Artisanópolis: el futurista plan de Silicon Valley para construir una ciudad flotante en la Polinesia Francesa
El proyecto del grupo californiano Seasteading Institute parece una utopía, pero cada día está más cerca de hacerse realidad: pretende crear una ciudad compuesta por plataformas flotantes, impulsada por energía sostenible y autorregulada en el medio del océano Pacífico
Con el paso de los años, la humanidad ha explorado diversas formas de construir sobre la tierra. Pero, poco a poco, los países se están adentrando en el mar, expandiendo sus costas y "recuperando" terreno.
Usando millones de metros cúbicos de arena dragada, creamos las Islas Palm, un espectacular archipiélago artificial en Dubai. Y China está construyendo sus controversiales islas en el Mar de China Meridional, vertiendo tierra desde el continente, dragándola hacia el mar o bloqueando estuarios de ríos.
Pero, aunque sí hemos fabricado casas sobre lagos y canales -en Perú o en Camboya- aún no hemos sido capaces de desarrollar ciudades tecnológicas flotantes a gran escala.
Y ese es, precisamente, el reto que se propuso la organización Seasteading Institute (en español, "colonización del mar"): crear viviendas sostenibles en aguas internacionales.
Un proyecto que ya tiene nombre, Artisanópolis, y, desde hace unos días, una ubicación paradisíaca en el medio del océano Pacífico: la Polinesia Francesa.
Plataformas flotantes sostenibles
La ciudad consistirá en un conjunto de plataformas flotantes sobre la superficie del agua. Cada una de ellas podrá ser moverse por barcos remolcadores hacia diferentes lugares y unirse entre sí para crear enormes formaciones sobre el mar.
La idea es que sea autosostenible, por eso contará con domos hidropónicos para cultivar y cosechar sus propios alimentos y desalinizadores para potabilizar el agua. Los residuos orgánicos será recolectados por buques cisterna y trasladados a una zona de compostaje externa, y todo lo demás será reciclado, explican sus creadores en el sitio web del proyecto. Además, utilizará energía solar y eólica.
Un gran muro rompeolas que rodea a la ciudad la protegerá de los fuertes vientos y olas que puedan ponerla en peligro.
Con este proyecto, el Seasteading Institute ha diseñado lo que considera el "futuro cercano" de las civilizaciones basadas sobre el mar.
La iniciativa es mucho más que un plan arquitectónico para construir sobre el océano: pretende convertirse también en una ciudad tecnológica hiperconectada; un lugar para crear innovación social y experimentar con nuevos estilos de vida y convivencia en un entorno respetuoso con el medio ambiente.
El grupo lo define como una "ciudad startup" que impulse el crecimiento económico y que se autorregule. "Las ciudades flotantes más exitosas pueden inspirar el cambio en todo el mundo", aseguran sus creadores. Pero ¿cómo nació esta idea?
Hacia 2020
El Seasteading Institute fue fundado en 2008 por el empresario de Silicon Valley Wayne Gramlich y por el ingeniero de software de Google Patri Friedman (nieto del Nobel de Economía Milton Friedman), llamó la atención del multimillonario Peter Thiel (cofundador de Pay Pal), quien se convirtió en un importante inversionista, aportando una suma de unos US$ 1,7 millones, según Business Insider.
Ocho años más tarde, la utopía se está haciendo realidad. El pasado día de Navidad, la organización anunció una novedad importante: alcanzó un acuerdo con el gobierno de la Polinesia Francesa para la puesta en marcha de su ciudad flotante, con la que quiere "cambiar el mundo".
"Me resulta difícil creer esta realidad. El 13 de enero de 2017 el presidente [Édouard] Fritch vendrá a San Francisco desde Tahití para firmar un memorándum de entendimiento con nosotros, consolidando nuestro acuerdo para colaborar en el desarrollo de la primera ciudad flotante en una laguna de la Polinesia Francesa", explicó el director del Seasteading Institute, Randolph Hencken, en un comunicado oficial.
"Logramos esto gracias a miles de visionarios y soñadores que se convirtieron en parte de nuestro equipo durante estos ocho años. El año entrante va a ser increíble y requerirá mucho trabajo", dijo Hencken.
El grupo estima sus costos iniciales de construcción en unos US$ 30 millones. Hencken y su equipo esperan tener su proyecto finalizado hacia el año 2020.
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