ese código QR desde su propio smartphone, sin necesidad de usar un lector de tarjetas.
La otra opción de pago es a través del servicio Alipay, con características similares a Paypal. Utiliza el servicio Smartpay, todavía no disponible para iOS, una app que convierte al celular en una billetera virtual. Este servicio recién empezó a utilizarse en algunos países occidentales como España, con el auspicio de BBVA.
Salir a dar una vuelta en bicicleta
En Pekín (o Beijing, como la nombran los locales), el tránsito es absolutamente caótico. A pesar de las multas, difícilmente se respetan las normas entre los miles de autos, camiones y motos que circulan por la ciudad.
Quizá por este embotellamiento continuo (que deja a cualquier atascamiento de la autopista General Paz o la Panamericana reducidos a un nivel liliputiense), muchos habitantes locales prefieren usar las bicicletas. Obviamente muchos tienen la propia, pero para alquilar las que proveen distintas empresas (estacionadas por millares en casi todas las esquinas, identificadas con distintos colores), se utiliza el código QR.
Las bicis traen incorporado en su parte posterior este código, que al ser escaneado por el lector del smartphone y la aplicación utilizada desbloquea el candado que traen los rodados o, en otros casos, brinda un código que en algunas bicis con teclado incorporado (del 1 al 5) se puede introducir para usarlas.
Cuando se termina de usar la bici, se la deja estacionada en cualquier lugar (no hay un estacionamiento específico) y se vuelve a escanear el código para dar por terminado el alquiler. El candado se vuelve a activar automáticamente. El monto a debitar es según el tiempo en que se use la bicicleta.
WeChat, la red social de casi mil millones de usuarios
Conocida cada vez más como una "superaplicación", a la que incluso Silicon Valley ya le puso sus ojos encima, WeChat está revolucionando no solo la forma de comunicarse, sino también la vida cotidiana de millones de personas en China.
A través de esta app multifacética, permite enviar mensajes escritos y de voz (mucho antes que lo implementara WhatsApp), emoticones y videos. También es posible hacer llamadas y videollamadas grupales por Internet, además de poder jugar online.
Uno de los secretos de su éxito es la integración de otras aplicaciones dentro de su interfaz, algo muy útil teniendo en cuenta que en China está bloqueado el acceso a Facebook, Google y otras redes. De esta manera, se integran aplicaciones que la hacen funcionar como esas redes, al permitir publicar fotos, noticias, momentos, estados de ánimo o compartir artículos y hasta una tienda de apps nativa.
Los contactos se pueden agregar también a través del código QR, el mismo que se usa como tarjeta de presentación o para pagar por productos y servicios. Y también buscar a otros usuarios para concertar una cita, al mejor estilo Tinder, pero con más opciones para contactar con otras personas, como el "mensaje en una botella", un mensaje que se envía al ciberespacio y que cualquiera puede leer. Si quiere, contesta, y eso puede ser el comienzo de una bella amistad o, quien lo dice, de un romance.
En relación a su función como medio de pago, es posible hacer pagos en varias monedas. Se pueden efectuar transferencias de dinero de un usuario a otro o realizar inversiones. También sirve para pedir turnos con el médico, reservar boletos para viajar por tren o avión, sacar entradas para algún espectáculo, acceder a descuentos especiales (trae cupones) o ver mapas.
Pedidos por tableta
En algunos restaurantes, por ejemplo, la tecnología está presente de otra manera: los menús están en una tableta. Uno simplemente va escogiendo los platos y el pedido, una vez confirmado, pasa directamente a la cocina.
En otros lugares, se utiliza una app propietaria. El menú figura en los terminales (al estilo de antiguos Nokia 1100) que tienen los mozos. Al hacer el pedido, ellos van marcando allí las opciones, cuya información pasa también sin más intermediarios a la cocina.