Así es el primer bus autónomo del país: lo trajo el ITBA y se puede usar para recorrer el Parque de la Innovación
Es un minibus experimental que no tiene conductor humano; se puede probar gratis para dar una vuelta por el predio
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Está estacionado en el Parque de la Innovación, frente al Estadio Monumental. Adentro, no hay un chofer, ni tampoco un asiento, ni volante, ni caja de cambios. Es el primer bus autónomo (con capacidad para transportar 15 personas) del país y hace un recorrido limitado, dentro del predio, de 1100 metros, con distintas estaciones en el medio. Solo tiene una pantalla y alguien que controla, por las dudas, que todo vaya bien. Pero en rigor no tiene ningún tipo de decisión más que las directivas que hay que darle al equipo antes de que empiece el recorrido.
El vehículo es marca Navya (recientemente comprada por Gama), una empresa especializada en el diseño y construcción de vehículos autónomos y eléctricos. Lo trajo a la Argentina el ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires) específicamente para investigar como posible medio de transporte en la Ciudad, con el fin de evaluar el sistema de movilidad autónoma e inteligente, y su viabilidad para aplicarlo como medio de transporte en el futuro.
Aunque el proyecto arrancó hace dos años, recién se estrenó en septiembre de 2023. “El proyecto es sentar las bases, el precedente, para que en un futuro, se pueda legislar en la Ciudad y que esté operando, poder estudiarlo, para que pueda tener un alcance mayor al que tiene hoy”, señala Lien Tori, graduado de la carrera de Ingeniería Electrónica y docente del Instituto, a cargo del proyecto, el cual se puede visitar de lunes a viernes de 9 a 18, incluso subirse para probarlo. El viaje no tiene costo.
“Las primeras sensaciones, porque obviamente nadie está acostumbrado a subirse a un bus autónomo, son raras, pero muchos lo relacionan con el tren, al que se suben y en el que no ven al conductor. La diferencia acá es que no hay un riel”, explica Tori sobre lo que transmiten los visitantes. “Pero el manejo, la conducción, es bastante natural y eso es una de las principales características que marcamos en la conducción autónoma: como lo que opera es una máquina, todos los movimientos son muy suaves, muy controlados, y muy seguros. La empresa jamás tuvo un incidente”, explica. De fondo, lo sostienen 8 sensores lidar (una suerte de radar que usa un láser para detectar obstáculos), que son los que monitorean en tiempo real el entorno y transmiten estímulos que pueden derivar en decisiones: frenar, por ejemplo, o doblar en una curva.
La movilidad autónoma es una modalidad por la cual el vehículo circula sin intervención humana, aunque hay diferentes niveles según el grado de autonomía que tienen. La plataforma presentada es de nivel 3, (automatización condicional por la cual un operador permanece en la unidad, pero no se requiere que monitoree el entorno ni tiene un rol activo). A día de hoy todavía se están explorando nuevos sistemas para equipar con una autonomía total a los vehículos y ofrecer la máxima seguridad vial.
Sobre el futuro, aunque aún están en etapa de estudio, Tori explica que incluso imaginan que se podría ir con un bus de este tipo de Ministro Carranza a Ciudad Universitaria. Aunque claro, “para eso falta muchísimo”. “No es solo un tema de legislación, sino también de ver cómo conviven estos vehículos en las calles”, explica.