Aniversario: la historia de la SIM, el chip para celulares que cumple 30 años
Desarrollada por la firma alemana Giesecke+Devrient (G+D), tuvo su primera aparición comercial en 1991 en la operadora finlandesa Radiolinja; por sus características y facilidad de uso, el chip SIM permitió el despliegue del estándar europeo GSM en todo el mundo
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Cualquiera sea el modelo elegido, en todos los casos el chip SIM sigue siendo la pieza clave para el funcionamiento de los teléfonos móviles, ya que permite cambiar de celular en forma sencilla manteniendo el número de teléfono, con una operación casera que toma unos minutos; hasta su aparición renovar un teléfono requería un trámite que había que hacer con la operadora.
Con diferentes tamaños y hasta con una versión digital, la eSIM, este desarrollo ha recorrido un largo camino desde 1991, cuando la firma alemana Giesecke+Devrient (G+D) presentó la primera tarjeta SIM para la operadora finlandesa Radiolinja, ahora denominada Elisa. Este fue todo un hito para la nación escandinava, donde realizó la primera llamada telefónica desde un teléfono GSM. A su vez, Radiolinja se convirtió en la primera compañía en ofrecer de forma comercial este servicio en 1991.
Sus prestaciones están basadas en un pequeño microprocesador y un sistema operativo que permite gestionar de forma segura el acceso a la red móvil, además de almacenar los datos del usuario, como el número de línea y los contactos telefónicos. El funcionamiento básico de la tecnología SIM se mantuvo sin modificaciones en las últimas tres décadas, más allá de sumar funciones y modificar su aspecto.
La SIM es la que valida la línea (el acceso a la red de un operador) y permite separar a ésta del dispositivo que se usa para acceder a esa red (un teléfono, una tableta, un reloj, etcétera).
La aparición de la tarjeta SIM, cuyo acrónimo remite a Suscriber identity module o módulo de identificación de abonado, está relacionada de forma directa con la tecnología GSM, el estándar europeo que se convirtió en la norma global para las comunicaciones móviles. Sus características permitían un fácil intercambio entre la primera generación de teléfonos móviles, que hasta esa época tenían que ser registrados por la operadora de forma manual.
En el recuerdo de los primeros usuarios del servicio de telefonía móvil en la Argentina está el aviso publicitario de la operadora CTI Móvil, donde un niño explicaba las virtudes que ofrecía la tecnología de la tarjeta SIM para transferir una línea de forma inmediata a otro equipo. “Es el chip, mamucha”, decía el pequeño en la publicidad, mientras ocultaba un teléfono Nokia 1100 sumergido en una pecera.
En su primera versión, el chip SIM contaba con un tamaño similar al de una tarjeta de crédito. Con el paso de los años, la tecnología acompañó el proceso de miniaturización y mayor complejidad de los dispositivos electrónicos y a la fecha, las versiones más conocidas están disponibles en un formato troquelado: mini SIM, micro SIM y nano SIM, el modelo más extendido y utilizado en los smartphones modernos.
La evolución siguiente vino de la mano del eSIM, la propuesta digital del chip SIM aprobada en 2016 que busca optimizar el pequeño espacio que utiliza la bandeja y el longevo chip físico, tanto en los smartphones como en los relojes conectados y otros equipos electrónicos. A su vez, es un elemento clave para la próxima generación de dispositivos conectados en las redes 5G y el ecosistema de Internet de las Cosas.
“Con usos que nunca hubiésemos imaginado hace unos años, como las llaves digitales para el auto, ahora son una realidad. Es un desarrollo que no se detendrá, y en especial en el sector IoT, la tecnología SIM seguirá más que vigente”, dijo Carsten Ahrens, CEO Mobile Security en G+D.