Así es el Motorola Moto X, el smartphone que nos presta atención
Probamos este celular presentado ayer en al Argentina; tiene notificaciones en pantalla y responde a órdenes verbales sin importar si está bloqueado
Motorola presentó ayer en la Argentina su smartphone Moto X, dos meses después de su presentación mundial.
Es el primer equipo hecho de punta a punta bajo la tutela de Google ( que compró Motorola en 2011 ), así que es doblemente interesante para ver qué puede hacer Motorola con la influencia de Google (por más que Google insiste en mantenerla, según dicen sus ejecutivos, lo más alejada posible). Por lo pronto, hay un cambio de cara, tanto en el logo como en la manera en que comunican sus productos.
La compañía me prestó por un tiempo este teléfono, que estará disponible en los negocios en dos semanas, a un precio que oscilará entre 3500 y 4000 pesos, según la operadora (las tres compañías locales lo venderán) y el abono elegido.
Lo estuve probando; aquí van mis impresiones.
Resumen para faltos de tiempo
El Moto X me gustó. Tiene un buen tamaño, y el hardware, aunque no es particularmente poderoso, cubre cualquier necesidad. Las notificaciones en pantalla son muy útiles; el hablarle al teléfono sin tener que presionar botones, no tanto, pero eso en parte responde a las redes locales; la batería alcanza con suficiencia para una jornada de uso normal; la cámara es buena; el almacenamiento, algo exiguo, y el precio, que lo deja fuera de algunos bolsillos, le quitan un poco de lustre a la oferta.
El hardware
Motorola promociona este equipo insistiendo en que las especificaciones de hardware son la mitad de la oferta, y que no es necesario una nave interestelar para hacer todo lo que hoy esperamos de un smartphone de primera línea. Concuerdo: plataformas como Windows Phone (donde sólo celulares con procesadores de doble núcleo) o el iPhone demuestran que no son necesarios cuatro u ocho núcleos en un chip para que todo funcione muy bien.
Pero el hardware no deja de ser un parámetro, y en este punto el Moto X no está mal, aunque hay mejores; tiene una pantalla AMOLED de 4,7 pulgadas (1280 x 720 pixeles, 312 ppp), un chip X8 diseñado por la compañía que combina un Qualcomm Snapdragon S4 Pro de doble núcleo a 1,7 GHz con un procesador secundario para el reconocimiento de voz y otro para los sensores; 2 GB de RAM y 16 GB internos no expandibles (11,9 GB disponibles para aplicaciones y archivos de usuario); cámara de 10 megapixeles que graba video en Full HD, cámara frontal de 2 MP; incluye soporte para redes LTE, 3G, Wi-Fi, GPS, Bluetooth LE, NFC, batería de 2200 mAh, micro USB y usa nano SIM (como los últimos iPhone).
Hay equipos con pantallas más grandes y de mayor resolución y procesadores más veloces (también equipos más pequeños); ni uno ni lo otro me parecieron un problema aquí, como no lo son, en general, en equipos con procesadores de doble núcleo y pantallas con una resolución cercana o superior a los 300 pixeles por pulgada. Sí extrañé un poco más la radio FM y el no poder aumentar la memoria interna; como paliativo la compañía ofrece 50 GB gratis en Google Drive por dos años.
La pantalla tiene buena visibilidad a la luz del sol y buena saturación de color; las aplicaciones funcionaron la agilidad esperable, la carga de las mismas es casi instantánea, etcétera. ¿Lo hacen más rápido en un Galaxy S4 o un HTC One? Sí, pero lo que en una prueba de laboratorio parece una diferencia enorme en la práctica suele ser casi imperceptible (sobre todo si no están ambos equipos al lado ejecutando la misma tarea). Lo mismo aplica para otros equipos de doble núcleo, por supuesto; las pruebas de laboratorio son indicativas del rendimiento, pero no deberían tomarse como único punto de referencia.
La batería alcanzó con comodidad para una jornada de uso con mi medición clásica, que es dejar el brillo de la pantalla en automático y el 3G funcionando todo el día para verificar cuatro cuentas de correo, varios servicios de mensajería, entrar a algún sitio web, escuchar algo de música, etcétera. Hay smartphones con mayor autonomía, pero gracias a una batería más grande e, inevitablemente, un tamaño mayor.
Cuerpo y estilo
En los últimos años, los smartphones de Motorola han apelado en general a líneas rectas y ángulos duros, algo que cambia con el Moto X; la espalda es convexa, al estilo de los Sony de 2011; los ángulos de los laterales también. Me hicieron acordar al primer Android de la compañía.
El frente está dominado por el vidrio endurecido que protege la pantalla; no tiene botones. En la base puede verse el orificio del micrófono, y nada más. A un costado, el botón de bloqueo y de volumen (de relieve adecuado); arriba, el conector de audio; abajo, el USB; atrás, la cámara, el flash, el parlante y una depresión donde está el logo de Motorola. La tapa de la batería (que no se puede quitar) está hecha de un material suave con un tramado texturado que se siente muy bien al tacto de los dedos.
Todo el teléfono, de hecho, es muy cómodo: aunque con 10,4 mm de grosor está lejos de ser el más delgado del mercado, calza muy bien en la mano. Y es compacto para su tamaño de pantalla: 129,3 x 65,3 mm. El Sony Xperia ZL tiene casi la misma altura, es un poco más ancho, pero suma una pantalla de 5 pulgadas; el Lumia 720 que probé la semana pasada tiene casi el mismo tamaño, aunque es más delgado, y la pantalla es de 4,3" (pero es porque los botones obligatorios de Windows Phone se llevan el resto del espacio). Como referencia, el HTC One X (también de 4,7") es más grande que el Moto X.
Uno de los puntos interesantes del Moto X en Estados Unidos es la posibilidad de elegir múltiples combinaciones de colores y materiales para la cubierta, incluyendo la madera. En nuestro país estará disponible, por ahora, sólo en blanco y negro.
Android según Motorola
El Moto X corre Android 4.2.2: no tiene casi modificaciones respecto de lo que puede verse en un Nexus (el celular oficial de Google), aunque la mayoría del mercado estará más familiarizada con las elecciones estéticas de Samsung, Sony, HTC o LG. No importa: funciona como uno espera que Android se comporte, con la ventaja de que los agregados son mínimos. Y quienes busquen otras alternativas igualmente funcionales tienen excelentes opciones en iOS, Windows Phone o BB10 (más allá de su presente), que pueden resultar más afines a lo que el usuario busca en términos de interacción.
Motorola le sumó pocas cosas, pero útiles: botones de control de Wi-Fi, 3G y demás en el menú de notificaciones, aunque requieren un paso adicional a como lo instrumentaron Samsung o LG.
También hay una extensión en Chrome para ver y responder SMS desde la PC (a propósito, existen otras alternativas para cualquier Android, que comenté aquí ); requiere que el celular esté conectado a Internet.
La cámara
La cámara es muy buena; aunque a veces es mediocre. Y no parece haber una regla. En promedio está años luz respecto de lo que ofrecían los Motorola anteriores, y los resultados generales son buenos, aunque no es mejor que la de equipos con cámaras "serias" (de Nokia, Apple, HTC, Samsung, Sony, etcétera). Como comentamos hace unos días, al menos una versión del Moto X en Estados Unidos recibió una actualización que parece mejorar este punto; esperemos que llegue al país en breve.
¿Es mala la cámara? Para nada.Y su sensibilidad con poca luz es buena. Pero con su sensor de pixeles de 1,4 micrones y cuatro elementos (rojo, azul, verde y un cuarto que mide la intensidad de la luz) prometía más.
Y la interfaz de uso es probablemente una de las más sencillas y bien implementadas que he visto en mucho tiempo. Apenas dos botones en pantalla (para cambiar la cámara elegida, para alternar entre foto y video); al tocar la pantalla hace foco y toma la imagen; si se mantiene el dedo en pantalla sigue capturando a alta velocidad. Un gesto para un lado muestra la última imagen tomada, como Windows Phone; para el otro lado, abre el menú semicircular de configuración; con el dedo hacia arriba o hacia abajo se hace zoom (digital, así que aporta poco).
La cámara, además, se activa rapidísimo con un gesto de la muñeca (cuando funciona), otro de los elementos distintivos del Moto X.
Sensores y notificaciones
Tres muñequeos como si se estuviera girando el pomo de una puerta o uno fuera un albañil tirando cemento a una pared con una cuchara, y la cámara se activa instantáneamente, sin importar el estado del teléfono. Es sencillo de recordar, y me funcionó la enorme mayoría de las veces en el tiempo que lo usé (la práctica hace al maestro, supongo).
Es uno de los agregados de Motorola al Android base. Otro: el equipo usa el acelerómetro y el GPS para determinar si estamos parados o no. Pasada cierta velocidad, asume que vamos en auto y ofrece –previa configuración- leer nuestros SMS, usar una respuesta automática o activar el Bluetooth para vincularlo al auto. No hay, sin embargo, cómo diferenciar esto del transporte público, pero para los que viajen seguido en auto es muy conveniente.
También ofrece silenciar las notificaciones durante la noche (como hacen iOS y BB10), y activar la pantalla inteligente, que para mí es el mejor agregado que tiene el Moto X, y que aprovecha una cualidad de las pantallas AMOLED: cuando muestran pixeles muy oscuros casi no gastan energía.
Así, el teléfono tiene una suerte de salvapantallas, como tienen varios Lumia con Windows Phone 8 y los viejos Symbian, o como puede usarse en otros Android con la aplicación NoLED, pero más sofisticado. Cuando el teléfono está inmóvil, o en un bolsillo, la pantalla está apagada (se ilumina brevemente si nos llega un mensaje, y luego parpadea cada varios minutos). Cuando se lo toma se prende, y muestra la hora y el icono de los mensajes (SMS, mail, chat, etcétera) o llamadas perdidas que tengamos, en blanco sobre un fondo negro.
Deslizando el dedo hacia arriba muestra una vista previa del mensaje y, eventualmente, desbloquea el teléfono nos lleva a la aplicación correspondiente. No es posible, sin embargo, ver las otras notificaciones sin desbloquear el equipo. Si no tenemos mensajes, al deslizar el dedo hacia abajo se desbloquea el smartphone. Funciona muy bien y el impacto en la batería es ínfimo, según Motorola, que dice que según sus estudios miramos la pantalla del teléfono 60 veces al día, en promedio, para ver si tenemos un mensaje; apunta a dar una herramienta para complementar o reducir este hábito, y realmente funciona muy bien, más allá de sus limitaciones.
Siempre atento
El otro elemento singular del Moto X es que tiene un procesador específico que está siempre a la espera de que le hablemos. Como el Siri de Apple, el S-Voice de Samsung o las aplicaciones para recibir instrucciones verbales de Windows Phone o BlackBerry, es posible usar el celular de asistente y darle órdenes bastante sofisticadas para que cumpla diversas tareas, desde hacer una búsqueda en Google a llamar o enviarle un SMS a alguien, pasando por crear una cita en el calendario, una alarma en veinte minutos, etcétera. El agregado del Moto X es que a diferencia de sus competidores no requiere presionar un botón; alcanza con decirle OK Google Now para que se active. El sistema es suficientemente sofisticado como para aprender cómo es nuestra voz y diferenciarla de otros.
La buena noticia es que funciona, y bastante bien, sobre todo para situaciones donde manipular el teléfono no es posible (manejando, cocinando, etcétera). Es posible descargar un paquete de idioma para que el equipo reconozca nuestro dictado de texto aun sin conexión a Internet, pero para cosas más complejas requiere conectarse con los servidores de Google; en las calles porteñas, con su 3G dubitativo, esto le quita mucho interés (y le suma segundos mientras la información se envía y el resultado se descarga). Además, si usamos algún código de seguridad en pantalla (numérico o con trazo) habrá que desbloquear primero el equipo... así que pierde sentido. Pero con Wi-Fi es una alternativa interesante, más allá de que para mí hablarle al teléfono no es, por ahora, algo atractivo. Los más paranoicos lo pueden desactivar.
Conclusión
¿Es un buen teléfono el Moto X? Sí. No es el más rápido del mercado, pero no quiere serlo (ni parece necesitarlo). Es un sólido smartphone moderno, con un diseño sencillo pero atractivo, y un par de agregados (como el de la pantalla de notificación) que funcionan muy bien y lo hacen más útil. La autonomía de la batería es buena y la cámara, en general, también. Es una pena que no admita la expansión de memoria; Motorola no traerá por ahora la versión de 32 GB. Si todo esto justifica su precio (3500 a 4000 pesos, según la operadora) dependerá de cada uno.
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