Avanzan las pruebas de placentas artificiales para ayudar en la gestación de los bebes
Varios desarrollos alrededor del mundo buscan encontrar una forma de replicar el útero humano para ayudar a bebes prematuros a llegar con su gestación a término
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Los nacimientos prematuros son actualmente la principal causa de mortalidad infantil, y representan más de 1 de cada 5 de todas las muertes de niños que se producen antes de cumplir los 5 años, según datos recientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta organización también señala que, de cada 10 bebés nacidos, 1 es prematuro, y cada 40 segundos muere 1 de ellos. “Las tasas de nacimientos prematuros no han cambiado en la última década en ninguna región del mundo”, indica el informe Born too soon, de esa institución.
Para hacer frente a esta problemática, distintos centros de investigación están desarrollando sistemas que imitan a la placenta con el objetivo reducir tanto las muertes y como las secuelas de los bebés que nacen de forma extremadamente prematura, es decir, cuando se encuentran por debajo de las 28 semanas de gestación.
Cuatro centros con avances de punta
Investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP), en Estados Unidos, están actualmente buscando la aprobación para realizar los primeros ensayos clínicos en humanos. Estos profesionales llevan a cabo pruebas desde 2017, entre las que se encuentran exámenes con corderos. En 2019, junto con la firma de biotecnología Vitara Biomedical, desarrollaron un dispositivo llamado Ambiente Extrauterino para el Desarrollo del Recién Nacido, o EXTEND, que sirve para la simulación de algunos elementos de un útero natural con el fin de que aumente la supervivencia y mejoren los resultados de los bebés extremadamente prematuros.
En simultáneo, científicos españoles están avanzando con el mismo objetivo. En concreto, se trata del primer proyecto europeo para elaborar placentas artificiales. Los investigadores de los hospitales Clínic y Sant Joan de Déu terminaron con la primera fase en la que consiguieron mantener con vida durante 12 días un feto de oveja en un sistema extracorpóreo de alta complejidad que simula la placenta natural.
Por su parte, científicos de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, en los Países Bajos, también están desarrollando su propio sistema de útero artificial junto con muñecos de simulación que permiten a los médicos practicar la transferencia de un feto. Y lo mismo sucede con especialistas de la Universidad Nacional de Singapur, que avanzan con el desarrollo de un sistema de útero artificial mientras esperan ver datos sobre cómo les va a los animales de experimentación a largo plazo, así como datos de primates no humanos, antes de que comiencen los ensayos clínicos.
Desafíos
Si bien las investigaciones son numerosas, los entrevistados por LA NACION coinciden en que el uso de placentas artificiales no llegará en el corto ni en el mediano plazo. Guillermo Speranza, médico ginecólogo, especialista en reproducción humana y fertilidad, y director asociado del centro de fertilidad Fecunditas señala que, si bien los avances son interesantes desde la teoría, es muy compleja la logística desde la práctica: “Antes de que nazca el bebé hay que lograr que su cordón umbilical se una a esta placenta artificial”, comenta.
Respecto a este procedimiento, la neonatóloga Cecilia García, que está a cargo de la unidad de neonatología de terapia intensiva neonatal del Sanatorio de la Trinidad de Palermo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, da más detalles: “Es un tema realmente muy complejo, porque hay que imitar de forma artificial el hábitat que tiene el feto dentro del útero con todo lo que la naturaleza provee. Esto implica que el cordón umbilical pase a estar conectado a una placenta artificial para que el feto se oxigene y se nutra. Y esto no es sencillo. Para eso se le anulan los vasos umbilicales que conectan al bebe con la placenta, y se los conecta a dispositivo artificial para evitar el funcionamiento de los pulmones, puesto que tienen que ir madurando”.
Respecto a los plazos, Speranza indica que, por un lado, no cree que algo así esté disponible en los próximos 5 años en los centros más avanzados del mundo. En tanto, García comenta que, en Argentina, “aún estamos muy pero muy lejos de que se pueda implementar un procedimiento de este tipo ya que, una vez aprobado a nivel internacional, no solo requerirá de centros de salud con dispositivos específicos, sino con equipos médicos y técnicos multidisciplinarios que incluyan, por ejemplo, perinatólogos, neonatólogos, cirujanos cardiovasculares, técnicos en fisiología fetal y de manejo de bomba extracorpórea, entre otros”.
Si bien los investigadores de CHOP enfatizan que la tecnología que está desarrollando no está destinada, ni es capaz de apoyar el desarrollo del feto desde su concepción hasta el nacimiento, sino que solo sirve para la simulación de algunos elementos de un útero natural a fin de que logre la supervivencia y mejore los resultados de los bebés extremadamente prematuros, de cara al futuro, y en caso de que estas investigaciones logren que se concrete el uso de úteros artificiales, hay cuestiones éticas que empezarán a tomar más relevancia, por ejemplo, que algún día no sea necesario un útero humano, ya que los embarazos podrían avanzar de punta a punta en úteros artificiales, una circunstancia inédita en la historia de la humanidad, y que pondría en discusión acuerdos sociales y familiares.