Apple, tras una década sin Steve Jobs
La compañía es cada vez más sólida, aunque, según algunos analistas, muestra menos innovación; eso sí, no para de ganar dinero
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Esta semana se cumplió el décimo aniversario del fallecimiento de Steve Jobs, el hombre que gestó Apple, una de las empresas más sobresalientes de la industria tecnológica. El padre de los smartphones dejó el puesto de CEO en agosto de 2011, pocas semanas antes de su muerte a los 56 años. Desde entonces, ese cargo lo ocupa, habiendo sido seleccionado por Jobs, Tim Cook,
La evolución de sus productos, un batallón de servicios y escasa disrupción tienen a esta firma en el Olimpo de un mercado que ruge por ganancias, aunque desviada de los encantos de la innovación y del cuidado por el diseño que alguna vez fueron las señas de su identidad.
Los relojes inteligentes de la familia Watch suponen el mayor paso de la era Cook. La compañía también renovó su apuesta al audio. En 2014 compró Beats, dos años más tarde lanzó los AirPods y en 2017 anunció el HomePod, un parlante inteligente con la asistencia virtual de Siri.
Las AirTag son accesorios para adosar a cualquier objeto y servir de baliza en caso de pérdida. Cook también estiró al máximo el tamaño de los iPhone y lanzó un lápiz óptico, dos caminos que Jobs se negó a tomar en más de una ocasión.
En esta década, Apple se movió mucho hacia los servicios. En 2015, con Music y News. Luego con el streaming de TV+, la plataforma de videojuegos Arcade e incluso una tarjeta de crédito. En 2020 emergió la app Fitness+. Pero ahora hay más especulación que disrupción. Se rumorea que la empresa trabaja en el primer iPhone plegable, anteojos de realidad aumentada y el esperado automóvil eléctrico. Pero nada se ha confirmado oficialmente.
Entretanto, Cook obtiene resultados: desde 2011, las acciones de Apple aumentaron más de 1100% y fue la primera compañía estadounidense con una valoración superior al billón de dólares.
Está bien, ¿pero qué ocurrió con la expectativa que generaban sus productos? ¿Qué hay de esa chispa, que pocos han conseguido encender? La partida, el año pasado, de Jony Ive, el mítico jefe de diseño que creó el iPhone, puede echar luz sobre ese panorama. El hombre se marchó con diplomacia y calló lo que algunos insiders apuntaron: que se hartó del escaso interés actual en la estética de los productos. En ese marco, es seguro que los inversionistas no extrañan al fundador del gigante de Cupertino; a estas alturas, y con 66 años, el mítico Jobs ya habría vuelto a patear el tablero.