Avanza el plan para poner antenas 5G en el cielo: vas a tener cobertura de celular en todo el planeta

Starlink, la compañía de internet satelital de Elon Musk, dio un paso más en el camino que nos permitirá tener una señal 5G desde el cielo. Y no es la única compañía: hay dos más que están probando (con éxito) poner antenas voladoras.

Starlink es célebre por los “trencitos” de satélites que se veían en el cielo nocturno cuando llegaban a la órbita baja terrestre, y por estar por desembarcar en la Argentina con su servicio de internet vía satélite. Y ayer anunció que puso en órbita sus primeros seis satélites de nueva generación, que incluyen la tecnología Direct To Cell, que les permite dialogar en forma directa con un celular, es decir, sin requerir un teléfono especial o una antena receptora, para darle servicio de telefonía. Son antenas celulares en órbita, y permiten tener conectividad celular en zonas suburbanas o rurales (el medio del campo, de la montaña o del mar) con un ancho de banda por ahora modesto, pero que puede ser crucial.

Quienes estén partiendo ahora rumbo a una zona remota del país (o del mundo) deberán, no obstante, tomar los recaudos clásicos para mantenerse conectados (o desconectados) y tener paciencia: estos seis son los primeros de un total de 21 satélites que la compañía tiene que poner en órbita para poder dar servicio mínimo. Y según explica en su sitio, comenzará a ofrecer un servicio de mensajería tipo SMS este año, agregando llamadas de voz y conexión de datos en 2025.

Esto es parte de un anuncio que hizo Elon Musk en agosto de 2022 y que se esperaba en funciones para el año pasado: un acuerdo con la telefónica estadounidense T-Mobile para proveer 5G satelital, es decir, sin que requiera una antena cercana para ofrecer conectividad en zonas rurales en la mayor parte de Estados Unidos, incluyendo zonas muy remotas. Starlink aprovecha un estándar 5G diseñado para estos casos (conocido como 5G NTN, o red no terrestre por sus siglas en inglés), y que va más allá de la tecnología satelital que usa Apple para ofrecer un servicio de emergencia en sus iPhone 14 y 15, y que es más limitada. Lo bueno del estándar 5G NTN es que cualquier compañía puede hacer hardware compatible, sean módems para celulares, o antenas para dar servicio desde el espacio.

Cómo funciona el 5G satelital

¿Cómo funciona? Los satélites, en la órbita baja terrestre (menos de 500 km de altura) funcionan como antenas 5G, usando frecuencias de mucho alcance y baja capacidad (por eso al principio será solo para mensajes de texto: el ancho de banda disponible no da para más); como no hay nada que se interponga entre nosotros y el cielo (el sistema necesita, como una antena satelital convencional, que el celular tenga una vista franca del cielo) no hay demasiada interferencia que frene el ida y vuelta de la transmisión, lo que permite conexiones de muy larga distancia. Al igual que en una red terrestre, esas antenas funcionan de repetidoras, es decir, deben conectarse con una estación terrestre para conectarse a internet y al resto de la red convencional; lo mismo pasa con las antenas que se ubican en la terraza de los edificios: se conectan a lo que se conoce como backbone, una red de cada operadora de telefonía que se vincula con las demás para intercambiar información.

Starlink es la más conocida, pero no la única

Starlink no es la única en el rubro: AST SpaceMobile realizó en septiembre último la primera llamada entre dos teléfonos 5G convencionales en zonas sin cobertura en Hawaii, usando una antena satelital como nexo, ofreciendo voz y datos. Lo hicieron con el gigantesco BlueWalker 3, un satélite que en 64 metros cuadrados de superficie incluye una gran cantidad de antenas 4G y 5G, lo que le permitirá dar servicio a múltiples usuarios en simultáneo. AST no propone su servicio como un reemplazo a las redes convencionales: esto es, la idea no es competir con las antenas de una ciudad, sino ofrecer conectividad en zonas rurales sin antenas cercanas (en el medio del campo, de la montaña, del mar, del desierto, etcétera). Al igual que con Starlink, cualquier smartphone 5G con la norma NTN integradas es compatible. AST planea construir una constelación con varias decenas de estos satélites para dar cobertura en todo el planeta.

La tercera compañía involucrada en algo así es Telefónica, que se alió con la española Sateliot: fue en julio del año pasado en que lograron la primera conexión 5G de la historia con un nanosatélite de órbita baja; no fue con un celular, sino con un dispositivo IoT: la apuesta de Sateliot es dar conectividad a equipos instalados en áreas despobladas (un pozo petrolero, un sistema de alerta de incendios en un parque nacional), que no suelen requerir un gran ancho de banda, sino el suficiente para enviar un mensaje de alerta, la información que recogen sus sensores, etcétera. En este caso, también, tienen pensada una constelación de más de 60 nanosatélites para el seguimiento del transporte de productos en barcos y camiones, o la supervisión de animales en el campo, cada uno con un collar 5G y un GPS que permita mostrar, todo el tiempo, dónde está ubicado (y si no está donde debería).

Por ahora, no obstante, son todas pruebas y demostraciones: a todas estas compañías les falta poner más satélites en órbita para formar constelaciones capaces de “iluminar”, como se dice en la jerga telefónica, toda la superficie del planeta con una señal 5G en los próximos años.

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