Los sensores se meten el el campo de juego y proveen al cuerpo técnico de una cantidad de información para poder plantear las mejores estrategias en los partidos
Charles Reep era un comandante retirado de las Fuerzas Aéreas británicas y amante del fútbol.
Más que eso: era un fanático.
La pasión por su equipo local, el Swindon Town, venía acompañada de sufrimiento cada vez que lo veía perder. Y eso, en la temporada del 1949-1950, era casi un hábito.
Reep se sentía tan frustrado que sacó su libreta y empezó a tomar notas sobre todos los jugadores: sus movimientos, posiciones y forma de juego.
Así identificó pequeños cambios que pensó podrían ayudar al equipo a marcar más goles. Estaba décadas por delante de lo que la tecnología traería luego.
El "Big Data" y el fútbol
Hoy en día, detrás de los grandes equipos de fútbol del mundo hay un sofisticado sistema de recopilación de datos, métricas, análisis y estadísticas.
El éxito en el campo, y en la hoja de cálculos, tiene que ver cada vez más con los algoritmos.
Según la firma consultora Deloitte, los 20 clubes más ricos del mundo generan ingresos de US$ 7400 millones.
Y la cada vez mayor cantidad de datos es crucial para maximizar el potencial de ingresos sacando el máximo partido de la mayor inversión que se hace en el fútbol: los jugadores.
Así es que los datos en grandes volúmenes y el deporte más popular del mundo han tenido una estrecha relación en los últimos años.
Mala fama
En los años 50, el Swindon Town no tenía mucho tiempo para hacer caso de las anotaciones de Reep, pero otro equipo, el Brentford, sí decidió prestarle atención.
El club estaba luchando por no irse al descenso. Reep se convirtió en su consejero y, bajo su tutela, el equipo cambió su fortuna y al final de la temporada se había salvado de caer a la división inferior.
Un triunfo, a todas luces. Pero curiosamente su táctica, pese a que había sido un éxito cuantificable, generó bastante desprecio entre los fans de la época.
El análisis de sus datos sugirió que muchos de los goles se marcaban con menos de tres pases directos y que por lo tanto convenía adoptar el criticado estilo de juego de "balón largo". Sin pases cortos.
El uso de Google Glass en el
Hoy participamos en una acción innovadora de @LaLiga. G.Burgos recibe estos datos en tiempo real en sus @googleglasspic.twitter.com/hL74yuuqdB
&? Atlético de Madrid (@Atleti) April 13, 2014
En otras palabras, el tipo de fútbol más feo que se pueda imaginar. Patear la pelota hacia adelante, contar con que la suerte abrirá un hueco y ahí tirar la pelota hacia la red.
"Desafortunadamente, ello hizo que las estadísticas en el fútbol se hicieran una muy mala fama", dice Chris Anderson, autor de The Numbers Game, una mirada analítica e histórica al uso de datos en fútbol.
"Porque la gente critica la idea del juego de balón largo en fútbol y lo considera responsable de que la selección inglesa haya tenido un peor desempeño del que debía en todos estos años".
Sensores en piernas
Reep falleció en 2002. Si siguiera vivo, hoy posiblemente sería bien recibido por el club alemán TSG Hoffenheim , donde la revolución del "Big Data" está cambiando radicalmente la preparación que antecede a cada partido.
En colaboración con la firma SAP, que se especializa en el manejo de grandes volúmenes de datos para uso empresarial, el club ha incorporado datos de medición en tiempo real en sus rutinas de entrenamiento.
"Es una forma muy nueva de entrenar", dice Stefan Lacher, jefe de tecnología en SAP.
La información que se genera en las prácticas puede ser analizada al instante por expertos en datos, y las rutinas de entrenamiento se pueden adaptar en consecuencia.
"El área de entrenamiento entera es accesible virtualmente, colocando sensores y rastreadores en todo lo que es importante: en la portería, en los palos, en los laterales", revela Lacher.
Cada jugador tiene varios -uno en cada espinillera o canillera, por ejemplo- y por supuesto la pelota también tiene el propio.
"Si entrenas sólo diez minutos con diez jugadores y tres pelotas, generas más de siete millones de puntos de datos, que entonces se pueden procesar en tiempo real", cuenta el experto.
El programa de SAP es capaz de procesar estos datos y sugerir cambios o adaptaciones en la rutina de cada jugador.
"Se trata de entender mejor las fortalezas y debilidades de los jugadores -dice Lacher- e invertir más tiempo trabajando en las debilidades y sacando provecho de las fortalezas".
La revolución que está en marcha es una transición, dicen los expertos, de la intuición al uso analítico de números.
Lesiones
Pero es en la mesa de dirección de los clubes donde los datos del fútbol tienen un papel más crítico en el éxito del equipo, dice Paul Neilson, de la firma especialista en tecnología del fútbol Prozone.
"Una de las cosas más importantes en el deporte de élite es asegurarse que los jugadores estén disponibles para entrenamientos y partidos tanto como sea posible. Los cambios que trae la tecnología apuntan a mitigar los riesgos de lesiones", cuenta el especialista.
"Si haces esto (del análisis de datos) seguramente serás capaz de reducir la sobrecarga física y reducir el riesgo de una lesión".
Y agrega: "Cuando a los jugadores les pagas tanto como se les paga hoy en día en el fútbol de grandes ligas, es muy importante asegurarse que estén en el campo de juego el mayor tiempo posible".
Los jugadores que tienen que quedarse fuera de un campeonato por baja médica son una fuente de preocupación financiera para los clubes de fútbol. Un famoso ejemplo es el caso de Jonathan Woodgate, que dejó Newcastle United en 2004 para unirse al Real Madrid por unos US$22 millones.
Debido a varias lesiones, Woodgate jugó para el Real Madrid sólo nueve partidos antes de dejar el club en 2007. Lo que representó un costo de casi US$2,5 millones por partido para el club, y eso sin tener en cuenta su salario semanal.
Análisis de movimientos
Los estudios de Prozone pretenden reducir este riesgo para los clubes, usando las técnicas del "Big Data" para analizar los movimientos del cuerpo e identificar, antes que pueda percibirlo un médico o un fisioterapeuta, dónde pueden darse futuras lesiones.
En jugadores jóvenes, los análisis de movimiento pueden proporcionar una alerta temprana para aquellos propensos a desarrollar lesiones que afecten su carrera.
Recopilar estos datos es una labor sofisticada. Prozone se basa en una compleja red de cámaras alrededor del estadio, registrando movimientos de los jugadores desde varios ángulos a la vez.
A los representantes de futbolistas y entrenadores les gusta pensar que es su instinto, y no los datos, lo que da resultados. Y por lo tanto la adopción de sistemas de análisis de datos ha sido lenta y no ha gozado de buena recepción entre todos los que participan del negocio del fútbol.
Fútbol conservador
"El fútbol, particularmente en Reino Unido, puede ser un poco conservador", dice Neilson.
"Si miras el rugby, el entrenador a menudo está rodeado de datos, tecnología y análisis durante todo el partido".
"Comparemos eso con el fútbol y los entrenadores todavía están a oscuras, tratando de influir en los jugadores personalmente, a través de instrucciones y gritando y mayormente formando parte de la algunas veces caótica naturaleza del fútbol".
Este choque de culturas supone que no hay muchos entrenadores que se paseen por el campo con una tableta... todavía. Pero tras bambalinas hay una realidad muy distinta.
Prozone proporciona datos complejos a más de 300 clubes de fútbol en todo el mundo, incluyendo todos los equipos de la lucrativa Liga Premier inglesa.
Tan importantes como el entrenador
Pero para que los datos tengan algún sentido es necesario talento en su utilización y Neilson cree que pronto llegará la hora de los científicos de datos en los clubes, que los aficionados del club admirarán o detestarán con la misma pasión con que hoy en día tratan a los directores técnicos.
"En un típico club de fútbol tienes gente técnica, como los analistas deportivos, que muestran un perfil muy técnico, son objetivos y minuciosos. Y del otro lado tienes a los que toman decisiones: el presidente ejecutivo que firma los cheques, el entrenador que toma las decisiones semanales sobre los jugadores".
"El reto es conectar estos dos mundos, para que los que toman las decisiones confíen en esos datos", sugiere el experto.
Tristemente, Reep no vivió para ver cómo su habilidad de registrarlo todo era apreciada en una cancha de fútbol.
Hasta hoy, su filosofía del balón largo es criticada por muchos que dicen que su recopilación de datos era muy primitiva como para establecer conclusiones certeras.
Sin embargo, su trabajo fue pionero y se ha convertido en un hito del bello juego moderno.
En algún lugar, en un futuro no tan distante, en un partido que se pierda de local por 3-0, los hinchas proferirán insultos y cantarán "que te despidan ya".
Pero el destinatario de su furia no será el entrenador, sino el hombre que maneja los datos.